Un guarda jurado murió en el garaje de su casa por un disparo de un rifle de caza

El arma se disparó posiblemente al caerse de la funda en que era transportada por su propietario TESTimonio

guarda jurado lucense fue encontrado muerto a media mañana de ayer en el interior del garaje de su inmueble, en la Ronda das Mercedes, en la capital lucense.


El cuerpo de Manuel Ulloa Ferreiro, de 47 años, presentaba evidencias de haber recibido un disparo en el pecho. Las pesquisas realizadas posteriormente por agentes del Cuerpo Nacional de Policía que se desplazaron al lugar determinaron que el fallecimiento de este hombre se produjo al disparársele accidentalmente un rifle de caza mayor que llevaba en su vehículo.


De acuerdo con algunos testimonios, el cuerpo de la víctima presentaba destrozos en el pecho y también en la zona de la cabeza. Supuestamente la bala que le ocasionó el fallecimiento instantáneo le salió por la zona de la nuca y fue a impactar contra el techo del garaje.


El descubrimiento del cadáver lo hizo un vecino del edificio sobre las diez de la mañana de ayer. La víctima estaba fuera del vehículo en la parte trasera.


Todo parece indicar que Manuel dedicó parte de la jornada del domingo a ir de caza o con sus perros. Llevó un rifle de gran calibre que posiblemente intentó sacar del maletero a su llegada a casa, sobre las once y media de la noche del domingo.
El arma se encontraba en el interior de una funda que estaba prácticamente cerrada con una cremallera, pero no en su totalidad.


Quedaba, al parecer, la parte del fondo. Puede que el vigilante la hubiese cogido pensando que estaba totalmente cerrado el estuche y fue en ese momento cuando el rifle cayó al suelo impactando con la culata. Instantáneamente se disparó.


Una vecina del edificio dijo que creía haber oído un ruido raro en torno a las once y media de la noche del domingo. Pudo haber sido el disparo.


El hecho de que apareciese un orificio de salida de la bala en la funda del rifle, unido a otra serie de detalles, hizo que la policía descartase cualquier tipo de intencionalidad en el disparo.


Fue un desgraciado accidente, según comentaron varias personas en el lugar de los hechos antes de que el cadáver fuese trasladado al Hospital Xeral para serle practicada la autopsia por parte de los forenses.


Al lugar se desplazaron varios miembros del equipo de policía científica de la comisaría de Lugo que llevaron a cabo la inspección ocular. También acudió la titular del Juzgado de Instrucción número 1 que ordenó el levantamiento del cadáver

Puedes apartar un poco las piernas porque tengo que salir»El hombre que descubrió el cuerpo sin vida del guarda jurado bajó al garaje para sacar su vehículo que tenía estacionado al lado del todo terreno de la víctima. Según contó ayer, se encontró con que éste tenía las puertas abiertas e incluso encendida una de las luces interiores y las llaves puestas.
«Vi las piernas en el suelo del hombre, pero pensé que estaba sacando algo del maletero o haciendo alguna reparación. Le dije que si podía apartarse un poco porque yo tenía que salir. Como pensé que no me había oído, se lo volví a repetir. Tampoco dio ninguna muestra de hacerme caso y, de nuevo, se lo advertí. Fue entonces cuando fui a comprobar lo que hacía y ya vi que estaba muerto», apuntó el hombre que efectuó el macabro hallazgo cuando iba a marchar de casa en su vehículo.

El vecino de la víctima salió rápidamente al exterior y se dirigió a una cafetería próxima para pedir que llamaran por teléfono a la policía. Con posterioridad fue interrogado por los agentes como testigo.