La Xunta de Galicia retira sin aviso previo la vigilancia privada colocada en la ETEA

Milagrosamente, una década larga después de ser abandonada por la Armada el recinto de la ETEA se mantiene en perfectas condiciones. No es lo habitual en estos casos y en Vigo existen pruebas de ello. Sin embargo, los 115.000 metros de la antigua Escuela de Transmisiones y Electrónica de la Armada de Teis, se encuentran en buen estado a la espera de encontrar un destino definitivo.

El motivo, bien sencillo, es que durante varios años estuvo custodiada por la Guardia Civil y, tras su apertura al público hace cuatro, por vigilantes de seguridad de una empresa privada. Esta vigilancia corre a cargo de la Xunta, que ha decidido rescindirla dentro del plan de recorte de gastos.

Así, el próximo día 15 estos vigilantes dejarán de prestar servicio, una medida que no se ha dado a conocer públicamente. Pese a ello, ha trascendido y sembrado la lógica preocupación en Teis, cuyos vecinos guardan una estrecha relación con una parcela situada en un lugar estratégico del barrio.

A la espera de que la Xunta explique la decisión y las causas de esta renuncia, todo parece indicar que el motivo es muy sencillo de explicar. Se llama 150.000 euros, importe estimado del contrato de Securitas con la Xunta, un montante que se ahorrará el Gobierno autónomo a partir de ahora.

Esta cantidad era muy superior al comienzo, cuando la empresa destinaba a la ETEA un total de 17 vigilantes repartidos por turnos, lo que en la práctica suponía la presencia de al menos 3 de manera permanente. Ahora la situación es muy diferente, con un vigilante por turno, en el que rotan 5 empleados de la empresa Securitas.
También ha mejorado la seguridad en el recinto la reciente apertura al público del pabellón polideportivo por parte del Concello, una medida adoptada tras una larga espera. Ello supone que por la tarde la instalación está abierta y acude público, evitando la sensación de vacío.

Cabe imaginar que a partir de septiembre el pabellón tenga un uso mayor y abra también por la mañana, pero de momento no está garantizado.
La Xunta también inauguró hace unos meses en la parte litoral un paseo y un parque infantil, que igualmente atraen a paseantes con buen tiempo.

En cualquier caso, los vigilantes privados se dedican fundamentalmente a garantizar la seguridad de los edificios de titularidad autonómica, que tienen incluso cierto valor arquitectónico y que serán sede en el futuro del Campus del mar. Gracias a ello no han sido ocupados por indigentes ni han sufrido daños en estos años.

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