El PP endurecerá las sanciones para frenar los «novillos» en el Congreso

El PP endurecerá las sanciones para frenar los «novillos» en el Congreso
Quiere penalizar a quien no esté en el Pleno o en comisión, aunque no haya votación

Diputados populares se encontraron ayer en el despacho un dossier de Prensa y una tarjeta de Sáenz de Santamaría.
Madrid- La dirección del grupo popular ha optado por la vieja receta de la mano dura para incentivar a sus señorías a cumplir con más entusiasmo con la obligación de estar en sus escaños durante las sesiones plenarias y a participar también en los trabajos de las comisiones parlamentarias de las que forman parte.
Diputados del PP se encontraron ayer al llegar a sus despachos con una tarjeta de la portavoz, Soraya Sáenz de Santamaría, que iba acompañada con un dossier de recortes de prensa. En él se recogían las informaciones sobre el vergonzante espectáculo de absentismo que el conjunto de los representantes de la soberanía popular habían dado en la sesión de control al Gobierno celebrada el día anterior. Un espectáculo general que en el PP ha dejado una herida propia, porque la ausencia de uno de sus diputados salvó a Pedro Solbes de dar una vez más explicaciones sobre el paro.
Como respuesta se acelera la reforma de los estatutos del grupo parlamentario -los nuevos deberán ser aprobados por su plenario- para clarificar y endurecer el sistema de infracciones y sanciones. De esta reforma se encargarán Ayllón, García Tizón y Merino. Hoy, quien no respeta la disciplina del voto tiene una multa de 300 euros. Y de alrededor de 70 euros si no está en una votación en el Plenario. Ahora bien, del dicho al hecho siempre hay un trecho, como dice el refrán. La sanción no es automática, sino que primero hay un apercibimiento, y cuando ya hay insistencia se supone que acaba ejecutándose. Hay un importante paquete de multas esperando ser facturadas. El nuevo régimen de infracciones incluirá, o al menos es lo que se pretende, algún sistema para garantizar más presencia en los Plenos y en las comisiones, aunque no haya votaciones. El problema es cómo se hace el recuento sin un registro formal. Una de las fórmulas que ya se ha barajado es la de pasar lista, como en el colegio para controlar las «pellas», por ejemplo en las interpelaciones en el Plenario de la Cámara. «Es verdad que la mayoría de los diputados están trabajando aunque no estén en el Pleno. Pero además de estarlo, hay que parecerlo», sostienen en la dirección del grupo. Un sector del mismo justifica el poco interés en que se ha «descafeinado el debate político con la nueva estrategia de oposición».