La Justicia da la razón a un vigilante expedientado en Málaga por suministrar mascarillas donadas a sus compañeros en el confinamiento

El empleado fue suspendido dos meses de empleo y sueldo al ser considerado responsable de una falta muy grave, una medida que ahora deshace un juzgado de lo social de la capital

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Alvaro Frías


Lunes, 12 de abril 2021, 10:17

Su empresa le abrió un expediente disciplinario y lo sancionó dos meses de empleo y sueldo después de que, en pleno confinamiento de la población por la pandemia del coronavirus, recibiera 17 mascarillas y se anunciara su reparto entre los compañeros de la asociación Marea Negra, de trabajadores de vigilancia de seguridad privada. Sin embargo, se rebeló contra esta medida y la recurrió, dándole ahora la Justicia la razón a este trabajador.

Los hechos tuvieron lugar hace justo un año. El coronavirus causaba ya estragos y la población estaba confinada, además de con una gran necesidad de abastecimiento de mascarillas y equipos de protección tanto para el personal sanitario como para los trabajadores que seguridad. Marea Negra se movilizó en busca de una solución y consiguió, gracias a la Asociación Agujas Solidarias, 150 mascarillas de tela hechas por vecinas de Fuengirola.



Desde Marea Negra explican que la coordinadora de Málaga avisó el 6 de abril de 2020 para que los asociados se acercaran a las puertas del Edificio de Usos Múltiples del Ayuntamiento de Málaga para recibir una mascarilla, siempre sin saltarse las restricciones que en ese momento había sobre la movilidad. Sin embargo, ante la posibilidad de que acudieran numerosos socios, decidieron anular la convocatoria.

Aun así, al día siguiente, se personó uno de los socios. También han explicado desde la asociación que el coordinador de Málaga obtuvo un salvoconducto de la policía que le autorizaba a desplazarse desde Fuengirola a Málaga para el reparto de los elementos de protección. Se dirigió a la puerta del edificio de usos múltiples para entregarle a su compañero José Antonio Sánchez un total de 17 mascarillas, mientras que las otras eran para hospitales y otros puntos.

«Justo en ese momento coincidió con el único socio de Málaga que recogió su mascarilla», han precisado desde Marea Negra. Tanto este hombre, como el que se había desplazado desde Fuengirola, fueron interceptados por una patrulla de la Policía Nacional para que explicaran los motivos de su desplazamiento. Los agentes, siempre según han expuesto desde la asociación, también realizaron una inspección a José Antonio Sánchez.

Este último, empleado de Secoex, se encontraba de servicio el 20 de mayo cuando se le comunicó la sanción de dos meses de empleo y sueldo por una falta muy grave. En concreto, según han indicado, la empresa lo argumenta por distracciones graves dentro de la jornada de trabajo y, por lo tanto, una imprudencia estando de servicio.

Tras cumplir con la sanción, el trabajador decidió recurrir a los tribunales y, el 14 de diciembre, se celebró juicio por este caso en el Juzgado de lo Social número 7 de Málaga. Este órgano judicial acaba de emitir su resolución, que se puede recurrir ante el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA).

En la sentencia se asegura que la sanción es injustificada y que su improcedencia debe ser declarada con reintegro del valor económico de la misma toda vez que ha sido cumplida. Por ello, se condena a la empresa a devolver el dinero que no abonó a José Antonio Sánchez durante esos dos meses.

Desde la asociación han insistido en que la sentencia deja claro que la empresa pudo actuar de mala fe. Asimismo, sobre el riesgo sanitario y de seguridad, han explicado que el juez precisa que existía un salvoconducto para repartir las mascarillas y que solo acudió un socio a por este elemento de protección, por lo que no hubo aglomeraciones.

Por último, sobre entregarse a distracciones graves durante la jornada, han señalado que queda demostrado que no existe tal hecho, ya que José Antonio Sánchez no abandona el puesto de control, ni el control de acceso, ni el servicio y su compañero no tardo ni cinco minutos en entregarle las 17 mascarillas.



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