Una única empresa de Cartaya sufre hasta tres asaltos en una semana.

Una única empresa de Cartaya sufre hasta tres asaltos en una semana.
J. LANDERO | ACTUALIZADO 04.06.2012 - 06:48
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El responsable de una de las empresas más castigadas por esta nueva oleada de robos, que prefiere ocultar su identidad por miedo a las represalias de los ladrones y por no entorpecer las investigaciones de la Guardia Civil, aseguró que "los robos a gran escala se recrudecieron hace ya tres semanas pese a contar con tres vigilantes nocturnos y con cámaras de seguridad repartidas por todo el perímetro de nuestras instalaciones".

En este sentido, lamentó que sólo en la última semana sus instalaciones de Cartaya fueron objeto de tres robos en los que según calculan han sido sustraídos unos 1.000 kilos de doradas valoradas en 9.000 euros, a lo que habría que sumar los daños materiales que producen los ladrones a la hora de perpetrar sus acciones. "Y eso es sólo lo que detectamos" apuntó.

Para el responsable de esta empresa cartayera, se trata de bandas "muy organizadas y profesionalizadas formadas por al menos 6 individuos encapuchados, de los cuales mientras unos cuantos se encargan de despistar y entretener a los guardas rompiendo farolas, cámaras de seguridad, alambradas, vehículos o, simplemente, haciendo ruido y pegando a los perros, el resto se meten en las balsas donde se cría el pescado para perpetrar los robos". Según indicó, otra muestra de la profesionalización de estas bandas es que "vienen en vehículos a motor y en pateras de entre 6 o 7 metros de eslora y dotadas con motores silenciosos, las cuales introducen en las balsas a través de los esteros del río". Además, "parece ser que cuentan con algún sistema de vigilancia por el que alertan a quienes están materializando los robos antes de que lleguen las patrullas de la Guardia Civil tras ser avisadas por nuestros vigilantes". En este sentido señaló que "pese a que la atención de la Benemérita está siendo magnífica, el alto grado de profesionalización de las bandas hace que sea muy difícil su control". Y es que según prosigue, "es increíble el fino trabajo que realizan los ladrones no dejando huellas al ir equipados con trajes de neopreno".

Esta situación, lamentó, "está afectando muy gravemente la viabilidad de nuestra empresa, que siendo de carácter pequeño y con unos márgenes de rentabilidad muy reducidos, está redoblando sus esfuerzos en materia de contratación de personal destinado exclusivamente a la vigilancia". El asunto, puntualizó, está poniendo igualmente en grave riesgo la subsistencia de las más de 20 familias cartayeras que dependen de esta actividad directamente a través de nuestra empresa".

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