Salvemos la cúpula de Carabanchel

Nada está perdido, aún, en Carabanchel. Mercedes Gallizo, directora general de Instituciones Penitenciarias, estudia la posibilidad de conservar la cúpula de la antigua prisión madrileña, expresión arquitectónica de la represión franquista, como hito de la memoria histórica. Así lo dijo en una entrevista celebrada el pasado miércoles con miembros de las asociaciones vecinales de Carabanchel y de la Plataforma para la Paz y la Memoria.

Gallizo se interesó por las propuestas ciudadanas y se comprometió a desplegar desde su departamento, que depende del ministro del Interior, una revisión profunda de las peticiones ciudadanas. En su ánimo parecía pesar, además del clamor ciudadano, el contenido de la carta enviada por el defensor del Pueblo, Enrique Múgica, al ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, en la que recogía las demandas vecinales y pedía la conservación de parte de la prisión.
Sin embargo, su buena actitud contrasta con el despliegue de vigilancia en el recinto carcelario. Agentes de seguridad acompañados por perros patrullan el perímetro desde hace días. "Nuestros niños tienen miedo", aseguraba el viernes un vecino rumano, de los aproximadamente 50 que habitan en un ala meridional del recinto penitenciario. Y esos mismos vigilantes impidieron ayer a los vecinos que forman parte de la plataforma por la recuperación del edificio, que habitualmente muestran el recinto los fines de semana, acceder a él, según informa Efe. Julia Ramírez, una de las afectadas, declaró a esta agencia que los policías les habían explicado que tenían orden de prohibirles la entrada por no contar para la visita con la autorización de la Delegación de Gobierno.
Ante la prisión se habían congregado un centenar de personas que, al no poder participar en el recorrido guiado, tuvieron un enfrentamiento verbal con los agentes.
Los vecinos consideran que la cúpula de la cárcel de Carabanchel, con 26 metros de altura y 32 de diámetro, es el elemento más distintivo del edificio penitenciario, valoración en la que coincide el Colegio de Arquitectos. Esta institución, tras enviar a varios representantes a examinar el recinto carcelario, emitió el pasado viernes un dictamen según el cual su carácter panóptico, ideado para vigilar desde un foco central una estrella de crujías, las galerías de celdas, constituye un elemento de singularidad arquitectónica.
Además, el Colegio de Arquitectos se comprometió a poner su experiencia al servicio del examen del edificio, instalado sobre una parcela de 176.000 metros cuadrados, en la cual, la superficie de la cúpula a conservar apenas implica un 0,3%.
"Nos llenan de envidia las ciudades de Oviedo, Jaén y Salamanca, entre otras, que han conseguido dotarse de museos de arte contemporáneo, arqueología o centros cívicos en las antiguas prisiones franquistas", dice Pedro Casas, de la Plataforma para la Paz y la Memoria. El líder vecinal Julián Rebollo agrega: "Estamos dispuestos a llevar este caso a las instituciones europeas, pues la prisión de Carabanchel es un símbolo europeo".
Al clamor desatado por la reivindicación vecinal se une el interés mostrado por el magistrado de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón en un auto. En él solicita que "se acuerde la cautelar suspensión gubernativa del procedimiento administrativo que se sigue para la adjudicación de las obras". Y hace una petición de información sobre el caso a Instituciones Penitenciarias, propietaria del inmueble, a la Policía Judicial y a la Secretaría de Estado para la Seguridad del Ministerio del Interior.
Asimismo, Gaspar Llamazares, coordinador general de Izquierda Unida, presentará el martes ante la Comisión de Interior una propuesta para que el Congreso de los Diputados pida al Gobierno central que "adopte las medidas necesarias, en colaboración con el Ayuntamiento de Madrid, para que una parte de la prisión de Carabanchel sea transformada en un centro y un museo de la memoria, la paz y la convivencia y del respeto a los derechos humanos".