VENENO Y FURTIVISMO

Veneno y furtivismo

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Especies en peligro

Informe de Venenos 2008

El uso de cebos envenenados, aplicado especialmente en cotos de caza menor para dar muerte de manera ilegal a depredadores –zorros y córvidos principalmente-, es una de las principales causas de pérdida de biodiversidad en España y Europa.

Así, los cebos envenenados son la principal causa de muerte de especies amenazadas como el águila imperial, el buitre negro o el alimoche de las que España conserva importantes, o incluso los únicos contingentes de sus poblaciones europeas. Y las estadísticas no son muy alentadoras en la desaparición de este problema de conservación, con continuos crecimientos de la mortalidad.

El uso de veneno no es una práctica ajena en el Refugio de Montejo y en el conjunto de las Hoces del Riaza. En esta zona, la especie para la que el uso de veneno supone la mayor amenaza, dada su preocupante situación poblacional, es el alimoche. Precisamente, entre 1996 y 2006, al menos 10 individuos de la especie han sido localizados muertos por envenenamiento en las Hoces del Riaza y alrededores. Dos de los últimos episodios acontecieron en 2004: “Melenas”, ejemplar subadulto radiomarcado en Montejo, fue localizado envenenado, en abril, en Espera (Cádiz), cuando regresaba de sus cuarteles de invernada en África. Por su parte Fidel José Fernández y Fernández-Arroyo hallaba en Fuentenebro (Burgos), en el mes de julio, otro ejemplar adulto, junto a restos que podrían corresponder a un pollo que había sido envenenado.

Pero, sin lugar a dudas, el episodio de envenenamiento más grave de la historia de este paraje corresponde al registrado en marzo de 2007 en la vecina localidad de Santa Cruz de la Salceda (Burgos) y que supuso la muerte de un total de 42 buitres leonados. Además, 18 ejemplares más de la especie fueron soltados posteriormente, tras ser tratados en el Centro de Recuperación de Animales Silvestres de Burgos, junto a un alimoche más, también recuperado.

Por su parte, la caza ilegal sigue siendo una amenaza patente en el Refugio, habiéndose registrado episodios de furtivismo sobre corzo en los últimos años, a pesar de la prohibición de la caza en el interior del Refugio y de la vigilancia llevada a cabo por parte de la guardería presente.