Domingo 26 de Julio de 2009. El universo
Guardias sin capacitación siguen en las calles
Los cupos para la formación de guardias en el centro ocupacional del Fuerte Militar Huancavilca
resultan escasos para la gran demanda de capacitación que hay.
Tiene 55 años. Sacó 12 en el examen psicológico para obtener el permiso de armas en las Fuerzas Armadas, el año pasado, aunque después, dice, pagó $ 20 para que le subieran los dos puntos que le hacían falta para aprobar y así poder portar legalmente el revólver calibre 38 que lo acompaña en sus labores como guardia de seguridad, en un edificio del centro de Guayaquil. Esto, pese a que su única experiencia en el manejo de esta herramienta es la de cacería de ardillas y ratones.
“No hice el servicio militar, pero en la compañía me contrataron por mi estatura”, reconoce el custodio, quien prefiere no identificarse. Para ser guardia no se necesita cumplir muchos requisitos, según el vigilante de un local del norte. “Para otros puestos le piden un título universitario, pero para ser guardia basta ser bachiller, hacer el servicio militar y no tener antecedentes, y a veces esto no importa tanto si se es alto”, refiere.
Testimonios como estos se repiten en diversos puntos de la ciudad, donde la mayoría de los guardias aseguran que ni antes ni después de ingresar a la compañía para la que trabajan recibieron capacitación en seguridad. Algunos señalan que los únicos cursos a los que han asistido son de karate, primeros auxilios o atención al cliente.
Así, la formación integral para los guardias privados sigue pendiente a un año de la emisión del reglamento a la Ley de Seguridad y Vigilancia Privada (vigente desde julio del 2008), cuyo objetivo, según autoridades policiales y de Gobierno, era el ejercer un mayor control sobre las más de mil compañías que dan el servicio en el país.
El artículo 8 de este reglamento estipula que el personal operativo destinado a la vigilancia deberá realizar una capacitación para poder obtener un certificado de acreditación como guardia, extendido por el Departamento de Control y Supervisión de las Compañías de la Policía (COSP). Sin embargo, hasta ahora esa formación no se está realizando, como lo admiten los propios representantes de las empresas privadas.
“Nada ha cambiado desde hace un año en capacitación”, manifiesta Galo Estrella, presidente de Anesi Guayas (Asociación Nacional de Empresas de Seguridad Integral e Investigación Privada). No obstante, señala que si el entrenamiento del personal no se está cumpliendo no es por omisión de los empresarios, sino porque no existen los mecanismos necesarios para ejecutar el reglamento, empezando –dice– por la falta de escuelas de seguridad.
En el país solo hay dos centros de formación para estos profesionales que otorgan certificados (de 120 horas de estudios) del Ministerio de Educación: Incasi, en Quito, y el que ofrece el Fuerte Militar Huancavilca en Guayas.
Jaime Guerra, director de este último, señala que el año pasado formaron a 360 guardias en ese centro. “La mayoría de alumnos son jóvenes que terminan el servicio militar. De 500 que culminan la conscripción, 300 vienen a este centro, aunque también damos reentrenamiento a personal de las compañías”, asevera Guerra, quien, sin embargo, cree que las dos escuelas existentes son insuficientes para capacitar a los 48.000 custodios privados del Ecuador.
Marcos Heredia, director de Incasi, coincide con él y pone como ejemplo que en Colombia funcionan 87 escuelas de seguridad privada. “Las compañías de seguridad proliferaron sin control como un negocio, pero hay que cambiar esa visión, que los guardias vean esto como su profesión y no como la última opción ante la falta de trabajo”, expresa Heredia.
La creación de estas escuelas está también prevista en el reglamento a la Ley de Seguridad, en el que se señala que las compañías privadas podrían establecer centros de formación, con la aprobación de un pénsum y certificación del Ministerio de Gobierno y Policía. No obstante, los representantes de las compañías sostienen que esto no se ha podido ejecutar porque hay vacíos en la Ley. “Quisimos obtener los permisos para constituirnos en centro de capacitación en el 2008, pero no lo conseguimos porque no se conocen los lineamientos, ni los requisitos”, dice Jimmy Garaicoa, director de operaciones de la empresa Guaypro.
En el reglamento lo único que se señala es que el pénsum para el personal de investigación privada es de 480 horas, mientras que para los guardias de vigilancia fija y móvil son 120 en materias como defensa personal, leyes laborales, de armas y seguridad, relaciones humanas, entre otras. Además, se indica que el personal de capacitación de las escuelas deberá ser técnico o profesional en la materia, lo cual, según los directivos de las compañías, es muy difícil de conseguir, pues estas carreras recién están iniciándose en Ecuador a través de la Escuela Politécnica del Ejército.
“Los pocos profesionales que hay han estudiado en el extranjero”, reconoce el subjefe del COSP en Guayas, Jorge Yánez. Para él, la solución inmediata sería el que la Policía, a través de sus unidades élite, constituya estas escuelas de capacitación. Sin embargo, la malla curricular para estas tampoco ha sido elaborada. Al respecto, Juan Ruales, jefe de Policía del Guayas, anuncia que el Ministerio de Gobierno está haciendo un instructivo, en el que se incluirán los requisitos para la conformación de las escuelas de seguridad y el pénsum académico para preparar al personal.
Cifras
12
Meses han pasado sin que se emita el instructivo para la formación de guardias, según dispone la Ley de Seguridad.
90
Días es el plazo que dan las autoridades policiales para la emisión de ese instructivo.
Críticas
Galo Estrella
PRESIDENTE DE ANESI GUAYAS
“Desde hace un año solo se ha mejorado en el control de las armas, pero en capacitación no se ha hecho nada”.
Jaime Guerra
DIRECTOR DEL CENTRO MILITAR
“Dos centros de formación no son suficientes para capacitar a tantos guardias, por eso hay tanta informalidad”.
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Seguridad
Guardias sin capacitación siguen en las calles
Los cupos para la formación de guardias en el centro ocupacional del Fuerte Militar Huancavilca
resultan escasos para la gran demanda de capacitación que hay.
Tiene 55 años. Sacó 12 en el examen psicológico para obtener el permiso de armas en las Fuerzas Armadas, el año pasado, aunque después, dice, pagó $ 20 para que le subieran los dos puntos que le hacían falta para aprobar y así poder portar legalmente el revólver calibre 38 que lo acompaña en sus labores como guardia de seguridad, en un edificio del centro de Guayaquil. Esto, pese a que su única experiencia en el manejo de esta herramienta es la de cacería de ardillas y ratones.
“No hice el servicio militar, pero en la compañía me contrataron por mi estatura”, reconoce el custodio, quien prefiere no identificarse. Para ser guardia no se necesita cumplir muchos requisitos, según el vigilante de un local del norte. “Para otros puestos le piden un título universitario, pero para ser guardia basta ser bachiller, hacer el servicio militar y no tener antecedentes, y a veces esto no importa tanto si se es alto”, refiere.
Testimonios como estos se repiten en diversos puntos de la ciudad, donde la mayoría de los guardias aseguran que ni antes ni después de ingresar a la compañía para la que trabajan recibieron capacitación en seguridad. Algunos señalan que los únicos cursos a los que han asistido son de karate, primeros auxilios o atención al cliente.
Así, la formación integral para los guardias privados sigue pendiente a un año de la emisión del reglamento a la Ley de Seguridad y Vigilancia Privada (vigente desde julio del 2008), cuyo objetivo, según autoridades policiales y de Gobierno, era el ejercer un mayor control sobre las más de mil compañías que dan el servicio en el país.
El artículo 8 de este reglamento estipula que el personal operativo destinado a la vigilancia deberá realizar una capacitación para poder obtener un certificado de acreditación como guardia, extendido por el Departamento de Control y Supervisión de las Compañías de la Policía (COSP). Sin embargo, hasta ahora esa formación no se está realizando, como lo admiten los propios representantes de las empresas privadas.
“Nada ha cambiado desde hace un año en capacitación”, manifiesta Galo Estrella, presidente de Anesi Guayas (Asociación Nacional de Empresas de Seguridad Integral e Investigación Privada). No obstante, señala que si el entrenamiento del personal no se está cumpliendo no es por omisión de los empresarios, sino porque no existen los mecanismos necesarios para ejecutar el reglamento, empezando –dice– por la falta de escuelas de seguridad.
En el país solo hay dos centros de formación para estos profesionales que otorgan certificados (de 120 horas de estudios) del Ministerio de Educación: Incasi, en Quito, y el que ofrece el Fuerte Militar Huancavilca en Guayas.
Jaime Guerra, director de este último, señala que el año pasado formaron a 360 guardias en ese centro. “La mayoría de alumnos son jóvenes que terminan el servicio militar. De 500 que culminan la conscripción, 300 vienen a este centro, aunque también damos reentrenamiento a personal de las compañías”, asevera Guerra, quien, sin embargo, cree que las dos escuelas existentes son insuficientes para capacitar a los 48.000 custodios privados del Ecuador.
Marcos Heredia, director de Incasi, coincide con él y pone como ejemplo que en Colombia funcionan 87 escuelas de seguridad privada. “Las compañías de seguridad proliferaron sin control como un negocio, pero hay que cambiar esa visión, que los guardias vean esto como su profesión y no como la última opción ante la falta de trabajo”, expresa Heredia.
La creación de estas escuelas está también prevista en el reglamento a la Ley de Seguridad, en el que se señala que las compañías privadas podrían establecer centros de formación, con la aprobación de un pénsum y certificación del Ministerio de Gobierno y Policía. No obstante, los representantes de las compañías sostienen que esto no se ha podido ejecutar porque hay vacíos en la Ley. “Quisimos obtener los permisos para constituirnos en centro de capacitación en el 2008, pero no lo conseguimos porque no se conocen los lineamientos, ni los requisitos”, dice Jimmy Garaicoa, director de operaciones de la empresa Guaypro.
En el reglamento lo único que se señala es que el pénsum para el personal de investigación privada es de 480 horas, mientras que para los guardias de vigilancia fija y móvil son 120 en materias como defensa personal, leyes laborales, de armas y seguridad, relaciones humanas, entre otras. Además, se indica que el personal de capacitación de las escuelas deberá ser técnico o profesional en la materia, lo cual, según los directivos de las compañías, es muy difícil de conseguir, pues estas carreras recién están iniciándose en Ecuador a través de la Escuela Politécnica del Ejército.
“Los pocos profesionales que hay han estudiado en el extranjero”, reconoce el subjefe del COSP en Guayas, Jorge Yánez. Para él, la solución inmediata sería el que la Policía, a través de sus unidades élite, constituya estas escuelas de capacitación. Sin embargo, la malla curricular para estas tampoco ha sido elaborada. Al respecto, Juan Ruales, jefe de Policía del Guayas, anuncia que el Ministerio de Gobierno está haciendo un instructivo, en el que se incluirán los requisitos para la conformación de las escuelas de seguridad y el pénsum académico para preparar al personal.
Cifras
12
Meses han pasado sin que se emita el instructivo para la formación de guardias, según dispone la Ley de Seguridad.
90
Días es el plazo que dan las autoridades policiales para la emisión de ese instructivo.
Críticas
Galo Estrella
PRESIDENTE DE ANESI GUAYAS
“Desde hace un año solo se ha mejorado en el control de las armas, pero en capacitación no se ha hecho nada”.
Jaime Guerra
DIRECTOR DEL CENTRO MILITAR
“Dos centros de formación no son suficientes para capacitar a tantos guardias, por eso hay tanta informalidad”.
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