La banca se 'forra' con el BCE

La banca se 'forra' con el BCE

En seis meses ha recibido casi medio billón de euros a tipos de hasta el 1%

05-08-2009 - Si es usted uno de los que se queja de que la banca ha cerrado el grifo de los préstamos, ahí va otro dato más que reforzará su cabreo: en los seis primeros meses del año las entidades españolas han recibido préstamos del Banco Central Europeo (BCE) por importe de 410.092 millones de euros, casi el equivalente a todo el dinero captado en 2008.

Según los datos del Banco de España y de la institución monetaria de la zona euro, la banca española ha sido una de las más activas en la captación de fondos del BCE. En concreto el volumen de las inyecciones recibidas equivale a un 11% del total prestado, que al cierre de junio alcanzaba los 3,62 billones de euros (más de tres veces el PIB de España). Se trata de una cantidad considerable teniendo en cuenta que las operaciones de refinanciación del BCE están dirigidas a los 16 países de la zona euro.

Gran parte de la cantidad recibida por los bancos y cajas españoles corresponde a las operaciones de financiación a largo plazo, es decir, aquéllas que no corresponden con la actividad ordinaria de subastas que desarrolla el BCE con un periodo de vencimiento a siete días. En concreto, de los 410.092 millones captados, 317.518 (un 77%) corresponde a este tipo de operaciones a largo plazo -desde 35 hasta 371 días, dependiendo de cada subasta- a un tipo de interés de entre el 1,25% y el 1% (dependiendo de las fechas de las subastas, ya que el BCE recortó el precio del dinero al 1% en mayo de este año).

Negocio financiero

El hecho de que la banca española haya recurrido repetidamente a este tipo de financiación tiene una doble lectura. Por un lado, se aprovecha de una oportunidad desconocida hasta ahora en la institución que preside Jean-Claude Trichet, y que es la de obtener dinero casi gratis (al 1%) durante un periodo prolongado que puede llegar incluso a los 12 meses. Por otro, la banca practica después un juego de inversión relativamente sencillo que le permite obtener grandes márgenes de beneficio.

El aval del Estado en las emisiones de la banca facilita que éstas puedan acudir a las subastas extraordinarias del BCE. Una vez captado el dinero al 1% lo invierten en deuda pública de alta calidad, es decir en bonos del Estado de países como Alemania, Reino Unido o España, cuyas rentabilidades oscilan entre el 3% y el 4%.

Con esta simple operación financiera la banca ha encontrado el modo más seguro de hacer negocio, como demostraban en las dos últimas semanas las cuentas de resultados de las grandes entidades, que han aumentado en un 22% su negocio bancario a pesar del fuerte descenso de la actividad crediticia e hipotecaria.

Mas confianza

Otra de las facilidades que el BCE brinda a los bancos y cajas de la zona euro, y que sirve como termómetro de la confianza que tienen las entidades entre sí es la «facilidad marginal de depósito». Esta herramienta tiene como objetivo absorber los excesos de liquidez de las entidades a un día. Durante los días más duros de la crisis financiera, los bancos recurrieron constantemente a esta posibilidad para dejar a buen recaudo sus excedentes temporales de liquidez, ya que no se atrevían a prestarlo a otras entidades.

Así, entre octubre del año pasado y enero de 2009, los bancos españoles destinaron 106.793 millones de euros al depósito del BCE (remunerado desde el 3,25% en octubre hasta el 1% de enero). Por su parte, el total de liquidez depositado en el BCE por la banca europea alcanzó en este mismo periodo los 813.991 millones.

Sin embargo, la mayor estabilidad en el mercado interbancario y la recuperación de la confianza entre las entidades ha reducido drásticamente el recurso a esta herramienta. Así, en los últimos 5 meses los bancos españoles han depositado sólo 12.835 millones, mientras que el total de las entidades de la zona euro se ha situado en 316.167 millones. Claro que también ha influido el hecho de que el BCE ahora sólo pague el 0,25% por dejar el dinero en sus arcas durante un día.

J. G. GALLEGO
El Mundo