Rubalcaba: «Trabajamos dentro y fuera de la isla» porque toda hipótesis es plausible

Rubalcaba: «Trabajamos dentro y fuera de la isla» porque toda hipótesis es plausible

El ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, ha comparecido hoy ante los medios de forma extraordinaria para informar sobre los últimos atentados terroristas que la banda ETA ha perpetrado en Palma de Mallorca, donde este domingo hizo estallar cuatro artefactos explosivos en varios establecimientos hosteleros y una galería subterránea de la Plaza Mayor, todos ubicados en el centro de la ciudad. En la rueda de prensa, que ha tenido lugar en la sede del Ministerio del Interior en Madrid, el titular de este departamento ha señalado que el primer artefacto, al principio, fue interpretado como una «explosión fortuita», aunque después se revisó la información y se ha concluido que el bar Nica también fue afectado por una pequeña cantidad de explosivo, confirmando de manera oficial que fueron cuatro y no tres los artefactos que estallaron en la capital balear.

Los atentados fueron precedidos por tres llamadas: a las 11.16 horas del pasado día 9 se recibió la primera en el cuartel del municipio de Calvià (Mallorca), comunicada a la Policía Nacional; en Radio Taxi Donosti, posteriormente, avisando de

que estallaría otra bomba entre las 12.00 y las 16.00 de la tarde, realizada desde una cabina de la compañía gala France Telecom entre Burdeos y Limoges; y a las 12.05 horas por parte de un ciudadano andaluz que recibe una llamada en su teléfono móvil y colgó el teléfono al considerarlo una «llamada de mal gusto», según ha descrito Rubalcaba. La Policía, avisada por el funcionario de la Junta de Andalucía, también interpretó como un «error» esta última llamada. En las llamadas, ha destacado el titular de Interior, no se identificó correctamente ni el lugar ni la hora donde se iban a producir las explosiones de las bombas de escasa potencia. Tampoco el número exacto de bombas que se habían colocado en distintos puntos de la urbe mallorquina, así que esa imprecisión de la información facilitada por los terroristas en sus llamadas impidió desalojar previamente a los clientes, por

ejemplo, del restaurante La Rigoletta, en el Paseo de Portitxol.

Las Fuerzas de Seguridad no descartan ninguna de las hipótesis porque cualquiera de ellas es «plausible» y, por este motivo, Rubalcaba ha dicho que están trabajando «dentro y fuera de la isla», como la investigación realizada en torno a una furgoneta robada en Valencia, que no condujo finalmente a la banda terrorista ETA. «Mallorca está en máxima alerta» para evitar, en la medida de lo posible, que la organización asesina «vuelva a atentar», para lo que «siempre está dispuesta». «ETA debería saber que estos atentados no hacen sino reforzarnos en nuestra firmeza y repugnancia por estos atentados», ha esbozado el responsable de la lucha antiterrorista

Rubalcaba ha indagado en que «lo razonable sería que los mismos etarras que mataron a los dos guardias civiles el pasado 30 de julio serían los autores de colocar los temporizadores» y los explosivos que estallaron este domingo. No ha precisado si se podrían haber colocado con mucha antelación, ya que los temporizadores sí funcionan con un largo lapso de tiempo, dando amplio margen de maniobra a los criminales.

La organización terrorista asesinó ese jueves 30 a dos guardias civiles, en cuyo coche-patrulla colocaron una bomba-lapa. Un artefacto idéntico, colocado en otro Nissan Patrol de la Benemérita, fue detonado por los artificieros, de forma controlada.

El Ministerio del Interior difundió recientemente la foto de seis presuntos miembros de ETA eventualmente relacionados con la última ofensiva de la banda terrorista: dos mujeres, Itziar Moreno Martínez e Iratxe Yáñez Ortiz de Barrón, y cuatro hombres, Alberto Machain Beraza, Oroitz Gurruchaga Gogorza, Joanes Larretxea Mendiola e Iván Saez de Jáuregui Ortigosa, todos ellos muy jóvenes. Sobre estas personas, ha dicho que no hay evidencia clara de que sean los responsables de los atentados de Palma, aunque sí ha precisado que las Fuerzas de Seguridad han acreditado que se trata de personas -los llamados en el argot policial como «huidos» de ETA- que están «trabajando en España» para ETAen este momento.