Muchos trabajadores afrontan la temporada sin ayuda de eventuales
CRISTINA DELGADO 23/08/2009
José estaba preocupado por la llegada del verano. Pensaba que con la crisis bajaría el nivel de trabajo en la tienda del grupo Inditex en la que trabaja desde hace varios años como dependiente con contrato indefinido. Lo que no se imaginaba era que en plena caída del consumo iba a tener que trabajar más que nunca. "No han contratado a nadie. Siempre llegaba alguien temporal. Pero este año nada. Nos hemos tenido que apañar los de siempre", comenta. El año pasado no bajaban de ocho en los turnos más flojos. "Este año julio fue muy duro, porque había días que a última hora de la tarde, cuando más lleno está el centro comercial, éramos sólo cuatro para toda la tienda", lamenta.
Las ventas han disminuido, admite, pero cree que no tanto como para prescindir de todos los refuerzos, especialmente en rebajas. "Y algunos días hasta se han llevado a parte de nuestra plantilla a otros centros, donde decían que estaban peor. Y las bajas no las han cubierto", cuenta resignado.
José (que ha preferido no facilitar su verdadero nombre, "para evitar problemas", al igual que el resto de los protagonistas de este reportaje) no es el único que ha sufrido la falta de ayuda este verano en el comercio. Muchas grandes cadenas, ante la previsión de menores ventas, han decidido no realizar ninguna contratación eventual o las han realizado sólo en puntos de venta muy concretos, con volúmenes de venta muy altos. En algunos casos, esta decisión de limitar las contrataciones se ha traducido en problemas para los que están detrás del mostrador. Turnos más largos, vacaciones más cortas o a partir de octubre y muchas horas extra.
En junio de 2006, un grupo de empresarios de la hostelería y el comercio de Cataluña denunció que había 10.000 puestos de trabajo que iban a dejarse sin cubrir en verano. ¿El problema? La falta de personal "dispuesto a trabajar en festivos y malos horarios". El parque de atracciones
Port Aventura, por ejemplo, se planteaba traer empleados mexicanos, contratados en origen, ante la imposibilidad de encontrar en España empleados. Tres años después, en junio de 2009, el sindicato UGT de la misma comunidad anunció que, según sus cálculos, este verano habría 10.000 contrataciones temporales menos que otros años. Port Aventura, por seguir con el mismo ejemplo, tiene ahora cerca de 1.750 empleados, un 20% menos que en 2008.
¿Cómo hemos pasado de importar trabajadores estivales a tener 1,4 millones de parados en el sector servicios? La crisis y la caída del consumo tienen la culpa. "La crisis es real, pero a veces a algunas empresas no ha llegado o no está siendo tan dura, y aun así aprovechan para aplicar medidas y ahorrar más. En el caso de muchos comercios, por ejemplo, están haciendo rebajas muy fuertes y, para poder seguir ganando lo mismo, recortan en los empleados", asegura Gonzalo Fuentes, responsable de comercio, hostelería y turismo del sindicato CC OO en Andalucía.
En junio, los grandes almacenes de El Corte Inglés anunciaron que este verano no realizarían ninguna contratación. Era la señal definitiva que hacía prever un verano sin refuerzos a la vista. La dirección de la empresa, según varias agencias de noticias, solicitaron a sus empleados a través de "cauces de voluntariedad" que retrasen el primer turno de vacaciones de julio hasta el día 13 de dicho mes. Una vez pasado el punto álgido de las rebajas tocaría apañarse con la plantilla habitual.
A mediados de ese mes, Carrefour siguió la misma senda. Según sus sindicatos, los hipermercados solicitaron a sus trabajadores que aplazaran sus vacaciones de verano a los meses de octubre y noviembre para así cubrir las necesidades de las tiendas sin tener que recurrir a contrataciones de refuerzo. A cambio, decía la petición, a aquellos que se quedaran trabajando en verano se les daría una compensación económica extra. Anged, patronal que representa a grandes superficies, el año pasado estimó que en temporada estival se llevaron a cabo 25.000 contratos. Este año, de momento, no ha facilitado datos ni valoraciones.
A Carmen, trabajadora desde hace varios años en uno de los centros de El Corte Inglés de la costa mediterránea, no le sorprendió el anuncio de la dirección. La empresa aseguró que, de todas formas, el volumen de contratación estival siempre es pequeño, y la medida no se notaría mucho. Sin embargo, Carmen sí ha sufrido la falta de refuerzos. "Además de no traer a nadie, a los trabajadores a tiempo parcial les han reducido al máximo las horas. A cambio, a los que somos fijos nos las han aumentado al máximo, en los peores turnos, para ahorrar. Y la mayoría las vacaciones no nos las cogemos hasta la segunda mitad de septiembre", repasa. En rebajas, dice, fue cuando más agobiados estuvieron.
Aun así, no se queja demasiado. Al menos, dice, ella tiene trabajo. "Es normal que muchos trabajadores no se quejen. Con las cifras de paro que hay la gente valora su puesto de trabajo más, aunque empeoren sus condiciones. Y la empresa, en muchos casos, se aprovecha de ese miedo y esa incertidumbre", razona Santos Nogales, secretario de acción sindical de la federación de comercio de UGT.
No en todo el comercio han renunciado a contratar en verano. Javier, que trabaja en los almacenes de la cadena de supermercados Consum, dice que ellos han pasado estos dos meses con un volumen de trabajo similar al de años anteriores. Han traído a un par de trabajadores temporales para compensar las vacaciones de los habituales. "Otros años igual entraba alguien más, pero también había un poco más de trabajo, así que está compensado", razona.
No sólo el comercio ha contenido los contratos. El sector servicios e incluso la industria han intentado reducir las incorporaciones. "En el sector servicios se ha notado mucho. En Málaga, por ejemplo, muchos restaurantes no han contratado a personal discontinuo como otros años, donde había camareros que iban desde Semana Santa hasta octubre. Este año no han cogido a nadie o llaman para días sueltos, o con parte de la jornada sin contrato", comenta Gonzalo Fuertes. "Es un error tener menos plantilla de la necesaria por ahorrar unos euros, porque acabarán pagándolo a largo plazo. Si consumidores y turistas reciben peor servicio, no vuelven", advierte.
CRISTINA DELGADO 23/08/2009
José estaba preocupado por la llegada del verano. Pensaba que con la crisis bajaría el nivel de trabajo en la tienda del grupo Inditex en la que trabaja desde hace varios años como dependiente con contrato indefinido. Lo que no se imaginaba era que en plena caída del consumo iba a tener que trabajar más que nunca. "No han contratado a nadie. Siempre llegaba alguien temporal. Pero este año nada. Nos hemos tenido que apañar los de siempre", comenta. El año pasado no bajaban de ocho en los turnos más flojos. "Este año julio fue muy duro, porque había días que a última hora de la tarde, cuando más lleno está el centro comercial, éramos sólo cuatro para toda la tienda", lamenta.
Las ventas han disminuido, admite, pero cree que no tanto como para prescindir de todos los refuerzos, especialmente en rebajas. "Y algunos días hasta se han llevado a parte de nuestra plantilla a otros centros, donde decían que estaban peor. Y las bajas no las han cubierto", cuenta resignado.
José (que ha preferido no facilitar su verdadero nombre, "para evitar problemas", al igual que el resto de los protagonistas de este reportaje) no es el único que ha sufrido la falta de ayuda este verano en el comercio. Muchas grandes cadenas, ante la previsión de menores ventas, han decidido no realizar ninguna contratación eventual o las han realizado sólo en puntos de venta muy concretos, con volúmenes de venta muy altos. En algunos casos, esta decisión de limitar las contrataciones se ha traducido en problemas para los que están detrás del mostrador. Turnos más largos, vacaciones más cortas o a partir de octubre y muchas horas extra.
En junio de 2006, un grupo de empresarios de la hostelería y el comercio de Cataluña denunció que había 10.000 puestos de trabajo que iban a dejarse sin cubrir en verano. ¿El problema? La falta de personal "dispuesto a trabajar en festivos y malos horarios". El parque de atracciones
Port Aventura, por ejemplo, se planteaba traer empleados mexicanos, contratados en origen, ante la imposibilidad de encontrar en España empleados. Tres años después, en junio de 2009, el sindicato UGT de la misma comunidad anunció que, según sus cálculos, este verano habría 10.000 contrataciones temporales menos que otros años. Port Aventura, por seguir con el mismo ejemplo, tiene ahora cerca de 1.750 empleados, un 20% menos que en 2008.
¿Cómo hemos pasado de importar trabajadores estivales a tener 1,4 millones de parados en el sector servicios? La crisis y la caída del consumo tienen la culpa. "La crisis es real, pero a veces a algunas empresas no ha llegado o no está siendo tan dura, y aun así aprovechan para aplicar medidas y ahorrar más. En el caso de muchos comercios, por ejemplo, están haciendo rebajas muy fuertes y, para poder seguir ganando lo mismo, recortan en los empleados", asegura Gonzalo Fuentes, responsable de comercio, hostelería y turismo del sindicato CC OO en Andalucía.
En junio, los grandes almacenes de El Corte Inglés anunciaron que este verano no realizarían ninguna contratación. Era la señal definitiva que hacía prever un verano sin refuerzos a la vista. La dirección de la empresa, según varias agencias de noticias, solicitaron a sus empleados a través de "cauces de voluntariedad" que retrasen el primer turno de vacaciones de julio hasta el día 13 de dicho mes. Una vez pasado el punto álgido de las rebajas tocaría apañarse con la plantilla habitual.
A mediados de ese mes, Carrefour siguió la misma senda. Según sus sindicatos, los hipermercados solicitaron a sus trabajadores que aplazaran sus vacaciones de verano a los meses de octubre y noviembre para así cubrir las necesidades de las tiendas sin tener que recurrir a contrataciones de refuerzo. A cambio, decía la petición, a aquellos que se quedaran trabajando en verano se les daría una compensación económica extra. Anged, patronal que representa a grandes superficies, el año pasado estimó que en temporada estival se llevaron a cabo 25.000 contratos. Este año, de momento, no ha facilitado datos ni valoraciones.
A Carmen, trabajadora desde hace varios años en uno de los centros de El Corte Inglés de la costa mediterránea, no le sorprendió el anuncio de la dirección. La empresa aseguró que, de todas formas, el volumen de contratación estival siempre es pequeño, y la medida no se notaría mucho. Sin embargo, Carmen sí ha sufrido la falta de refuerzos. "Además de no traer a nadie, a los trabajadores a tiempo parcial les han reducido al máximo las horas. A cambio, a los que somos fijos nos las han aumentado al máximo, en los peores turnos, para ahorrar. Y la mayoría las vacaciones no nos las cogemos hasta la segunda mitad de septiembre", repasa. En rebajas, dice, fue cuando más agobiados estuvieron.
Aun así, no se queja demasiado. Al menos, dice, ella tiene trabajo. "Es normal que muchos trabajadores no se quejen. Con las cifras de paro que hay la gente valora su puesto de trabajo más, aunque empeoren sus condiciones. Y la empresa, en muchos casos, se aprovecha de ese miedo y esa incertidumbre", razona Santos Nogales, secretario de acción sindical de la federación de comercio de UGT.
No en todo el comercio han renunciado a contratar en verano. Javier, que trabaja en los almacenes de la cadena de supermercados Consum, dice que ellos han pasado estos dos meses con un volumen de trabajo similar al de años anteriores. Han traído a un par de trabajadores temporales para compensar las vacaciones de los habituales. "Otros años igual entraba alguien más, pero también había un poco más de trabajo, así que está compensado", razona.
No sólo el comercio ha contenido los contratos. El sector servicios e incluso la industria han intentado reducir las incorporaciones. "En el sector servicios se ha notado mucho. En Málaga, por ejemplo, muchos restaurantes no han contratado a personal discontinuo como otros años, donde había camareros que iban desde Semana Santa hasta octubre. Este año no han cogido a nadie o llaman para días sueltos, o con parte de la jornada sin contrato", comenta Gonzalo Fuertes. "Es un error tener menos plantilla de la necesaria por ahorrar unos euros, porque acabarán pagándolo a largo plazo. Si consumidores y turistas reciben peor servicio, no vuelven", advierte.
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