Publicado el 25-08-09 , por C. Rivero / M. Tejo
Los juegos de palabras no gustan a los funcionarios, que piden explicaciones al Ejecutivo. Entre "contener" y "congelar" su sueldo hay una brecha millonaria.
Nueva polémica sobre las medidas del Gobierno, pese a que el debate sobre el cheque parado aún no se ha cerrado. Esta vez, la controversia afecta a los funcionarios, que ayer se veían perdidos en una maraña de declaraciones. Nadie desde el Gobierno fue capaz de dar una cifra sobre cómo serán sus sueldos el próximo año. El culpable: un juego de palabras del argot económico que impiden dar un cálculo concreto.
Por una parte, el Gobierno habla de "contención" salarial, el término usado por José Blanco, el ministro de Fomento, cuando lanzó el primer anuncio el sábado."Eso significaría elevar sus retribuciones menos que en los últimos años, es decir, por debajo del 3,8% pactado, por ejemplo, para 2009. Se trataría de incrementarlo en función de la inflación prevista o una cifra inferior", es decir, cerca de un 2%.
Pero esa "contención" es muy distinta de la "congelación" salarial, lectura con la que se quedaron la mayoría de los ciudadanos, y que desde ayer es una «hipótesis» que también maneja ahora el Ministerio de Trabajo.
Las diferencias entre uno y otro concepto son abismales. El crecimiento cero de los salarios (congelación) no ayudaría a acabar con el boom del déficit, que podría escalar por encima del 12% en 2010, según el consenso de los analistas. No obstante, esta propuesta ahorraría a la Administración 1.477 millones de euros, lo que se traduce en un alivio del 0,15% en el agujero de las cuentas públicas. Y se trataría, además, de un importante gesto político para la opinión pública.
Muy distinto es "contener" el sueldo de los funcionarios: eso supone adaptar sus nóminas a la inflación, lo que significa una reducción mucho menor de su salario, y, por tanto, un ahorro para el déficit muy inferior. El globo sonda lanzado por Blanco, que busca desligar el alza de los salarios del 2% tradicional para ajustarlos a la previsión real de inflación para 2010 "del 1,6% según los analistas", sólo reduciría el gasto público en 283 millones.
Eso es así porque mantener a cada funcionario le cuesta actualmente a la Administración 2.031,15 euros brutos mensuales de media o, lo que es lo mismo, 24.372 euros brutos anuales. El cálculo se refiere al salario total que recibe un funcionario en doce pagas, es decir, sumados todos los complementos extras y los beneficios sociales, sobre los que UGT y CCOO no están dispuestos a ceder.
Los sindicatos ya han advertido de que sólo aceptarán debatir sobre la "contención" retributiva de los trabajadores públicos, si el Gobierno les ofrece generosas contrapartidas adicionales.
"Contener" los sueldos es subirlos por debajo del 3,8%. "Congelarlos", dejarlos como están
Los expertos creen que la "hipótesis" que plantea el Gobierno llega tarde. Según el catedrático Juan Velarde, "no se pueden estar subiendo los salarios de manera importante sin descalabros en el sector público".
Tan sólo en la Administración central los sueldos se han disparado casi un 7%acumulado en 2008 y 2009. De media, el IPC creció en el mismo periodo, cerca de 4%. El ahorro de la nueva medida de austeridad anunciada por el ministro de guardia en agosto no llegaría ni para pagar la mitad de la factura prevista para hacer sufragar el nuevo subsidio de 420 euros o cheque parado, valorado por el Ejecutivo en 643 millones de euros.
La improvisación ha llevado al Gobierno a cambiar su opinión sobre el ajuste retributivo en la función pública en tres ocasiones. El primer capítulo lo abrió la secretaria de organización del PSOE, Leire Pajín, que aseguró el pasado 12 de agosto que este asunto "no está encima de la mesa". El segundo, lo inició Blanco, el pasado sábado, que apostó por vincular los salarios a la inflación. El titular de Trabajo dio ayer un paso más al admitir que entre sus "hipótesis" maneja la congelación de sueldo.
La vicepresidenta De la Vega "que tras la última remodelación gubernamental en abril adquirió las competencias del antiguo Ministerio de Administraciones Públicas" sigue desaparecida en combate.
Tres fórmulas discretas para recortar el gasto
El Gobierno ha intentado en tres ocasiones poner un torniquete al gasto que supone mantener las instituciones y empleados públicos. A día de hoy este colectivo lo componen más de tres millones de efectivos , una red que el propio sindicato CSI-CSIF considera que está posiblemente "sobredimensionada".
1. El primer intento de aligerar los gastos del Estado se fraguó con el recorte de 1.500 millones en los gastos corrientes de los ministerios para este año. Pese a que los expertos ya recomendaron tocar entonces los sueldos, el Gobierno se comprometió a no alterar las retribuciones.
2. El siguiente paso fue la reducción en un 70% de la Oferta de Empleo Público: en 2010 sólo se repondrán el 30% de las vacantes para ahorrar "300 millones". Los sindicatos quieren participar en el diseño de las nuevas ofertas de empleo.
3. Finalmente, el presidente anunció a principios de año que los altos cargos del Estado, empresas públicas y otras instituciones verán congeladas sus retribuciones (básicas y complementarias), durante 2009, "como medida de austeridad y ejemplarizante" para el resto.
Los juegos de palabras no gustan a los funcionarios, que piden explicaciones al Ejecutivo. Entre "contener" y "congelar" su sueldo hay una brecha millonaria.
Nueva polémica sobre las medidas del Gobierno, pese a que el debate sobre el cheque parado aún no se ha cerrado. Esta vez, la controversia afecta a los funcionarios, que ayer se veían perdidos en una maraña de declaraciones. Nadie desde el Gobierno fue capaz de dar una cifra sobre cómo serán sus sueldos el próximo año. El culpable: un juego de palabras del argot económico que impiden dar un cálculo concreto.
Por una parte, el Gobierno habla de "contención" salarial, el término usado por José Blanco, el ministro de Fomento, cuando lanzó el primer anuncio el sábado."Eso significaría elevar sus retribuciones menos que en los últimos años, es decir, por debajo del 3,8% pactado, por ejemplo, para 2009. Se trataría de incrementarlo en función de la inflación prevista o una cifra inferior", es decir, cerca de un 2%.
Pero esa "contención" es muy distinta de la "congelación" salarial, lectura con la que se quedaron la mayoría de los ciudadanos, y que desde ayer es una «hipótesis» que también maneja ahora el Ministerio de Trabajo.
Las diferencias entre uno y otro concepto son abismales. El crecimiento cero de los salarios (congelación) no ayudaría a acabar con el boom del déficit, que podría escalar por encima del 12% en 2010, según el consenso de los analistas. No obstante, esta propuesta ahorraría a la Administración 1.477 millones de euros, lo que se traduce en un alivio del 0,15% en el agujero de las cuentas públicas. Y se trataría, además, de un importante gesto político para la opinión pública.
Muy distinto es "contener" el sueldo de los funcionarios: eso supone adaptar sus nóminas a la inflación, lo que significa una reducción mucho menor de su salario, y, por tanto, un ahorro para el déficit muy inferior. El globo sonda lanzado por Blanco, que busca desligar el alza de los salarios del 2% tradicional para ajustarlos a la previsión real de inflación para 2010 "del 1,6% según los analistas", sólo reduciría el gasto público en 283 millones.
Eso es así porque mantener a cada funcionario le cuesta actualmente a la Administración 2.031,15 euros brutos mensuales de media o, lo que es lo mismo, 24.372 euros brutos anuales. El cálculo se refiere al salario total que recibe un funcionario en doce pagas, es decir, sumados todos los complementos extras y los beneficios sociales, sobre los que UGT y CCOO no están dispuestos a ceder.
Los sindicatos ya han advertido de que sólo aceptarán debatir sobre la "contención" retributiva de los trabajadores públicos, si el Gobierno les ofrece generosas contrapartidas adicionales.
"Contener" los sueldos es subirlos por debajo del 3,8%. "Congelarlos", dejarlos como están
Los expertos creen que la "hipótesis" que plantea el Gobierno llega tarde. Según el catedrático Juan Velarde, "no se pueden estar subiendo los salarios de manera importante sin descalabros en el sector público".
Tan sólo en la Administración central los sueldos se han disparado casi un 7%acumulado en 2008 y 2009. De media, el IPC creció en el mismo periodo, cerca de 4%. El ahorro de la nueva medida de austeridad anunciada por el ministro de guardia en agosto no llegaría ni para pagar la mitad de la factura prevista para hacer sufragar el nuevo subsidio de 420 euros o cheque parado, valorado por el Ejecutivo en 643 millones de euros.
La improvisación ha llevado al Gobierno a cambiar su opinión sobre el ajuste retributivo en la función pública en tres ocasiones. El primer capítulo lo abrió la secretaria de organización del PSOE, Leire Pajín, que aseguró el pasado 12 de agosto que este asunto "no está encima de la mesa". El segundo, lo inició Blanco, el pasado sábado, que apostó por vincular los salarios a la inflación. El titular de Trabajo dio ayer un paso más al admitir que entre sus "hipótesis" maneja la congelación de sueldo.
La vicepresidenta De la Vega "que tras la última remodelación gubernamental en abril adquirió las competencias del antiguo Ministerio de Administraciones Públicas" sigue desaparecida en combate.
Tres fórmulas discretas para recortar el gasto
El Gobierno ha intentado en tres ocasiones poner un torniquete al gasto que supone mantener las instituciones y empleados públicos. A día de hoy este colectivo lo componen más de tres millones de efectivos , una red que el propio sindicato CSI-CSIF considera que está posiblemente "sobredimensionada".
1. El primer intento de aligerar los gastos del Estado se fraguó con el recorte de 1.500 millones en los gastos corrientes de los ministerios para este año. Pese a que los expertos ya recomendaron tocar entonces los sueldos, el Gobierno se comprometió a no alterar las retribuciones.
2. El siguiente paso fue la reducción en un 70% de la Oferta de Empleo Público: en 2010 sólo se repondrán el 30% de las vacantes para ahorrar "300 millones". Los sindicatos quieren participar en el diseño de las nuevas ofertas de empleo.
3. Finalmente, el presidente anunció a principios de año que los altos cargos del Estado, empresas públicas y otras instituciones verán congeladas sus retribuciones (básicas y complementarias), durante 2009, "como medida de austeridad y ejemplarizante" para el resto.
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