La Policía descarta que la víctima o sus acompañantes contestaran a los disparos

No hubo intercambio de disparos. Las investigaciones realizadas por el Grupo de Homicidios de la Policía Nacional descartan que la mujer fallecida o sus vecinos del poblado respondieran con armas de fuego a la agresión de que fueron objeto. Así, parece que el balazo que alcanzó a El Farru en el costado le llegó, probablemente de rebote, de su propia arma o de alguno de sus cómplices. Los agentes de Homicidios estaban pendientes, no obstante, de confirmar este extremo con pruebas de balística.
Los hechos ocurrieron sobre las once de la noche del lunes, cuando El Farru llegó en coche al poblado, acompañado al parecer de dos de sus hermanos y una mujer. Fuentes policiales apuntaron la hipótesis de que, probablemente, no tenían intención de matar a La Parrala, sino solo de asustarla para que les pagara. La negativa de la mujer y la discusión que presumiblemente siguió desembocó en los disparos.

Hubo varios tiros, y uno de ellos alcanzó a la mujer en la cabeza, provocándole gravísimas lesiones. Los atacantes huyeron del lugar, mientras que La Parrala era conducida en un coche particular al hospital de Son Llàtzer, donde falleció mientras era atendida por los médicos.
En el hospital coincidieron la víctima y el presunto matamoscas, ya que El Farru llegó allí para recibir asistencia por su herida en el costado. Su hermano fue detenido tras ser sorprendido por un guardia jurado del hospital cuando intentaba esconder dos revólveres entre unos matorrales. Sus otros acompañantes huyeron.