Las denuncias de los etarras detenidos repiten las instrucciones de su manual

Las denuncias de los etarras detenidos repiten las instrucciones de su manual

La resolución del Parlamento vasco en la que se acusaba al Gobierno de Zapatero de amparar la tortura, aprobada con los votos de nacionalistas y proetarras, tiene su origen en los supuestos malos tratos recibidos por Igor Portu y Mattin Sarasola, miembros del «comando Elurra», detenidos por la Guardia Civil el pasado mes de enero en Mondragón, Guipúzcoa.


El ingreso de uno de ellos, Portu, en un hospital durante el período de incomunicación, para ser tratado de unas lesiones sufridas al oponer resistencia en el momento de su arresto, según se detalla en el testimonio aportado por la Benemérita a la Audiencia Nacional, originó, como es habitual en estos casos, que el entorno de la banda criminal, con el apoyo de

sectores nacionalistas, lanzaran una campaña contra las Fuerzas de Seguridad del Estado. Sin embargo, las investigaciones abiertas para esclarecer todo lo relacionado con el citado «comando», autor, entre otras acciones criminales, del atentado contra un aparcamiento de la T-4 de Barajas, en el que fueron asesinadas dos personas, permitieron descubrir, en el domicilio de uno de los miembros de la célula, un documento de ETA sobre cómo «hacer frente a las detenciones», tal y como adelantó LA RAZÓN en su ediciones del 13 de enero y 28 de febrero. Es decir, que los miembros del comando «Elurra», entre ellos Portu y Sarasola, conocían el referido documento en el que ETA da instrucciones a sus miembros sobre la forma de

comportarse en caso de ser arrestados por las Fuerzas de Seguridad.

La banda ha pasado de una época en la que no daba mucha importancia a lo que sus pistoleros pudieran declarar en el período de incomunicación (bastaba con negarlo después todo ante el juez alegando malos tratos) a intentar que se mantengan en silencio y, como suele ser habitual, no lo cuenten todo a la Guardia Civil, la Policía o la Ertzaintza.

En el cuadro que se publica en esta misma página se pueden observar las similitudes entre el contenido del documento etarra y las denuncias que contra la Guardia Civil presentaron Igor Portu y Mattin Sarasola. Este último prestó una amplia declaración a la Benemérita en la que, además de permitir el esclarecimiento de la autoría del atentado de la T-4, aportaba todos los datos relativos al periplo criminal del «comando Elurra». Es decir, no había conseguido cumplir las órdenes que le había dado la propia banda para que no contara nada, que «estuviera callado y responder a todo con un no sé».

Fuentes antiterroristas consultadas por LA RAZÓN subrayan que no se tengan en cuenta estos documentos, que obran en poder de la Audiencia Nacional, y que se acuse sin más a la Guardia Civil.