Rescatan el coche del vigilante del pósito crucense que unos furtivos pudieron tirar al mar

Rescatan el coche del vigilante del pósito crucense
que unos furtivos pudieron tirar al mar




El conflicto entre integrantes de la Cofradía de Pescadores de
Cabo de Cruz y los furtivos parece no tener fin. Eso es lo que parece después
de lo sucedido a las seis de la mañana de ayer en el muelle del lugar. Un
vigilante del pósito J.R.C., de Asados, iba a relevar a un compañero y dejó su
coche, un Citroën Xsara C-9227-BX, con las llaves en el contacto, la marcha y
el freno de mano puestos y las luces encendidas delante del galpón de la entidad
crucense, de donde iba a sacar el todoterreno para patrullar por plazas de su
concesión. Cuando salió del garaje se percató de que su coche no estaba y pensó
que se lo robaran. Sin embargo, unos bateeiros le indicaron que habían
escuchado un fuerte golpe. No era otro que el ocasionado por su vehículo al ser
arrojado al mar. El Citroën Xsara apareció a unos cien metros de donde lo había
dejado. Nada hace suponer que el coche se desplazó por si sólo, y todo hace
apuntar que fueron varias personas las que lo movieron y arrojaron al mar.

Tras localizar el coche a seis metros de profundidad, unos buzos del Grumir
de Riveira y de los bomberos del parque riveirense se sumergieron para
comprobar si cayera alguna persona, algo que descartaron muy pronto, al no
encontrar nadie ni dentro del automóvil ni sus alrededores. Luego engancharon
unas cuerdas a los ejes del coche para poder sacarlo con una grúa. Al lugar
también acudieron miembros de Protección Civil, los bomberos, la Policía Local y la Guardia Civil de Boiro,
y una ambulancia del 061.

El patrón mayor, Carmelo Vidal, manifestó tras conocer los hechos que aunque
las investigaciones por lo sucedido aún siguen abiertas, sospecha que el coche
pudo llegar al mar movido y empujado por furtivos.

[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]

[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]Los vigilantes de la Cofradía de Cabo de Cruz vuelven a estar en el punto de mira. Un turismo propiedad de uno de estos profesionales, que estaba aparcado en el muelle, apareció en el mar poco después de las seis de la madrugada de ayer. Aunque por el momento se desconocen los motivos por los que el vehículo acabó precipitándose al mar, todo apunta a que se trata de un nuevo episodio del enfrentamiento que desde hace meses mantienen los furtivos y los empleados de la entidad, ya que el coche tenía puesta una marcha y el freno de mano cuando cayó al mar.
El incidente se produjo tras el cambio de guardia, según precisó el patrón mayor, Carmelo Vidal. «O traballador acababa de chegar e deixou o seu coche no peirao, ao lado da rampla. Entrou no galpón para coller o todoterreo para saír a vixiar. Como é novo, leva quince días con nós, tardou un pouco máis, e cando chegou a fóra xa non viu o seu turismo. Pensou que llo roubaran», explicó ayer el patrón mayor.

Un grupo de marineros que se estaban preparando para salir hacia las bateas escucharon el estruendo que originó el vehículo cuando se precipitó al agua. Tras percatarse de lo sucedido y temiendo que pudiese haber alguien en su interior, alertaron de inmediato a las fuerzas del orden.

Sabotaje

Hasta el lugar de los hechos acudieron agentes de la Policía Local y del Grumir de Boiro, así como un equipo de buzos del grupo de intervención rápida de Ribeira. Tras comprobar que no había nadie dentro del coche, avisaron a una grúa que se encargó de izarlo a tierra.

El vehículo, un Citroën Xsara, se hallaba a unos seis metros de profundidad y es propiedad de J.?R.?C., vecino de Rianxo.

Carmelo Vidal señaló que aunque oficialmente se desconoce lo que pasó, todo apunta a que se trata de un sabotaje por parte de algún furtivo.

vigilante de Cabo de Cruz al que tiraron su coche al mar dice que no tiene
enemigos



El trabajador afirma que el suceso se debe a un ensañamiento de los
furtivos con la cofradía








No quiere hablar ni darle importancia al suceso. El
vigilante del pósito de Cabo de Cruz que el lunes se quedó sin coche después de
que supuestamente fuera arrojado al mar por unos furtivos, lo tiene muy claro:
«Non foron contra min, senón que é un ensañamento coa confraría». El empleado
comentó que comenzó a trabajar para el pósito el día 1 de este mismo mes, por
lo que «non tiven tempo de facer inimigos». Además, hasta el momento, no ha
tenido ningún encontronazo con nadie en los arenales boirenses.





El empleado de la cofradía relató cómo sucedieron los
hechos: «Chegamos os tres vixilantes para empezar a traballar ás seis da mañá.
Deixamos os nosos coches na entrada do galpón para sacar os todoterreos e meter
os nosos dentro. Quedaron encendidos e o meu, como era o que estaba máis cerca
do mar, foi o que tiraron. Tardamos uns catro minutos en saír e o turismo xa
non estaba onde o deixei, polo que me temín o peor, como así foi».





Este trabajador, natural de Rianxo, está convencido de que
los estaban vigilando, pues «nada máis entrar para sacar os coches xa tiraron o
meu ao mar», relató.





A pesar de que lleva poco tiempo trabajando para la cofradía
crucense, comentó que conoce perfectamente los problemas existentes en las
costas boirenses y apuntó que existe una violencia descontrolada.





Para este profesional de la vigilancia, el suceso es un
riesgo más que tienen que correr en su profesión, pues situaciones de este tipo
se viven con frecuencia en Cabo de Cruz con la intención de hacer daño y de
entretenerlos en cosas distintas a los controles en los arenales. Los ataques a
los dirigentes del pósito son continuos, así como a los vehículos de la
entidad, con acciones como roturas de lunas y pinchazos de las ruedas con
tablas con puntas escondidas en las playas.





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