Una empresa de la Junta triplica sus cargos directivos en medio de la crisis

Una empresa de la Junta triplica sus cargos directivos en medio de la crisis


La consejera de Salud de la Junta, María Jesús Montero. | Jesús Morón

• Esta emprresa pública ha pasado de tener cuatro directivos a una docena
  
• Se benefician de un acuerdo de reclasificación que les asegura un puesto futuro
  

La Escuela Andaluza de Salud Pública (EASP), una empresa radicada en Granada cuyo capital desembolsa íntegramente la Consejería de Salud de la Junta, ha triplicado sus cargos directivos desde el nombramiento como consejero delegado -hace poco más de un año- del ex director general de Asistencia Sanitaria del SAS Joaquín Carmona Díaz-Velarde, cesado en su día en pleno estallido del escándalo del presunto maquillaje de las listas de espera en el Hospital Virgen de las Nieves de Granada.

En medio de una crisis económica sin parangón que ha forzado al Gobierno andaluz que preside el socialista José Antonio Griñán a llevar a cabo una reducción de más del cuatro por ciento en su nómina de altos cargos, la EASP no sólo ha optado por multiplicar su organigrama, sino que además su consejo de dirección no ha tenido el menor complejo a la hora de aprovechar su capacidad de mando para blindarse salarialmente en previsión de hipotéticas dimisiones o destituciones futuras.
De las cuatro direcciones con las que históricamente había venido funcionando esta Escuela desde su creación en 1985 (las de Docencia, Investigación, Consultoría y Cooperación Internacional) se ha pasado a una docena, con siete direcciones de áreas de conocimiento (Salud Pública: Promoción y Prevención de la Salud; Salud Pública: Protección de la Salud; Salud Internacional; Ciudadanía y Ética; Dirección de Organizaciones Sanitarias; Gestión de la Práctica Asistencial; y Evaluación y Calidad en la Asistencia Sanitaria), dos subdirecciones de áreas de soporte (Recursos y Sistemas de Información) y tres coordinadores de áreas de producción (Docencia, Investigación y Consultoría).
Además, el pasado 22 de diciembre la remozada directiva de la EASP aprobaba una convocatoria de reclasificación ideada para mejorar las condiciones salariales de la plantilla de profesionales de la empresa, pero de la que van a disfrutar también (gracias, en concreto, a la cláusula III b de la primera de las bases reguladoras del procedimiento) todos aquellos empleados que hubiesen sido elegidos por el consejero delegado de la sociedad, el citado Joaquín Carmona, para formar parte del consejo de dirección.
Por lo tanto, y conforme a ese acuerdo aprobado por el órgano que ellos mismos integran, varios de los directivos de la Escuela Andaluza de Salud Pública, que ahora mismo están disfrutando de complementos salariales por el cargo que ostentan de responsabilidad directiva, se han asegurado su reincorporación en el futuro a una plaza de profesor, especialista o técnico con un sueldo mayor del que recibían antes de pasar a dirigir la empresa gracias y junto a Joaquín Carmona.
Para evitar, pese a los incrementos de nómina universales y a la proliferación de directivos, que se disparen los gastos de personal, desde que se aprobó este nuevo sistema de reclasificación profesional se han sucedido los despidos entre los trabajadores de menor rango -personal administrativo, técnicos...- con los que simular un control presupuestario que, sin embargo, no se compadece con otras decisiones de la dirección de la empresa.
La Consejería de Salud niega absolutamente estas informaciones, confirmadas en todos sus extremos por fuentes cercanas a la EASP consultadas por elmundo.es. Según la versión del Gobierno andaluz, antes y después de la llegada de Joaquín Carmona a la Escuela el organigrama contaba y cuenta con nueve directivos, que no altos cargos.
Es más: el actual consejero delegado presume de haber reducido la estructura organizativa al prescindir de la figura del gerente -que sí era alto cargo de la Administración autonómica-, con lo que el Ejecutivo regional asegura que se ahorra 46.063 euros en sueldos de alta dirección, ya que sólo paga como tal a Carmona.
El resto de directivos (nueve según la Junta, al menos 11 según ratifican otras fuentes vinculadas a la EASP) son empleados a los que en los contratos se les incorpora -mediante una cláusula- una adenda de directivo, que contempla un extra fijo más otro complemento por incentivos y que se calcula porcentualmente sobre el sueldo.
Respecto a la convocatoria de reclasificación profesional, la Junta alega que estaba planteada en el convenio y firmada por el comité de empresa, y que el único fin es que no se penalice a nadie por ser jefe. Sin embargo, otras fuentes precisan que los trabajadores dieron luz verde cuando sólo había cuatro jefes de área que, además, no podían resultar beneficiados, ya que todos estaban cobrando el máximo salarial y ninguno aspiraría a mejoras económicas.