GM: Un acuerdo sobre ruedas

GM: Un acuerdo sobre ruedas

Debería ser tenido en cuenta por el gobierno y la oposición, además de constituirse en referencia añadida para desbloquear la revisión de los convenios en el presente año, como vienen reivindicando los sindicatos, y acelerar la firma de los nuevos convenios todavía pendientes de negociación.

30-10-2009 - Los trabajadores de General Motors de España (GM), en distintas asambleas, han ratificado por amplia mayoría el preacuerdo firmado por los sindicatos UGT y CCOO con la dirección general de Magna, lo que garantiza la continuidad de la planta de Figueruelas de Zaragoza durante los próximos 10 años y por lo tanto el impacto positivo que se viene produciendo desde hace 27 años en el conjunto de la economía de Aragón (representa más del 25% de la industria manufacturera de la región) y del empleo por añadidura. En este periodo de tiempo GM ha producido más de 10 millones de vehículos y exportado sus productos a más de 70 países.

El acuerdo apuesta por la planta de Figueruelas como el buque insignia del grupo GM en Europa asumiendo el mantenimiento de las dos líneas actuales de ensamblaje de la planta que garantizan una capacidad técnica instalada para producir 478.000 unidades al año (el 70% aproximadamente para la exportación) con una plantilla en torno a 6.500 trabajadores directos y unas 100 empresas auxiliares de componentes que generan un empleo indirecto de más de 6.000 trabajadores dedicados a producir los modelos Corsa, Meriva, y Combo.

Magna ha confirmado en el acuerdo la ubicación de la nueva generación del Corsa en Zaragoza- “mediante las inversiones que sean necesarias”- y acordado distribuir el total del volumen de producción futura entre Zaragoza y Eisenach (Alemania) con una carga de trabajo del 72% y 28% respectivamente a partir del lanzamiento del nuevo Corsa en el año 2013. Mientras tanto, entre 2010 y 2013, Magna se compromete a garantizar una carga de trabajo mínima para Zaragoza del 70% del conjunto de la producción de las plantas de Zaragoza y Eisenach. En consecuencia, esta última se encargará de producir el modelo de 3 puertas hasta un máximo del 30% de su volumen de producción.
De la misma manera se mantendrán las matrices de estampación de los modelos Corsa 5 puertas y Meriva, así como las piezas comunes del Corsa 5 y 3 puertas que se mantendrán en su ubicación actual, por lo tanto en Zaragoza.

En relación con las empresas auxiliares Magna se compromete a “fortalecer la base de suministros para Zaragoza trabajando estrechamente con los proveedores” para garantizar la competitividad y la mejora técnica de los suministros. En cuanto a la plantilla, los sindicatos han conseguido reducir considerablemente el número de los trabajadores afectados por los despidos de los 1.672 iniciales hasta los 900 trabajadores, lo que no deja de representar un fortísimo sacrificio que ha resultado inevitable para salvar la empresa y por lo tanto el mayor número de puestos de trabajo. En todo caso, los despidos se irán llevando a cabo escalonadamente de acuerdo con las necesidades de la producción de la planta y se llevarán a la práctica mediante “un plan socialmente responsable” a partir de jubilaciones, prejubilaciones, y bajas voluntarias e incentivadas que den paso a un plan específico de recolocación y formación profesional. El plan social será negociado y desarrollado en el ámbito local y comprometerá a las distintas administraciones públicas y a los sindicatos.

Por último, los sindicatos deberán concretar con la dirección de Magna cómo afectará a los trabajadores el plan de ahorro salarial acordado de 25,8 millones de euros, que afectará, desde la progresividad, a los salarios directos así como a los costos indirectos. Este esfuerzo y contribución sentará a los trabajadores en el consejo de administración de la nueva Opel, con lo que deberán asumir también el papel de accionistas (Magna-Sberbank, 55%; GM-Opel Europa, 35%; y los trabajadores, 10%).

La valoración que se ha hecho del conjunto del acuerdo resulta positiva si tenemos en cuenta las dificultades existentes en la actual situación de crisis para garantizar la viabilidad de una empresa del automóvil, como GM en España, en pugna con otras plantas de la Unión Europea (Polonia, Bélgica, y Reino Unido) y particularmente con Alemania- con cuatro plantas y en torno a 13.000 trabajadores- y la Sra. Ángela Merkel a la cabeza presionando muy fuerte en términos políticos y económicos a EEUU y Bruselas- por motivos distintos, pero en todo caso en defensa de sus intereses-, particularmente con ocasión de la reciente campaña electoral celebrada en Alemania por su fuerte componente de proyección mediática.

El acuerdo ha sido posible en primer lugar por la competitividad, eficiencia, y volumen de producción de la planta de Figueruelas, muy por encima del resto de las plantas de la UE, como reconocen todas las partes implicadas, así como por su capacidad tecnológica y la cualificación de los trabajadores. En segundo lugar, por el buen trabajo acordado y desarrollado por los responsables de la administración central (Ministerio de Industria) y autonómica (Diputación General de Aragón), y desde luego por la responsabilidad puesta de manifiesto por los sindicatos.

Por lo tanto, de aquí en adelante hay que discutir el costo económico de la operación que tendrán que asumir, sobre todo Alemania (reconoce que se necesitan 4.500 millones de euros para iniciar la etapa de la nueva Opel), y los gobiernos de España y Aragón- el parlamento aragonés ya ha aprobado un aval de 200 millones de euros y se baraja que el gobierno central podría triplicar esa cifra- junto a los gobiernos con plantas de Opel en la UE. En este sentido, debemos exigir que las cantidades comprometidas tengan las máximas garantías y por lo tanto se liguen al cumplimiento del acuerdo en el periodo comprometido y se establezcan en proporción al peso específico y al empleo de cada una de las plantas.

Atrás queda la discusión sobre las ayudas al sector de automoción que ya nadie discute en la UE y en España- el gobierno acaba de aprobar seguir subvencionando la compra de un vehículo nuevo- dada la influencia económica que tiene el sector del automóvil, y el empleo que genera, en territorios concretos como ocurre en Aragón.

Sin embargo de cara al futuro- 10 años pasan rápidamente-, GM debe abordar dos asuntos que ya están en discusión en el sector del automóvil a nivel mundial: la energía que consume el automóvil en estos momentos (derivados del petróleo) y el alto grado de contaminación atmosférica que genera la combustión del automóvil.
El petróleo tiene fecha de caducidad, por eso resulta imprescindible estudiar medidas de ahorro energético y, sobre todo, buscar fuentes alternativas de energía limpia que resuelvan este problema (biocombustibles y coche eléctrico). Se pretende superar el grado de contaminación de las ciudades y del conjunto del planeta que resulta ya insostenible como, por ejemplo, pueden comprobar a diario los que viven en el centro de Madrid que, todo hay que decirlo, preocupa poco al alcalde Sr. Gallardón más ocupado en obras faraónicas y grandes olimpiadas- que afectan sólo a una parte de la población- que en la resolución de un problema que afecta a la salud y a la calidad de vida de todos los que viven y trabajan en Madrid.

Otra enseñanza que nos reporta la crisis de GM es que Zaragoza debe seguir diversificando más su economía, muy polarizada en torno al sector del automóvil. La ubicación geográfica, equidistante entre Madrid y Barcelona, y sus comunicaciones por tren (AVE), carretera, y avión facilitan y potencian dicha diversificación. Es, por lo tanto, el momento de tomar conciencia y estudiar las medidas más favorables que la hagan posible, en coherencia con la búsqueda de un nuevo modelo productivo- sostenible en términos sociales y medioambientales- para nuestro país, basado en la innovación, la investigación, la cualificación profesional y universitaria, y el aumento del valor añadido del producto.

En todo caso este acuerdo- que se añade a los conseguidos por Seat, Renault, y Ford- resulta oportuno en medio de la crisis por la confianza que genera en el conjunto de la economía- particularmente en Aragón- y representa un ejemplo en la búsqueda y consecución de acuerdos y consensos para salir de la crisis. Por eso debería ser tenido en cuenta por el gobierno y la oposición, además de constituirse en referencia añadida para desbloquear la revisión de los convenios en el presente año, como vienen reivindicando los sindicatos, y acelerar la firma de los nuevos convenios todavía pendientes de negociación. Esta circunstancia está impidiendo preparar la negociación colectiva para los próximos años, y está retrasando el diálogo social entre los interlocutores sociales y el gobierno que debe encaminarse a la búsqueda de soluciones para resolver los problemas derivados de la crisis y, particularmente, el problema que representa el desempleo. Los sindicatos acaban de manifestarse con éxito en el sector del metal y han convocado nuevas movilizaciones en torno a este problema para el próximo día 12 de diciembre. Esperemos que la CEOE reflexione y que éstas no sean necesarias después del ejemplo de los trabajadores de GM en Zaragoza.

Antón Saracíbar
Fundación Sistema