Un informe del SUP revela que en la provincia de Jaén las dependencias «para nada cumplen con la normativa de la Ley de Riesgos Laborales»

Un informe del SUP revela que en la provincia de Jaén las dependencias «para nada cumplen con la normativa de la Ley de Riesgos Laborales»

Un informe del SUP revela que los 300 funcionarios de la Policía en Jaén trabajan en dependencias que «para nada cumplen con la normativa de la Ley de Riesgos Laborales» y que tienen agujeros en cuestiones de seguridad impropias de una comisaría. Las más evidentes son la ausencia de un arco de seguridad o de «un simple detector con luz ultravioleta para poder detectar posibles documentos falsos para entrar», según un informe hecho público ayer por el secretario del SUP en Jaén, Jaime Torres.

El caserón de Arquitecto Berges es muy céntrico (la Junta suspira por él) pero viejo y pequeño. «Antiguo, sin ascensor, parcheado», dice Torres. El principal problema es el del hacinamiento. «Brigadas y grupos están hacinados, comprimidos, embotellados en despachos sin espacio, habitáculos que no superan los 15 metros cuadrados para seis policías, en la

Oficina de Denuncias sólo una mampara separa las dos mesas, con lo que un denunciante se entera de paso de todo lo que le ha ocurrido al de al lado, no hay vestuarios para las funcionarias. En las dependencias de Obispo Estúñiga también se acumulan problemas. Especialmente sangrante es la situación de los ciclomotores y motocicletas intervenidas, que se amontonan en el interior. Los coches intervenidos están en la calle protegidos sólo por una cinta de plástico. Como en la calle no hay mucha iluminación su vigilancia es difícil. Los últimos tres comisarios que han pasado por Jaén han movido hilos para intentar un traslado de la Comisaría a unas dependencias más dignas. Justo Aguilera, hace ya un

lustro, intentó mudarse al Banco de España, aunque había demasiados problemas técnicos con el edifico de Moneo para hacer allí una comisaría de policía. La solución va para largo