ANV llama a "parar" el TAV porque "refleja la falta de soberanía" de Euskadi

ANV llama a "parar" el TAV porque "refleja la falta de soberanía" de Euskadi

EFE
Actualizado 29-05-2008 13:43 CET

San Sebastián.- Cargos electos de ANV han hecho hoy un llamamiento a los ciudadanos para "parar" el Tren de Alta Velocidad (TAV) porque este proyecto constituye, a su juicio, un "reflejo de la situación de sometimiento y falta de soberanía que padece Euskal Herria".



Cargos electos de ANV han hecho hoy un llamamiento a los ciudadanos para "parar"
el Tren de Alta Velocidad (TAV).

Los concejales de ANV en Irun (Guipúzcoa), Peio Gaskon, y de Elorrio (Vizcaya), Txaber Igarza, han ofrecido una rueda de prensa en San Sebastián en la que, en nombre de la izquierda abertzale, han animado a los ciudadanos a participar en una manifestación convocada el sábado en la capital guipuzcoana por la coordinadora contra el Tren de Alta Velocidad.

Igarza ha afirmado que el Tren de Alta Velocidad "alimenta el marco de la negación, la partición y el sometimiento" del País Vasco, al tiempo que ha denunciado la inexistencia de "cauces de participación" ciudadana.

"El señor Juan José Ibarretxe se llena la boca con el ejercicio del derecho a decidir", ha sostenido Igarza, quien ha añadido que "curiosamente el Gobierno Vasco niega la capacidad de decisión de la ciudadanía en torno a tan controvertido proyecto".

ANV ha criticado asimismo al PNV y al PSE/EE por intentar "quitar del medio cualquier voz discrepante" con el proyecto de TAV a través de mociones de censura en los municipios gobernados por esta formación de la izquierda abertzale.

Los representantes de la izquierda abertzale han acusado también a los promotores del TAV de favorecer los "negocios" de las empresas concesionarias, además de "reforzar" el modelo "neoliberal" que impulsan partidos como el PNV, UPN y UMP en Francia.

También han sostenido que proyectos como el de la "Y" ferroviaria vasca se inscriben en el sistema político y económico "del chanchullo y el robo de dinero público", como demuestran a su juicio, los casos de la Hacienda de Irun, el museo Balenciaga o el Guggenheim.