MADRID, 2 Ene. (EUROPA PRESS) -
Unas 25.000 personas abarrotaron ayer durante más de 14 horas los recintos feriales de la Casa de Campo de Madrid para celebrar el Año Nuevo en la fiesta Space of Sound Festival, el primer macroevento de música electrónica del año y uno de las más importantes de Europa, una cita que se ha consolidado en la capital y que ha reunido en cuatro años a 100.000 personas.
Aunque el recinto no abrió sus puertas hasta mediodía, decenas de jóvenes llegaron horas antes al lugar, muchos de ellos sin dormir, después de apurar la fiesta previa de Nochevieja. En las inmediaciones, algunos jóvenes consiguieron burlar el dispositivo policial para practicar el botellón. No obstante, la gran afluencia de público llegó al lugar a partir de las 16 horas.
Los dos aparcamientos dispuestos, tanto el público como el vigilado, se llenaron. Fue entonces cuando se produjeron atascos de vehículos en las calles aledañas y las primeras colas en la entrada general que, aunque rápida, provocó las quejas de algunos asistentes por el escaso personal de control para garantizar el correcto turno de la fila. Una vez en el acceso, los vigilantes de seguridad controlaron bolsos y mochilas para evitar la introducción de objetos peligrosos y bebidas alcóholicas.
La fiesta se dividió en seis áreas. Las más grandes e importantes correspondieron al Palacio de Cristal, la sala Satélite y el Telefónica Arena, que concentró a la mayoría de los amantes de la música electrónica. Por él desfilaron reconocidos DJs nacioneles e internacionales, como Sasha, Pablo Kipanos, Simon & Shaker y Grooeve Armada, uno de los más aclamados de la tarde.
El recinto también contó con cientos de miles de juegos de luz y sonido (un millón en toda la fiesta) y con los bailes y coreografías de gogós y bailarines, en momentos, semidesnudos y, en otros, ataviados con trajes de época, góticos y originales. Además, en varios momentos del festival, diversos bailarines se colgaron del techo del espacio Madrid Arena con sendos aros metálicos y realizaron diferentes acrobaciacias, que fueron reconocidas con el aplauso del público.
Para conseguir garantizar el espectáculo durante tantas horas y trasladar la imagen a todos los rincones de los recinto, los organizadores contaron en toda la fiesta con el trabajo de 80 animadores, así como la instalación de varios escenarios, escaleras, pasarelas, pantallas gigantes de luz y sonido, estructuras de truss, cañones de humo y serpentinas, así como decenas de cableados y taquillas informatizadas.
En las distintas barras instaladas en los laterales de las salas trabajaron un total de 76 camareros, que repartieron durante toda la tarde-noche consumiciones a un precio de 10 euros el combinado y a 5 la bebida energética, entre otras consumiciones.
Por otro lado, más de un centenar de personas se dedicaron a mantener la seguridad y el orden en la macrofiesta. Salvo un conato de pelea en el Telefónica Arena, disuelta por agentes de paisano, y varios pequeños altercados, el evento transcurrió con normalidad. Además, funcionó durante las 14 horas un equipo médico compuesto por 23 trabajadores, así como varias ambulancias y uvis móviles, que principalmente atendieron a algunos jóvenes a última hora.
EL PÚBLICO, MADRILEÑO Y VEINTEAÑERO
La mayoría de los asistentes a la marcofiesta era veinteñero y de origen madrileño, aunque también se apreció una importante representación de diferentes países de Europa. Así, según datos de la organización correspondiente a citas anteriores, el 7 por ciento de los asistentes eran extranjeros y el 33 por ciento procedía de fuera de la Comunidad de Madrid.
Aunque algo más de la mitad del público del evento se situaba en la franja de los 18-25 años, el 10 por ciento sobrepasaban los 35 años. En este sentido, la mayoría de los más veteranos se concentraron ayer en las dos salas vips dispuestas en el Telefónica Arena. La sala contaba con barra propia, sillones y aperitivos gratuitos.
A partir de la medionoche, gran parte del público comenzó a marcharse del festival. No obstante, los más incondicionales se desplazaron a otros espacios, como el Palacio de Cristal o la sala Satélite. Allí cientos de jóvenes bailaron al ritmo electrónico de los conocidos DJs Richie Hawtin y Chris Liebing.
De esta manera, muchos apuraron hasta las 2 de la madrugada la fiesta más multitudinaria de Año Nuevo y una de las más costosas, ya que la entrada normal sin consumición se situaba entre los 40 y los 100 euros, dependiendo del momento de la compra.
Para facilitar las salidas, los promotores del evento dispusieron de un servicio de autobuses propio que, hasta las 22 horas trasladó a los festivaleros a la Plaza de España de Madrid. A partir de esa hora, la ruta cambió hacia la sala Macumba de la Estación de Chamartín y hasta la discoteca Cool, situada en la calle Isabel La Católica, que acogieron esta madrugada sesiones especiales de música dance. De esta forma, algunos pudieron continuar la primera fiesta de 2010 hasta bien entrado el 2 de enero.
Por su parte, el grupo FSM, organizadores del Space of Sound Festival, convocaron a sus fieles al próximo macroevento electrónico, el Klubber's Day, para los próximos 18, 19, 20 y 21 de marzo en el recinto de la Caja Mágica de Madrid, donde esperan reunir a 50.000 personas.
Unas 25.000 personas abarrotaron ayer durante más de 14 horas los recintos feriales de la Casa de Campo de Madrid para celebrar el Año Nuevo en la fiesta Space of Sound Festival, el primer macroevento de música electrónica del año y uno de las más importantes de Europa, una cita que se ha consolidado en la capital y que ha reunido en cuatro años a 100.000 personas.
Aunque el recinto no abrió sus puertas hasta mediodía, decenas de jóvenes llegaron horas antes al lugar, muchos de ellos sin dormir, después de apurar la fiesta previa de Nochevieja. En las inmediaciones, algunos jóvenes consiguieron burlar el dispositivo policial para practicar el botellón. No obstante, la gran afluencia de público llegó al lugar a partir de las 16 horas.
Los dos aparcamientos dispuestos, tanto el público como el vigilado, se llenaron. Fue entonces cuando se produjeron atascos de vehículos en las calles aledañas y las primeras colas en la entrada general que, aunque rápida, provocó las quejas de algunos asistentes por el escaso personal de control para garantizar el correcto turno de la fila. Una vez en el acceso, los vigilantes de seguridad controlaron bolsos y mochilas para evitar la introducción de objetos peligrosos y bebidas alcóholicas.
La fiesta se dividió en seis áreas. Las más grandes e importantes correspondieron al Palacio de Cristal, la sala Satélite y el Telefónica Arena, que concentró a la mayoría de los amantes de la música electrónica. Por él desfilaron reconocidos DJs nacioneles e internacionales, como Sasha, Pablo Kipanos, Simon & Shaker y Grooeve Armada, uno de los más aclamados de la tarde.
El recinto también contó con cientos de miles de juegos de luz y sonido (un millón en toda la fiesta) y con los bailes y coreografías de gogós y bailarines, en momentos, semidesnudos y, en otros, ataviados con trajes de época, góticos y originales. Además, en varios momentos del festival, diversos bailarines se colgaron del techo del espacio Madrid Arena con sendos aros metálicos y realizaron diferentes acrobaciacias, que fueron reconocidas con el aplauso del público.
Para conseguir garantizar el espectáculo durante tantas horas y trasladar la imagen a todos los rincones de los recinto, los organizadores contaron en toda la fiesta con el trabajo de 80 animadores, así como la instalación de varios escenarios, escaleras, pasarelas, pantallas gigantes de luz y sonido, estructuras de truss, cañones de humo y serpentinas, así como decenas de cableados y taquillas informatizadas.
En las distintas barras instaladas en los laterales de las salas trabajaron un total de 76 camareros, que repartieron durante toda la tarde-noche consumiciones a un precio de 10 euros el combinado y a 5 la bebida energética, entre otras consumiciones.
Por otro lado, más de un centenar de personas se dedicaron a mantener la seguridad y el orden en la macrofiesta. Salvo un conato de pelea en el Telefónica Arena, disuelta por agentes de paisano, y varios pequeños altercados, el evento transcurrió con normalidad. Además, funcionó durante las 14 horas un equipo médico compuesto por 23 trabajadores, así como varias ambulancias y uvis móviles, que principalmente atendieron a algunos jóvenes a última hora.
EL PÚBLICO, MADRILEÑO Y VEINTEAÑERO
La mayoría de los asistentes a la marcofiesta era veinteñero y de origen madrileño, aunque también se apreció una importante representación de diferentes países de Europa. Así, según datos de la organización correspondiente a citas anteriores, el 7 por ciento de los asistentes eran extranjeros y el 33 por ciento procedía de fuera de la Comunidad de Madrid.
Aunque algo más de la mitad del público del evento se situaba en la franja de los 18-25 años, el 10 por ciento sobrepasaban los 35 años. En este sentido, la mayoría de los más veteranos se concentraron ayer en las dos salas vips dispuestas en el Telefónica Arena. La sala contaba con barra propia, sillones y aperitivos gratuitos.
A partir de la medionoche, gran parte del público comenzó a marcharse del festival. No obstante, los más incondicionales se desplazaron a otros espacios, como el Palacio de Cristal o la sala Satélite. Allí cientos de jóvenes bailaron al ritmo electrónico de los conocidos DJs Richie Hawtin y Chris Liebing.
De esta manera, muchos apuraron hasta las 2 de la madrugada la fiesta más multitudinaria de Año Nuevo y una de las más costosas, ya que la entrada normal sin consumición se situaba entre los 40 y los 100 euros, dependiendo del momento de la compra.
Para facilitar las salidas, los promotores del evento dispusieron de un servicio de autobuses propio que, hasta las 22 horas trasladó a los festivaleros a la Plaza de España de Madrid. A partir de esa hora, la ruta cambió hacia la sala Macumba de la Estación de Chamartín y hasta la discoteca Cool, situada en la calle Isabel La Católica, que acogieron esta madrugada sesiones especiales de música dance. De esta forma, algunos pudieron continuar la primera fiesta de 2010 hasta bien entrado el 2 de enero.
Por su parte, el grupo FSM, organizadores del Space of Sound Festival, convocaron a sus fieles al próximo macroevento electrónico, el Klubber's Day, para los próximos 18, 19, 20 y 21 de marzo en el recinto de la Caja Mágica de Madrid, donde esperan reunir a 50.000 personas.
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