El Sevilla agradece los experimentos

El Sevilla agradece los experimentos

• Guardiola revolucionó su once con Thiago, Bojan, Márquez, Chigrinski...
  
• El Sevilla, con 11 bajas, fue más efectivo que el actual campeón
  
• Un penalti del discutido Chigrinski acabó con la resistencia de los azulgrana
  

Capel celebra su gol en presencia de Bojan. (AFP)







MADRID.- El futuro, más que gris, comienza a pintar de lo más negro para el Barcelona. Los azulgrana comprometieron de mala manera su pase a los cuartos de final de la Copa del Rey tras caer frente a un Sevilla que supo exprimir de maravilla las carencias en la alineación de Guardiola. [Narración: 1-2]
Disfrutó de lo lindo José María del Nido quien, por cierto, debería contratar un asesor de imagen con celeridad. Un día después de que el fiscal pidiera para el mandatario sevillista 14 años de prisión por sus presuntos trapicheos en la Marbella de Julián Muñoz, tomó el palco del Camp Nou tocado con un sombrero de gángster al más puro estilo del Chicago de los años 30. Para chulo, él. Sobre todo si le tocaba compartir plano con el gran animador de la actualidad política catalana, su amigo de chascarrillos Joan Laporta, autoproclamado nuevo líder mesiánico independentista.
Mientras, Barcelona y Sevilla intentaban desde el foso entretener a esos sufridos espectadores que tuvieron la valentía de desafiar a la lluvia y acudir al Camp Nou con el riesgo de encontrarse de madrugada a los Reyes Magos en plena faena. Las empresas televisivas ya no respetan nada.
Por si fuera poco, fútbol hubo más bien poquito. Era difícil que el Barcelona pudiera hilvanar su juego habitual con una alineación repleta de entes extraños –sólo repitieron en el once titular Alves y Pedro respecto al encuentro contra el Villarreal– y en la que compareció por fin Gabi Milito. Un año y algo más de ocho meses después, tras jornadas marcadas por el llanto y el esfuerzo, el Mariscal volvía a a disputar un partido oficial. Demostró que todavía anda bastante lejos de su estado de forma óptimo y corrigió algún que otro desajuste a base de tarascadas. Pero ni mucho menos desentonó junto a Chigrinski, cuyo rendimiento sigue siendo desastroso. Su agarrón a Capel a un cuarto de hora del final –aunque iniciara la acción fuera del área– le costó un penalti en contra y el gol definitivo de Negredo.
El caso es que al Sevilla le costó bastante buscarle las cosquillas al Barcelona por el centro de la zaga. Y eso que Manolo Jiménez planteó el partido para ello, con una línea de tres en la mediapunta (Capel, Navas y Perotti) suficientemente rápida y habilidosa como para romper el frágil triángulo defensivo azulgrana.
Sólo escapaba el Barcelona del tedio cuando el balón llegaba a las botas de Messi. El problema es que el argentino, que regresaba a la actividad tras disfrutar de dos semanas de vacaciones, tan sólo agarró el balón en condiciones en apenas tres ocasiones. En la primera de ellas, Messi clavó a tres defensores para probar la agilidad felina de Palop. Poco después, el diez desafiaría a la lógica con un remate imposible desde la línea de fondo, sin ángulo para trazar la curva, que acabó estrellándose en el palo. Con el partido ya agonizando, la Pulga erró el disparo que hubiera significado el empate.
Un penalti 'fuera del área'


El Sevilla, que se había mostrado de lo más cómodo durante demasiados minutos, se apañaba con que Lolo no se despistara demasiado en su férreo marcaje a Iniesta. Thiago Alcántara, el talentoso hijo de Mazinho que ayer debutaba como titular en un partido oficial en el Camp Nou, ofreció detalles interesantes en el primer tramo del encuentro. Después acabaría diluyéndose junto al resto de sus compañeros, más preocupados en perder el tiempo en pequeñas batallitas y en discutir con el desesperante Pérez Burrull que de anular a su rival.
Buscó Guardiola dar un paso hacia adelante, y recuperó a Ibrahimovic en el segundo acto. Pero quien acabaría golpeando primero sería el Sevilla, después de que Perotti quebrara con gusto a Alves y Maxwell se olvidara que a su espalda debía aparecer Capel, que anotó a placer.
El tanto sevillista despertó al monstruo azulgrana. Con lo que no contaba el Barcelona era con el intervencionismo del colegiado, que anuló de forma incomprensible un tanto de Bojan por supuesta falta de Ibrahimovic. Aún andaba el público bramando contra Pérez Burrull cuando Márquez, con un maravilloso pase de punta a punta del campo, permitió que el ariete sueco driblara a Palop antes de que el balón besara la red. El penalti de Chigrinski un minuto después acabaría con todas la esperanzas de los azulgrana, cuyo inicio de año da muy mala espina.