Compañerismo

Cuánta razón lleva el Sr. Trueba…
Esto, dicho desde la distancia y en el marco que nos toca, suena muy, pero que muy bien. ¡A saber! Este, y cualquier otro que esté en su situación (nada de presiones familiares, ni empresariales, ni de “colegas”, clientes y un sinfín de “personajillos”), naturalmente que puede comunicar o decir lo que quiera. Total, a él no lo pueden despedir por ello, como tampoco le cierran las puertas a sus comunicados o quejas, ni tan siquiera le pueden “amargar la existencia” por cumplir con su deber –esto dicho con todo el tacto que se puede emplear- siempre seguirá siendo su propio jefe y para más inri, está respaldado por los medios de comunicación… ¡El sí que es una baza a tener en cuenta!
Si nos referimos a la “Vida” como si fuese una de sus películas, no estaría de más que el guión fuese escrito de nuevo; Qué se respeten todos los derechos que nos invisten. Qué se nos respetara por lo que somos y hacemos. Qué se nos forme e instruya. Qué se nos legisle de una forma imparcial y ecuánime.
Evidentemente, para poder pretender esto, también hay que dar u otorgar “algo” por parte nuestra.
De que nos vale -a corto plazo- que se alcen voces tan ilustres sobre estos temas, si en el fondo, el problema está en el propio sistema. ¿Cuántas injusticias más nos tocará vivir? ¡Cuántas veces repetiremos el “rol” de la moneda de cambio y el “agradecimiento” político!
De una cosa sí que estoy seguro. Seguiré denunciando a todo el que le falte el “respeto” a esta profesión, ya sea en las instancias judiciales pertinentes o en los foros temáticos al efecto.
De las bondades de la complacencia… ¡Qué sea Dios el que las juzgue!
“Semper Fidelis”