El Deportivo no se rinde nunca

El Deportivo no se rinde nunca

• El Valencia desperdicia en Riazor dos goles de ventaja y se despide de la Copa (2-2)
  
• El conjunto de Lotina se enfrentará en cuartos al Sevilla, verdugo del Barça
  

Vïdeo: ELMUNDO.es




LA CORUÑA.- La partida de ajedrez con la que Deportivo y Valencia habían despedido 2009 en Riazor en Liga fue estudiada al detalle por Unai Emery. El técnico levantino cambió las piezas en el tablero y buscó la más alta para que el partido no acabara en tablas, como había ocurrido en diciembre. Sentó a Villa, colocó a Zigic por delante de David Silva, y dio el jaque mate al equipo coruñés en el descanso. Pero Lotina aprovechó el tiempo muerto para analizar la situación y se rehizo en la segunda parte, en la que Filipe y Juan Rodríguez lograron un hito más para el imprevisible equipo que ha armado el técnico vasco (2-2). [Resultados] [Vídeos de la Copa]
El movimiento de Emery fue sutil, limpio, inesperado para Miguel Ángel Lotina y sus jugadores, que seguramente no contaban con tener que vigilar a la torre del Valencia. Los 2,02 metros del delantero serbio dieron la vuelta al 1-2 de Mestalla en 30 minutos, pero el conjunto gallego se levantó cuando parecía muerto. Nadie en la zaga del Deportivo estaba preparado para frenar a Zigic, que en el partido de ida no le había intimidado. Tal vez porque en Mestalla el Valencia fue un equipo pobre, como casi siempre esta temporada en casa, inocente arriba hasta que Silva le dio vida cuando el equipo coruñés disfrutaba de un 0-2 impensable.
Los gallegos no supieron sentenciar la eliminatoria en la ida y la plaga de bajas se cebó con ellos. Lotina llegó al partido de vuelta sin siete jugadores, todos lesionados, entre ellos los dos goleadores de Mestalla, Pablo Álvarez y Andrés Guardado. Tuvo que retocar el once, adelantar a Filipe Luis en la banda izquierda, jugar con Manuel Pablo de lateral a pierna cambiada, recuperar a Juca tras más de un mes de ausencia... Demasiados cambios para recibir al mejor equipo de la Liga como visitante.
Por lo visto en la primera parte, el Valencia podría pedir jugar todos los partidos lejos de Mestalla, donde sólo había cedido una derrota, en Getafe, y un empate, en Riazor. Aquella igualada hizo meditar a Emery sobre cómo romper a un equipo que ha explotado en el campeonato de la regularidad su fortaleza defensiva para compensar su escasez de goles y alcanzar las posiciones de Champions.
Y el análisis le dio resultado hasta el descanso. Salió el Valencia al estadio coruñés con una mentalidad muy diferente a la del partido de ida, sin corsés, asumiendo por momentos la iniciativa, tratando de golpear primero al rival, sin miedo a un escenario donde es odiado, pero que poco le intimidó porque en la grada había muchos asientos libres a la vista. Lotina había pedido el apoyo del público para seguir vivo en la Copa del Rey, pero su sermón no tuvo respuesta por parte de la afición, que no acudió a la cita para animar a unos jugadores que les necesitaban cuando sólo habían transcurrido 11 minutos de partido.
El Valencia ya había logrado en ese tiempo mucho más que en los 90 del encuentro de Liga. Miguel subió la banda izquierda, colgó el balón al área del Deportivo, y Zigic apenas tuvo que saltar para superar a los defensas rivales y batir a Manu, a quien el balón le quemó las manos antes de acomodarse en el fondo de la red. Muy poco ofreció el equipo de Lotina, tímido a la hora de plantar cara a un rival con mucha pólvora a pesar que de Mata se había quedado en Valencia por descanso. Sólo una combinación de Valerón y Bodipo, mal anulada por fuera de juego, alarmó a los de Emery, que soltaron otro zarpazo de inmediato.
Fue antes de la media hora, con una jugada similar a la del primer gol. Otro centro de Miguel, la timidez de Manu en la salida, el error de los dos centrales a la hora de despejar el balón y el remate a placer de Zigic, que prácticamente bajó a la tierra desde sus más de dos metros para cambiar el sino de la eliminatoria.
El Valencia llegó al descanso con los deberes hechos y el Deportivo, muy tocado. Pero el tiempo de reflexión espabiló a los coruñeses, especialmente a Filipe Luis, y adormeció a Marchena. En cinco minutos resucitó el equipo de Lotina. Bodipo tocó el balón en un salto, Filipe hizo lo que quiso delante del central, e igualó la eliminatoria ante Moyá.
En el ida y vuelta del partido, el Deportivo pudo acercarse a los cuartos de final sólo cuatro minutos después. Otra vez Filipe se coló entre los defensas del Valencia tras un pase de Juan Rodríguez, pero envió el balón a la izquierda de la portería levantina. El Valencia trató de recomponerse, pero Filipe y Juan Rodríguez intercambiaron los papeles y el malagueño igualó el marcador y encaminó al Deportivo hacia cuartos de final.
Los levantinos, que estaban a un gol del pase, intentaron reponerse y, en busca del gol, dieron al Deportivo la posibilidad de sentenciar la eliminatoria. No fueron capaces de hacerlo Adrián y Filipe tras un nuevo error de Marchena, pero tampoco el Valencia aprovechó en el tiempo de descuento dos ocasiones de Silva y Mathieu que le habrían dado la clasificación.