Debatiendo con regalitos

Beatles o Rolling? ¿Pizza fina o gorda? ¿Coca-cola o Pepsi? ¿Jack o Sawyer? ¿A 2 metros bajo tierra o Los Soprano?
Qué país este, siempre dibidido. No hace falta que el tema del debate sea de gran calado social o político. A poquito donde haya que elegir surge la escisión. En Nochevieja, por ejemplo, están los que quitan las pepitas de las uvas y los que no, quienes se vuelven locos por la ropa interior roja y los que hacen caso omiso a la presunta suerte que esto acarrea, los que aseguran que en el 2010 comenzarán una década y los que deciden que acaba.
Para avivar una nueva división, voy a hechar otro leño al fuego, que hace frío. ¿Qué es mejor: regalar o que te regalen? Lo sé. Imposible resolver en unas escasa lineas una cuestión tan profunda. Simplemente arrojo la pregunta y abro el debate.
Particularmente me provoca mas ilusión ser yo la que entrega el presente que ser objeto de él. Me refiero a los obsequios que se realizan de corazón. Esos en los que me empeño, me esfuerzo, pienso en la sorpresa que causarán y en la historia que hay tras ellos. Me pongo más nerviosa, mientras el otro u otra desenvuelve mi regalo, que al hacerlo yo. Y vosotros? Ya direis....