alcaldesa sale ilesa de un intento de asesinato.

La alcaldesa de Roses sale ilesa tras ser atacada con un cuchillo

1. • Dos concejales evitaron que el agresor apuñalara a Casamitjana en un bar
   

Casamitjana, ayer, en el balcón del ayuntamiento, justo encima del bar donde poco antes había sido agredida. Foto: CELIA ATSET / CLICK ART

FERRAN COSCULLUELA
ROSES

«Creo que ha sido el peor día de mi vida». La alcaldesa de Roses (Alt Empordà), Magda Casamitjana (PSC), definió ayer de esta manera, y con lágrimas en los ojos, el sentimiento que le embargaba tras haber sido atacada por uno de sus vecinos con un cuchillo de grandes dimensiones. La agresión se produjo poco antes de las diez de la mañana en el bar El Caimán, un establecimiento próximo al ayuntamiento, en el que la alcaldesa almuerza habitualmente.
La rápida intervención de dos concejales y varios trabajadores del ayuntamiento evitó que el agresor apuñalara a Casamitjana, que solo recibió un rasguño en el cuello y un golpe en el ojo. No obstante, según explicaron los testigos del ataque y tal y como demuestra el corte en la camisa de la alcaldesa, todo indica que, en realidad, ayer fue el día de suerte de Casamitjana, que tuvo una inmensa fortuna al salir indemne.
El agresor, Jaume Sastre, de 60 años, hacía tiempo que iba detrás de la alcaldesa. Fuentes municipales confirmaron que, el pasado mes de febrero, Casamitjana ya lo denunció por injurias y amenazas. Sastre afirmaba que el ayuntamiento había faltado a su palabra de contratarlo como vigilante.

EN EL PARO // Sastre estaba en una situación desesperada después de haber sido despedido de una fundación para discapacitados. Casamitjana negó ayer este compromiso y atribuyó el incidente a un «problema mental» de Sastre, al que achacó la brutalidad del ataque. El agresor agarró por el pelo a la alcaldesa y le puso un gran cuchillo en el cuello. La rápida actuación de los concejales Paco Martínez y Francisca Martín evitó males mayores, aunque varias personas, incluida la alcaldesa, acabaron por el suelo durante el tumulto que se desató para reducir al atacante. Casamitjana agradeció ayer esta preciosa ayuda, que, a juicio de las camareras del bar, le salvó la vida. «Si llega a estar sola, la mata», aseguraron.