Todo por la patria y por un empleo fijo

Álvaro tiene 19 años. Es seguro de los más jóvenes de entre los 3.240 aspirantes que ayer se presentaron a las oposiciones en la Academia de la Guardia Civil de Baeza para tratar de ingresar en el cuerpo. Lo suyo es vocación pura y dura. Se presentó el año pasado, recién cumplida la mayoría de edad, pero cuando ya habían llegado las vacas flacas a las convocatorias de empleo público. Los exámenes le salieron bien, pero no le tocó plaza. A su favor se puede decir que estaba complicado. Eran 20.000 aspirantes para poco menos de 300 plazas en la Academia baezana.

Esta vez también se ha preparado y se ha presentado, y aunque la proporción es mucho menor (3.240 aspirantes para 130 plazas), Álvaro apenas tiene confianza. «Va a ser muy difícil, si me hubiera presentado antes, cuando las convocatorias eran masivas, seguro hubiera conseguido entrar, pero no tenía edad suficiente». Álvaro Jiménez es de Villacarrillo y lo tiene claro: «seguiré presentándome las veces que haga falta, voy a ser guardia civil sí o sí». A él lo motiva la vocación, hacer lo que ha querido desde niño, desde que veía al padre de un amigo, vestido de guardia civil, y soñaba con ser como él. Pero cada vez son menos los que tienen una vocación tan marcada y lo que valoran es la posibilidad de un puesto de trabajo fijo.

«Entre los aspirantes hay de todo. No hay que olvidar que es un trabajo estable, que es una oposición dura pero salvable con dedicación y a cambio es un empleo a considerar», explica el capitán Pedro Cámara, secretario de la Academia.

Desde las 7.30 de la mañana de ayer sábado, los más de 3.000 opositores llenaban las aulas del centro y hacían recordar el ambiente de los buenos tiempos. Mientras, las familias montaban guardia bajo la sombra de los árboles a las puertas de la Academia. Durante toda la mañana tuvieron que enfrentarse a cuatro pruebas diferentes: ortografía, conocimientos, lengua extranjera y un psicotécnico. Los que superen esta fase, tendrán que pasar a una segunda, que será seguramente a mitad del próximo mes en la Academia de Valdemoros y en la que se realizará una prueba de aptitud física, una entrevista personal y un reconocimiento médico. Los que superen esa segunda fase estarán dentro. Pasarán el próximo curso académico, que comenzará el 20 de septiembre, en Baeza, de ahí tendrán que hacer 40 semanas de prácticas y ya serán un miembro más de cuerpo.

Lo más temido

Todo ese proceso, que así parece fácil, les quedaba ayer muy lejos a los candidatos. Superar el examen de idioma y el psicotécnico, las dos pruebas que consideran más complicadas, era ayer su mayor reto. Ésta última prueba consta de 400 preguntas y busca elaborar un perfil del opositor buscando que cuadre lo mejor posible con el perfil que debe tener un guardia civil. «Buscamos personas con un gran sentido del deber, del orden, con estabilidad emocional..», explicaba el capitán Cámara. Conforme a lo que respondan en ese test, se les planteará la entrevista personal en Valdemoros, donde la mitad de los aspirantes suelen quedarse fuera.

Por lo pronto, el perfil de los que se presentan a las pruebas es el de gente más preparada, con un nivel de estudios más alto y más jóvenes. «Al haber menos plazas, el nivel sube». Respecto al perfil de los que logran su plaza como alumnos, y basándose en los datos de la última promoción, el 22 por ciento eran universitarios (incluido un doctor), las carreras más frecuentes que habían cursado eran ingenierías técnicas, ciencias ambientales, magisterio, biología y derecho. La edad media fue de 26 años, sólo el 12 por ciento estaba parado antes de ingresar en la Academia y el 10 por ciento eran mujeres. Buena parte de los alumnos procedían de Andalucía, Castilla y León, Madrid y Galicia. Y sólo un 4,2 por ciento eran hijos del Cuerpo.

Vanesa Leal se lo ha jugado todo este año a una sola carta. Es gaditana y tiene 28 años, por lo que conforme a los requisitos, el año que viene será demasiado mayor para tratar de ingresar en la Academia. Ella es de las que ven una oportunidad de empleo estable. «Es tener una estabilidad, un trabajo, y como no oposite, tal y como está la cosa, va a ser difícil conseguir eso». Vanesa estudió Magisterio de Educación Física y Psicopedagogía, y aunque siempre le ha llamado la atención la Guardia Civil, sus padres le aconsejaron que hiciera una carrera antes de prepararse las oposiciones. Se sacó la carrera y terminó de convencerse viviendo en una casa-cuartel con un novio guardia civil. Lleva preparándose los exámenes desde el año pasado, aunque ha apretado desde enero, y confía en que las pruebas acaben saliendo bien y pueda conseguir la plaza.

Alejandro López tiene 23 años, es de Granada, y ayer estaba en la Academia por seguir con la tradición familiar. Sus tíos son guardias civiles y él está muy vinculado con este mundo. «Me gusta la Guardia Civil por el respeto que le tiene la gente. Si ingresara en el cuerpo me gustaría trabajar en Tráfico o en Judicial». También él se presentó el año pasado y aprobó, pero no sacó plaza. Aún así, Alejandro es positivo y dice que este año los exámenes le están saliendo aún mejor que el pasado.

Ángela Herrera (24), de Granada, vino ayer a Baeza a probar suerte. «He opositado a la Policía Nacional y ahora a la Guardia Civil, sobre todo para ver como son los exámenes y probar». Alejandro García (27), de Melilla, y Javier Gómez (28 ), de Algeciras, quieren ingresar en el Cuerpo por otros motivos muy diferentes. Ambos son militares y quieren mejorar su situación. «Estoy aquí por salir del Ejército y en misma situación hay mucha gente», asegura Javier.

Por segundo curso consecutivo, el próximo que dará comienzo en septiembre estará marcado por la drástica reducción en la cifra de alumnos, conforme a la convocatoria de plazas. Esta es una situación que ha afectado, no solamente a los empleados de la Academia, sino a todo el municipio de Baeza. Desde que se anunciaron los recortes para el curso de 2010, tanto el alcalde de Baeza, Leocadio Marín, como otras instituciones han anunciado que trabajarían para incrementar ese número de plazas con cursos extra e incluso, según dijo el alcalde, potenciando el atractivo turístico de la ciudad Patrimonio de la Humanidad para tratar de paliar los efectos sobre la economía local.

En el bar ‘Casa Paco’, en el paseo principal de Baeza, ayer explicaban que los negocios que están en la parte más turística de la ciudad no se han visto afectados por el descenso de alumnos. «Aquí no se nota bajón alguno, no tenemos queja porque con el turismo llenamos todos los días. Los días de jura sí notamos que hay menos ambiente, pero el bajón sobre todo lo han tenido los comercios porque es menos gente consumiendo».

Compromisos

Nada más conocerse, el pasado mes de marzo, las plazas que se han convocado para este próximo curso, el alcalde de Baeza y el diputado nacional por el PSOE jienense, Francisco Reyes, mantenían una reunión con el director general de la Policía y la Guardia Civil, Francisco Javier Velázquez López, para hablar del recorte. En la reunión, desde el Gobierno se comprometieron a que la cifra de efectivos que pasarán por las instalaciones baezana será similar a las del pasado curso, en el que finalmente se ha registrado una media aproximada de ocupación de 700 personas.

La idea, planteada por el Gobierno, es aplicar la fórmula de llevar a cabo en las instalaciones jienenses aquellos cursos de especialización, formación permanente, Jornadas de Seguridad Ciudadana y cursos para cabos que disponga el Ministerio del Interior. En esa reunión, los representantes del Gobierno llegaron incluso a estudiar el envío de delegaciones de agentes de terceros países a Baeza, en el caso de que precisaran formaciones en España.