Psicosis criminal en Londres

Psicosis criminal en Londres
Seis muertos a cuchilladas en 24 horas, cuatro de ellos en Londres, hizo del último jueves la peor jornada de violencia con arma blanca en lo que va de año en el Reino Unido. El sábado hubo que sumar una víctima más, por las heridas recibidas en un pub inglés, y otro joven seguía ayer grave tras haber sido apuñalado en un festival en Escocia. Las muertes afectan sobre todo a chicos menores de 20 años -42 desde comienzos de año, veinte de ellos en Londres- que se ven atacados por bandas de también adolescentes.
El primer ministro, Gordon Brown, llamó urgentemente el sábado al jefe de Scoland Yard a su residencia de fin de semana para elaborar un plan especial. La ministra del Interior, Jacqui Smith, adelantó ayer algunas medidas, entre ellas obligar a delincuentes aprehendidos con armas blancas a visitar hospitales para percatarse de las heridas causadas por cuchillos y navajas.

Toque de queda para menores

Por su parte, una encuesta indica que el 88 por ciento de los padres está a favor de un toque de queda para menores de 16 años, a las 9 o las 10 de la noche en función de las edades. El Gobierno lo descarta a nivel nacional, pero podría considerarlo para zonas conflictivas.
Muchas de las muertes han tenido un gran impacto social. Uno de los casos más espeluznantes ha sido el de los dos estudiantes franceses que el 29 de junio recibieron 243 puñaladas en el piso de uno de ellos, en el sur de Londres. Laurent Bonomo y Gabriel Ferez, de 23 años, realizaban estudios de postgrado en el Imperial College. Dos hombres de 23 y 33 años han sido puestos a disposición judical, uno de ellos con quemaduras en las manos, supuestamente producidas por el fuego prendido para quemar los cadáveres de Bonomo y Ferez.

Su atroz muerte ha tenido un gran eco internacional porque habla de la vulnerabilidad de tantos jóvenes extranjeros que residen en Londres. Parecido efecto de concienciación del peligro ha tenido entre la población blanca inglesa los asesinatos de Ben Kinsella, de 16 años, acuchillado el 29 de junio tras ser perseguido por una banda en el norte de Londres, y de Jimmy Mizen, también de 16, atacado el 10 de mayo por querer esquivar una pelea en el sureste londinense. Sus muertes dieron lugar a grandes manifestaciones de vecinos y amigos, movilizados ante la desaparición de dos chicos de vida apacible, familia unida y buena escolaridad, que se toparon con la muerte por pura casualidad.

Son casi los únicos blancos entre las víctimas adolescentes en la capital británica, que ha afectado sobre todo a jóvenes negros porque son las minorías raciales las que principalmente residen en las zonas más conflictivas.
En realidad, según el Informe Británico del Crimen, el número de delitos ha decrecido desde 1995 y el uso de arma blanca sólo afecta al 8 por ciento de los incidentes violentos. Con todo, más de 20.000 delitos con cuchillos o navajas en casos de robo, intimidación o agresión fueron cometidos el año pasado, lo que significa sesenta ataques al día.

La presente alarma radica en el número de adolescentes que se están viendo implicados en esta particular criminalidad. «Estoy particularmente preocupada -manifestó ayer la ministra del Interior- de que quienes llevan los cuchillos y sus víctimas parecen ser cada vez más jóvenes».