Israel entierra los restos de los soldados canjeados con Hizbulá

Israel entierra los restos de los soldados canjeados con Hizbulá

Israel celebró el jueves multitudinarios funerales por los dos soldados muertos que recibió en la víspera dentro del canje de prisioneros con Hizbulá, mientras la milicia libanesa continuaba celebrando su "victoria" frente al Estado judío por segundo día consecutivo.


En las ceremonias celebradas en Haifa y Nahariya, los restos de los reservistas Eldad Regev y Ehud Goldwasser fueron inhumados y sepultados con honores militares ante miles de sus amigos, familiares y camaradas del Ejército israelí, así como representantes del gobierno.



"Terminan dos años de incertidumbre y de dolor. Esperábamos recuperarlos con vida", dijo el ministro de Defensa israelí, Ehud Barak, quien asistió a los funerales de ambos. Barak prometió que Israel seguirá haciendo en el futuro todo lo posible para traer a los soldados a casa.
Goldwasser y Regev fueron secuestrados por Hizbulá el 12 de julio de 2006, mientras realizaban una patrulla en la frontera con El Líbano. En aquel momento tenían 30 y 25 años respectivamente. Según las primeras investigaciones, ambos murieron inmediatamente después de su captura como consecuencia de heridas de bala que presentaban en el pecho y en la cabeza.

El secuestro de los dos reservistas llevó a Israel a lanzar una guerra contra Hizbulá en el Líbano en el verano de 2006</STRONG>. La invasión y bombardeo del Líbano por parte de Israel provocaron decenas de miles de muertos en el territorio ocupado, muchos de ellos civiles, y acabaría provocando una severa condena por parte de Naciones Unidas que dio pie a la retirada de las tropas israelíes.
Los cadáveres de los dos militares regresaron el miércoles a Israel en el marco de un intercambio de prisioneros por el que el Estado judío dejó libres a cinco presos libaneses, entre ellos a Samir Kuntar. Con ello, ya no quedan libaneses en las cárceles israelíes.
El clima sombrío de la jornada se vio reforzado por las amenazas de un alto responsable de los servicios de seguridad israelíes formuladas en declaraciones a France Press, según las cuales que Kantar era un objetivo para Israel, como "todo terrorista que ha cometido un acto terrorista contra Israel". "Si hay alguna posibilidad de ajustar las cuentas con Kantar, Israel no dudará", añadió.
Júbilo en el Líbano


Frente al luto de la sociedad israelí, Hizbulá trasladó desde la frontera hasta Beirut los restos de 199 libaneses y palestinos que fueron entregados igualmente por Israel en el marco del canje. Los ataúdes estaban cubiertos con las banderas libanesa y de Hizbulá. Miles de seguidores y de simpatizantes de la milicia acompañaron el desfile a los costados de la carretera mientras lanzaban granos de arroz y pétalos de rosa sobre los ataúdes.

"Los mártires de la victoria", podía leerse en un cartel sobre uno de los camiones, que llevaban grandes carteles del fallecido jefe militar de Hizbulá Imad Mughniyah, conocido también como Al Raduan. Hizbulá bautizó la jornada del miércoles como Al Raduan, en honor a su líder. Mughniyah, quien supuestamente planeó el ataque en el que fueron secuestrados Regev y Goldwasser, fue asesinado en febrero en Damasco. Hizbulá responsabiliza a Israel de su muerte, pero el Estado judío no ha reconocido su implicación.
En los funerales de Goldwasser y Regev, otros soldados llevaron los ataúdes al hombro cubiertos con las banderas de Israel. La viuda Karnit Goldwasser, de 32 años y quien en los últimos dos años trató intensamente de promover un intercambio de prisioneros con Hizbulá, rompió varias veces en lágrimas.

La madre de Goldwasser, Micky, recordó los ideales de su hijo, que entre otras cosas estaba en contra de las "construcciones ilegales en los territorios ocupados".
No muy lejos del cementerio militar en Nahariya, donde fue enterrado Goldwasser, Samir Kuntar, miembro del Frente para la Liberación de Palestina, cometió en 1979 un atentado en el que murieron dos policías israelíes, un padre y su hija de cuatro años. La madre consiguió esconderse en la vivienda familiar, pero tapó la boca a otra hija de dos años con tal fuerza que acabó asfixiándola.
La cúpula política israelí se mostró consternada por las celebraciones en el país vecino. El presidente israelí, Simon Peres, las calificó de "verguenza".

"El Líbano celebra una victoria. La cúpula del Estado y de Hizbulá dan la bienvenida a Samir Kuntar, un asesino que con la culata de un fusil y sus manos ha destrozado el cráneo a la niña de cuatro años Einat, matado a su padre de un disparo y que después nunca mostró arrepentimiento", dijo Peres.