Tenerife/ Desde el atentado del 11 de septiembre de 2001 a las torres gemelas, la seguridad en los aeropuertos ha sido una de las tareas principales de los Gobiernos. La Unión Europea (UE) desde el 6 de noviembre de 2006 ha adoptado nuevas medidas de seguridad que restringen la cantidad de líquidos que los pasajeros pueden llevar consigo para pasar los controles de seguridad de los aeropuertos comunitarios.
Aún así, falta mucho por hacer o al menos así lo piensa ‘Alternativa Sindical', un sindicato de vigilantes de seguridad de Tenerife que, en declaraciones a CANARIAS24HORAS.COM, denuncia las "irregularidades" que se cometen en el s dAeropuerto Reina Sofía y que pone en grave riesgo la seguridad aeroportuaria.
En un artículo de Jorge Velandia de la agencia World Image Press (WIP), se señala que efectivamente existe un extraño conflicto entre Guardias Civiles y vigilantes de seguridad privados y que por norma se despide o se retira del servicio a todo vigilante que proteste o denuncie cualquier irregularidad. Esto, según Velandia, ha puesto en evidencia un agujero tan grande en la seguridad aeroportuaria que fácilmente podría colarse un terrorista.World Image Press publica las denuncias de los sindicatos el día en que ETA atentó contra el parking de la T4, el cual estaba vigilado sólo por ‘Auxiliares de Seguridad' de una empresa de servicios y no por verdaderos agentes titulados como obliga el Ministerio del Interior.
La figura de "auxiliar de seguridad", según lo recopilado por Velandia, no existe legalmente, es un cargo que han inventado las empresas de seguridad para poder poner gente sin la cualificación correspondiente, en puestos de vigilancia. Son más baratos y más fáciles de contratar ya que no se les pide la titulación obligatoria por el Ministerio del Interior.
Sin embargo, AENA reconoce tener miles de empleados como "auxiliares" de seguridad."Los profesionales de la seguridad de toda España han denunciado a estos "auxiliares" pero esas denuncias no llegan a ningún puerto ya que casi todas las empresas de seguridad privada tienen ex-guardias civiles, ex-policías o ex-militares en la nómina o incluso en la junta de consejo", cita el artículo de WIP.Algo similar le ha tocado vivir a Mónica González, vigilante diplomada que ejercía sus funciones en el Aeropuerto Reina Sofía, en el sur de Tenerife.
El caso de Mónica se encuentra en tribunales tras ser denunciada por presunta negligencia por el sargento de la Guardia Civil, Carlos Tejerina, al tener ésta un percance con la esposa del Guardia, la también vigilante Emma Hernández Abreu.
En declaraciones a CANARIAS24HORAS.COM, Mónica, quien también es Delegada Provincial del sindicato de vigilantes de seguridad "Alternativa Sindical", señala que su empresa Seguridad Integral Canaria, la ha despedido por el simple hecho de tropezarse con la esposa de un Guardia Civil.Según González hay un conflicto de delimitación de funciones entre Guardias Civiles y Vigilantes de Seguridad en el Aeropuerto del Sur de Tenerife.
"La Guardia Civil siempre ha hecho lo que le da la gana y no se dan cuenta que nosotros estamos contratados por AENA. Yo soy una Auxiliar del Cuerpo de Seguridad del Estado y no una subordinada como dicen ellos. Si te llevas bien con ellos todo va muy bien pero si ves negligencias por su parte ya eres persona no grata", manifiesta.
El despido de Mónica se produce el pasado 11 de julio de 2007, luego que cinco meses antes, el 9 de febrero, el Delegado de la empresa Seguridad Integral Canaria , José Manuel Brito, le comunica que su reincorporación en el Aeropuerto Reina Sofía no era posible porque la Guardia Civil no la quiere allí.
Ante este acontecimiento, Mónica denuncia y la empresa se presenta en el juicio con la carta de despido, según relata, acompañada por un oficio del Ministerio del Interior en el que se le acusa de presuntas negligencias como Vigilante de Seguridad.El sargento de la Guardia Civil, Carlos Tejerina y esposo de la vigilante Emma Hernández Abreu, cursa una denuncia contra Mónica argumentando que distrae la atención de sus compañeros en los filtros de seguridad, que tiene un tono de voz elevada bien por ser su forma de hablar o ser el centro de atención, y por haberse quejado de los Guardias Civiles más antiguos y más rectos del cuerpo."Yo tengo un video de como hay un Guardia durmiendo con uniforme en una zona restringida, pero aún así son todos muy rectos y correctos.
He trabajado también con Guardias borrachos y drogados que estaban de juerga en El Médano y luego a las 7 de la mañana en el Aeropuerto", asegura Mónica.
Relata el día del incidente con su compañera Emma, la esposa del Sargento Tejerina. Estaban ambas en el filtro de seguridad. Emma en el scanner y Mónica preparándose para abrir una nueva máquina de scanner.
Ésta última dice haber visto a Emma hablar por teléfono mientras pasaban los pasajeros por el arco de seguridad, hasta que pita justo cuando pasaba una pasajera. Un compañero le pide a Mónica que realizara el cacheo a la pasajera a lo que Mónica contestó que según el procedimiento el operario de la máquina, en este caso Emma, es quien debía hacer la inspección.
En ese momento, Emma se levanta de mala manera, según Mónica, y procede al registro corporal de la pasajera.
Al cabo de unos minutos, llega el Sargento Tejerina, esposo de Emma, a supervisar el filtro de seguridad y le pregunta a su mujer qué le pasa a lo que ella contesta, según la versión de Mónica, "nada, solo que aquí hay mucha universitaria".
En ese momento, el Sargento Tejerina se dirige a Mónica diciéndole que no le veía haciendo su trabajo y como ésta le replicó la amenazó con levantarle un parte de incidencias.Lo que vino tras este incidente, fue denuncias por ambas partes que terminó con el despido de Mónica de la empresa de seguridad y el caso aún está en Tribunales.
El sindicato de vigilantes, denuncia así las irregularidades que se cometen en el Aeropuerto Reina Sofía y que pone en serio peligro la seguridad aeroportuaria, como por ejemplo el otorgar diplomas de vigilantes a personas que realizan cursos no homologados.El sindicato dice que el 50 por ciento de los diplomas de vigilantes que hay en la Isla son ilegales.
Se basan en que se ha contratado a Manuel Rubio, hijo de un Guardia Civil, para dar cursos homologados por el Ministerio del Interior. Según Mónica González, Rubio viajó hasta Tenerife para impartir cursos de manera privada en un salón del Hotel Noelia a un grupo, un hecho que ha sido denunciado por el sindicato ante el propio Ministerio del Interior.
"El Ministerio del Interior dice que para que los cursos sean legales deben ser dados por un profesor acreditado por el propio Ministerio y en un centro autorizado y homologado, y estos cursos que se han dado son ilegales y aquí cualquiera puede sacar el curso de vigilante", dice González.
Tras la denuncia del sindicato, se recibió respuesta por parte del Ministerio del Interior el cual afirmó que se fiscalizó y se abrió una investigación pero lo cierto es, según la Delegada Provincial del Sindicato, es que Manuel Rubio sigue ejerciendo como profesor y dictando cursos.
Mónica González se diplomó de Vigilante de Seguridad hace cinco años en Asturias donde recibió además clases de tiro y defensa personal, algo que, según manifiesta, no se aprende en los cursos impartidos en Tenerife.
En el programa "Informe Semanal" de TVE sobre la seguridad en los aeropuertos españoles, se destaca que el cacheo, según el Tribunal Supremo, es una diligencia de investigación y está reservada única y exclusivamente a las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado.
El cacheo no lo puede hacer ningún vigilante de seguridad, a menos que el vigilante se dirija al pasajero y le pregunte si puede cachearle y en caso que se niegue a un registro corporal, se requerirá en ese caso de la presencia de un Guardia Civil.
Existe un acuerdo entre el Ministerio del Interior y el Ministerio de Fomento en el que los vigilantes de seguridad pueden hacer esta inspección en los filtros de pasajeros como ‘Auxiliares de Seguridad', dando soporte legal el Guardia Civil que esté detrás.
Los arcos detectores funcionan básicamente activándose cuando se detecta la presencia de metal en la ropa o sobre el cuerpo de una persona.
El pasajero que va a abordar un avión conoce más o menos qué cosas pueden pasar pero lo que ignora es que en parte está sometido a una norma europea declarada secreta, según el reportaje de ‘Informe Semanal' en TVE.
Otra de las irregularidades que denuncia el sindicato es el nombrar Jefe de seguridad del aeropuerto Reina Sofía a José Luis Romeo Galván, quien se ha encargado de decidir qué cursos son los que deben tener un vigilante y les obliga a sacarse otros cursos en una academia llamada "La Cuesta", y que impartía el ex subteniente, Juan Diez Barrios.
Según el secretario de ‘Alternativa Sindical', Juan Carlos Fernández, Romeo Galván no tiene conocimiento de seguridad y que en su día a lo que se dedicaba era "a vender rosquillas en La Gomera"."El aeropuerto - prosigue Fernández- es inseguro y aquí no importa la seguridad aeroportuaria sino que salgan vuelos y que AENA gane dinero".
No duda en que el despido de Mónica y las reiteradas denuncias es con el fin de acabar con la tarea sindicalista y afirma que se están usando las cámaras de seguridad del Aeropuerto para vigilar a los agentes de vigilancia más que para la seguridad aeroportuaria.Lo que está en duda es la idoneidad de quien lleva los controles en los aeropuertos.
Ya el comisario europeo, Frattini, anunció un endurecimiento de la normativa en los controles aeroportuarios dentro de un aumento de la seguridad fronteriza.
Se trata de poner impedimentos a la inmigración aumentando la normativa de seguridad con un incremento de la tecnología. Aquellos que Fratinni considera ciudadanos honestos solo tendrán que dejarse revisar el iris para pasar el control.
Los demás ciudadanos que no sean miembros de la Unión Europea serán examinados con mayor rigor mediante comprobación de huellas dactilares y datos biométricos. Habrá que esperar como es aceptado este nuevo control por los pasajeros.
De momento, y volviendo al caso del Reina Sofía, Alternativa Sindical extiende una invitación a cualquier responsable de AENA y del Ministerio del Interior a sentarse y abordar el problema que se está suscitando entre Guardias Civiles y Vigilantes de Seguridad, así como delimitar las funciones para mejorar la seguridad en el Aeropuerto. Mientras, continuarán luchando y llegar a acciones judiciales para hacer prevalecer sus derechos.
Aún así, falta mucho por hacer o al menos así lo piensa ‘Alternativa Sindical', un sindicato de vigilantes de seguridad de Tenerife que, en declaraciones a CANARIAS24HORAS.COM, denuncia las "irregularidades" que se cometen en el s dAeropuerto Reina Sofía y que pone en grave riesgo la seguridad aeroportuaria.
En un artículo de Jorge Velandia de la agencia World Image Press (WIP), se señala que efectivamente existe un extraño conflicto entre Guardias Civiles y vigilantes de seguridad privados y que por norma se despide o se retira del servicio a todo vigilante que proteste o denuncie cualquier irregularidad. Esto, según Velandia, ha puesto en evidencia un agujero tan grande en la seguridad aeroportuaria que fácilmente podría colarse un terrorista.World Image Press publica las denuncias de los sindicatos el día en que ETA atentó contra el parking de la T4, el cual estaba vigilado sólo por ‘Auxiliares de Seguridad' de una empresa de servicios y no por verdaderos agentes titulados como obliga el Ministerio del Interior.
La figura de "auxiliar de seguridad", según lo recopilado por Velandia, no existe legalmente, es un cargo que han inventado las empresas de seguridad para poder poner gente sin la cualificación correspondiente, en puestos de vigilancia. Son más baratos y más fáciles de contratar ya que no se les pide la titulación obligatoria por el Ministerio del Interior.
Sin embargo, AENA reconoce tener miles de empleados como "auxiliares" de seguridad."Los profesionales de la seguridad de toda España han denunciado a estos "auxiliares" pero esas denuncias no llegan a ningún puerto ya que casi todas las empresas de seguridad privada tienen ex-guardias civiles, ex-policías o ex-militares en la nómina o incluso en la junta de consejo", cita el artículo de WIP.Algo similar le ha tocado vivir a Mónica González, vigilante diplomada que ejercía sus funciones en el Aeropuerto Reina Sofía, en el sur de Tenerife.
El caso de Mónica se encuentra en tribunales tras ser denunciada por presunta negligencia por el sargento de la Guardia Civil, Carlos Tejerina, al tener ésta un percance con la esposa del Guardia, la también vigilante Emma Hernández Abreu.
En declaraciones a CANARIAS24HORAS.COM, Mónica, quien también es Delegada Provincial del sindicato de vigilantes de seguridad "Alternativa Sindical", señala que su empresa Seguridad Integral Canaria, la ha despedido por el simple hecho de tropezarse con la esposa de un Guardia Civil.Según González hay un conflicto de delimitación de funciones entre Guardias Civiles y Vigilantes de Seguridad en el Aeropuerto del Sur de Tenerife.
"La Guardia Civil siempre ha hecho lo que le da la gana y no se dan cuenta que nosotros estamos contratados por AENA. Yo soy una Auxiliar del Cuerpo de Seguridad del Estado y no una subordinada como dicen ellos. Si te llevas bien con ellos todo va muy bien pero si ves negligencias por su parte ya eres persona no grata", manifiesta.
El despido de Mónica se produce el pasado 11 de julio de 2007, luego que cinco meses antes, el 9 de febrero, el Delegado de la empresa Seguridad Integral Canaria , José Manuel Brito, le comunica que su reincorporación en el Aeropuerto Reina Sofía no era posible porque la Guardia Civil no la quiere allí.
Ante este acontecimiento, Mónica denuncia y la empresa se presenta en el juicio con la carta de despido, según relata, acompañada por un oficio del Ministerio del Interior en el que se le acusa de presuntas negligencias como Vigilante de Seguridad.El sargento de la Guardia Civil, Carlos Tejerina y esposo de la vigilante Emma Hernández Abreu, cursa una denuncia contra Mónica argumentando que distrae la atención de sus compañeros en los filtros de seguridad, que tiene un tono de voz elevada bien por ser su forma de hablar o ser el centro de atención, y por haberse quejado de los Guardias Civiles más antiguos y más rectos del cuerpo."Yo tengo un video de como hay un Guardia durmiendo con uniforme en una zona restringida, pero aún así son todos muy rectos y correctos.
He trabajado también con Guardias borrachos y drogados que estaban de juerga en El Médano y luego a las 7 de la mañana en el Aeropuerto", asegura Mónica.
Relata el día del incidente con su compañera Emma, la esposa del Sargento Tejerina. Estaban ambas en el filtro de seguridad. Emma en el scanner y Mónica preparándose para abrir una nueva máquina de scanner.
Ésta última dice haber visto a Emma hablar por teléfono mientras pasaban los pasajeros por el arco de seguridad, hasta que pita justo cuando pasaba una pasajera. Un compañero le pide a Mónica que realizara el cacheo a la pasajera a lo que Mónica contestó que según el procedimiento el operario de la máquina, en este caso Emma, es quien debía hacer la inspección.
En ese momento, Emma se levanta de mala manera, según Mónica, y procede al registro corporal de la pasajera.
Al cabo de unos minutos, llega el Sargento Tejerina, esposo de Emma, a supervisar el filtro de seguridad y le pregunta a su mujer qué le pasa a lo que ella contesta, según la versión de Mónica, "nada, solo que aquí hay mucha universitaria".
En ese momento, el Sargento Tejerina se dirige a Mónica diciéndole que no le veía haciendo su trabajo y como ésta le replicó la amenazó con levantarle un parte de incidencias.Lo que vino tras este incidente, fue denuncias por ambas partes que terminó con el despido de Mónica de la empresa de seguridad y el caso aún está en Tribunales.
El sindicato de vigilantes, denuncia así las irregularidades que se cometen en el Aeropuerto Reina Sofía y que pone en serio peligro la seguridad aeroportuaria, como por ejemplo el otorgar diplomas de vigilantes a personas que realizan cursos no homologados.El sindicato dice que el 50 por ciento de los diplomas de vigilantes que hay en la Isla son ilegales.
Se basan en que se ha contratado a Manuel Rubio, hijo de un Guardia Civil, para dar cursos homologados por el Ministerio del Interior. Según Mónica González, Rubio viajó hasta Tenerife para impartir cursos de manera privada en un salón del Hotel Noelia a un grupo, un hecho que ha sido denunciado por el sindicato ante el propio Ministerio del Interior.
"El Ministerio del Interior dice que para que los cursos sean legales deben ser dados por un profesor acreditado por el propio Ministerio y en un centro autorizado y homologado, y estos cursos que se han dado son ilegales y aquí cualquiera puede sacar el curso de vigilante", dice González.
Tras la denuncia del sindicato, se recibió respuesta por parte del Ministerio del Interior el cual afirmó que se fiscalizó y se abrió una investigación pero lo cierto es, según la Delegada Provincial del Sindicato, es que Manuel Rubio sigue ejerciendo como profesor y dictando cursos.
Mónica González se diplomó de Vigilante de Seguridad hace cinco años en Asturias donde recibió además clases de tiro y defensa personal, algo que, según manifiesta, no se aprende en los cursos impartidos en Tenerife.
En el programa "Informe Semanal" de TVE sobre la seguridad en los aeropuertos españoles, se destaca que el cacheo, según el Tribunal Supremo, es una diligencia de investigación y está reservada única y exclusivamente a las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado.
El cacheo no lo puede hacer ningún vigilante de seguridad, a menos que el vigilante se dirija al pasajero y le pregunte si puede cachearle y en caso que se niegue a un registro corporal, se requerirá en ese caso de la presencia de un Guardia Civil.
Existe un acuerdo entre el Ministerio del Interior y el Ministerio de Fomento en el que los vigilantes de seguridad pueden hacer esta inspección en los filtros de pasajeros como ‘Auxiliares de Seguridad', dando soporte legal el Guardia Civil que esté detrás.
Los arcos detectores funcionan básicamente activándose cuando se detecta la presencia de metal en la ropa o sobre el cuerpo de una persona.
El pasajero que va a abordar un avión conoce más o menos qué cosas pueden pasar pero lo que ignora es que en parte está sometido a una norma europea declarada secreta, según el reportaje de ‘Informe Semanal' en TVE.
Otra de las irregularidades que denuncia el sindicato es el nombrar Jefe de seguridad del aeropuerto Reina Sofía a José Luis Romeo Galván, quien se ha encargado de decidir qué cursos son los que deben tener un vigilante y les obliga a sacarse otros cursos en una academia llamada "La Cuesta", y que impartía el ex subteniente, Juan Diez Barrios.
Según el secretario de ‘Alternativa Sindical', Juan Carlos Fernández, Romeo Galván no tiene conocimiento de seguridad y que en su día a lo que se dedicaba era "a vender rosquillas en La Gomera"."El aeropuerto - prosigue Fernández- es inseguro y aquí no importa la seguridad aeroportuaria sino que salgan vuelos y que AENA gane dinero".
No duda en que el despido de Mónica y las reiteradas denuncias es con el fin de acabar con la tarea sindicalista y afirma que se están usando las cámaras de seguridad del Aeropuerto para vigilar a los agentes de vigilancia más que para la seguridad aeroportuaria.Lo que está en duda es la idoneidad de quien lleva los controles en los aeropuertos.
Ya el comisario europeo, Frattini, anunció un endurecimiento de la normativa en los controles aeroportuarios dentro de un aumento de la seguridad fronteriza.
Se trata de poner impedimentos a la inmigración aumentando la normativa de seguridad con un incremento de la tecnología. Aquellos que Fratinni considera ciudadanos honestos solo tendrán que dejarse revisar el iris para pasar el control.
Los demás ciudadanos que no sean miembros de la Unión Europea serán examinados con mayor rigor mediante comprobación de huellas dactilares y datos biométricos. Habrá que esperar como es aceptado este nuevo control por los pasajeros.
De momento, y volviendo al caso del Reina Sofía, Alternativa Sindical extiende una invitación a cualquier responsable de AENA y del Ministerio del Interior a sentarse y abordar el problema que se está suscitando entre Guardias Civiles y Vigilantes de Seguridad, así como delimitar las funciones para mejorar la seguridad en el Aeropuerto. Mientras, continuarán luchando y llegar a acciones judiciales para hacer prevalecer sus derechos.
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