El gran despliegue de Interior en el océano no logró evitar la tragedia

El gran despliegue de Interior en el océano no logró evitar la tragedia

El blindaje total de la costa africana, desde Marruecos hasta la región sur de Senegal, es una utopía. Sobre España recae la mayor parte del esfuerzo desplegado en el continente vecino, pero es insuficiente, como demostró ayer la llegada a Canarias de un cayuco con 14 muertos. La aportación del resto de la Unión Europea, a través de la agencia de fronteras Frontex, es casi testimonial.

Desde 2006 opera en Mauritania la patrullera de la Guardia Civil Río Duero, que ha logrado interceptar a más de 4.000 inmigrantes. Además, el Gobierno español ha cedido al mauritano otras cuatro patrulleras y ha enviado a la zona al buque Río Miño, del instituto armado. Incluso después del reciente golpe de Estado, la junta militar que gobierna en el país ha seguido impidiendo la salida de cayucos.

En Dakar tienen su base otras dos patrulleras (Río Ara y Río Cardiel), también con agentes españoles. Las embarcaciones

españolas cuentan con el apoyo del dispositivo europeo Hera 2008, consistente en dos aviones con radar (uno italiano y otro luxemburgués) que rastrean las aguas de esa zona hasta las islas de Cabo Verde. Las estadísticas facilitadas por la oficina de Frontex en Varsovia indican que en el presente ejercicio el dispositivo Hera 2008 ha evitado la llegada a Canarias de 4.698 inmigrantes y ha logrado la detención de 116 personas identificadas como patrones de embarcaciones o pasadores.

Dos helicópteros

En Canarias, a las patrulleras del Servicio Marítimo de la Guardia Civil, se suman un avión del Servicio Aéreo de Rescate y los efectivos de Salvamento Marítimo: 10 Salva Mar, cuatro remolcadores de altura, dos barcos de vigilancia, dos helicópteros y numerosas embarcaciones de la Cruz Roja.

Además, en las islas operan los radares del Sistema Integral de Vigilancia Exterior de Lanzarote y Fuerteventura (a donde no llegan embarcaciones desde hace meses) y varias unidades móviles, cuya localización exacta se desconoce, funcionan en Gran Canaria y Tenerife.

La Armada no ha comunicado si tiene aún operativo el dispositivo Noble Centinela, por el que buques de guerra patrullaban a 50 millas de la costa en busca de embarcaciones con inmigrantes.

Pero, lo cierto es que, a pesar de este despliegue, nadie sabe explicar cómo es posible que muchos cayucos logren llegar sin ser detectados hasta las mismas playas donde los turistas se tuestan al sol.