O Raposo e a Raposa.

"Cuentan que cuándo fue el diluvio universal el zorro y la zorra eran los únicos animales que no remataban de fiarse en eso de subir el arca de Noé, aun que Noé parece ser que los invitaba con mucha paciencia diciendo ¡subir que llevamos gallinas dentro!, el zorro le decía ¡ ¡me huele a perro! y no subía. Cuando el arca comenzó a navegar quedaron el zorro y la zorra en una roca con los rabos levantados sin que nadie había explicado hasta hoy en día como hicieron para sobrevivir."

Su mala fama está muy extendida. Fama de ladrón, de pillo. Pero no es para tanto. Eso sí, sí te descuidas adiós gallinas. Aparte se pasa un poco, ya que a veces también las mata y no las lleva.

Una vez, un zorro cogió un gallo y, cuando se iba disponer a merendarlo, le dijo el gallo al zorro:
-Heló.
A lo que le repuso el zorro:
-Sí heló, que helara.
Pero, al tiempo de decir esto, como, para hablar, había abierto la boca, el gallo pegó un vuelo y escapó para el pico de un castaño.
El zorro empezó a restregar el rabo por el tronco del castaño diciendo:
-Sierra, mi rabo, y comerás el gallo.
El gallo, que le oía, dijo:
-Dios me libre de la hoz o del machado
que el rabo del zorro no corta el castaño.