McCain afronta el tercer y último debate presidencial necesitado de una victoria

McCain afronta el tercer y último debate presidencial necesitado de una victoria

• Una de las dudas es si McCain aprovechará para lanzar ataques personales contra Obama
  
• Ambas campañas han pedido que haya un ventilador encima de los candidatos
  
• El moderador del debate será el veterano periodista de la cadena CBS Bob Schieffer
  

Obama y McCain, durante el último debate. (Foto: AFP)


En el tercer y último debate presidencial entre los aspirantes demócrata y republicano a la Casa Blanca, que se celebra esta noche en la Universidad de Hofstra, en Nueva York, John McCain gastará uno de los últimos cartuchos que le quedan para poder dar un golpe de efecto a la campaña electoral.




El debate llegará horas después de la publicación de la encuesta que otorga a Obama la mayor ventaja registrada hasta ahora desde las victorias de ambos candidatos en las primarias de sus respectivos partidos. En concreto, el sondeo, encargado por 'The New York Times' y la cadena CBS, sitúa a Obama 14 puntos por delante de McCain.

Si bien en la mayoría de encuestas la ventaja del senador afroamericano es menor, existe un amplio consenso entre los analistas políticos del país de que a McCain no le basta con realizar una buena actuación esta noche. Necesita una victoria contundente e incontestable, por lo que deberá arriesgar y buscar el cuerpo a cuerpo con su adversario.
En cambio, Obama tan sólo requiere no cometer errores, repitiendo sus actuaciones de los anteriores debates, en los que los sondeos le dieron como ganador. Además de ésta, el aspirante demócrata cuenta con varias ventajas que dificultan la empresa de McCain, y le sitúan como favorito.

Para empezar, Obama es más telegénico que su adversario, lo que podría explicar porque sus intervenciones en los debates anteriores fueron mejor valoradas por los ciudadanos que por los sesudos analistas políticos. Además, el debate estará centrado en cuestiones de política interna, y se espera que su gran eje temático sea la economía, asunto en el que los votantes declaran confiar más en el senador de Illinois.

El moderador del debate será el veterano periodista de la cadena CBS Bob Schieffer, que ya ha anunciado que piensa ser más inquisitivo que los moderadores de los anteriores debates. "Hasta ahora hemos oído las líneas generales de lo que están hablando. Es la hora de ser más específicos", ha dicho Schieffer, que no va a dudar en insistir en que contesten sus preguntas. "Si van en una dirección diferente, no me intimidará decirles 'perdone, pero podría centrarse en la pregunta que le he hecho'".

Una de las dudas del debate es si McCain aprovechará para lanzar ataques personales contra Obama. En el último debate, justo cuando su campaña había desvelado varios anuncios agresivos, el republicano se abstuvo de mencionar asuntos controvertidos como la relación de Obama con Bill Ayers, un ex activista de un grupúsculo de extrema izquierda.
"No es que me importe un comino un terrorista que se ha hecho lavado de cara y su mujer, que en 2001 dijo que le gustaría haber puesto más bombas. Lo que me preocupa, y lo que le preocupa al pueblo americano es que [Obama] sea sincero", ha declarado McCain aludiendo a la posibilidad de que salga a relucir la relación de Obama con Ayers.

Sin embargo, en los últimos días, quizás como consecuencia de su continua tendencia a la baja en las encuestas, su campaña ha decidido aparcar sus ataques contra su adversario, y ha centrado todas sus energías en explicar su programa económico.
Los organizadores del debate, que se celebrará a las tres de la madrugada hora peninsular, y durará 90 minutos, han explicado diversas curiosidades sobre la preparación del mismo. Por ejemplo, ambas campañas han pedido que haya un ventilador encima de las cabezas de sus candidatos, que por primera vez estarán sentados en una mesa cara a cara, para evitar que aparezcan sudorosos ante las cámaras, como le sucedió a Nixon en un mítico debate frente a Kennedy en el 1960.
Además, los equipos de campaña también han pedido que ambos dispongan de un vaso de agua en la mesa. Pero no cualquier vaso, sino uno exactamente igual que los utilizados en los anteriores debates.