De lo arriesgado que resulta entrar en Marruecos con una manta

De lo arriesgado que resulta entrar en Marruecos con una manta
Nuevo incidente en la conflictiva frontera de Melilla por el trato de unos policías a un matrimonio
Éste se había negado, según afirma, a sobornar al primer policía marroquí con el que se topó para que le dejara introducir en Marruecos la manta que había comprado en Melilla. "Es un objeto de mi propiedad, no para el contrabando", le contestó cuando el agente le pidió un "bakchich" (propina). Mantas y cubrecamas representan un buen porcentaje del comercio ilegal pero permitido a través de esa frontera.

Así empezó, el pasado fin de semana, un nuevo incidente en la conflictiva frontera de Melilla con Marruecos. El suceso tuvo lugar de madrugada y probablemente no habría trascendido si Rodríguez Valverde no hubiese puesto el pasado lunes, en una comisaría de Melilla, una denuncia contra la policía marroquí por agredirle en territorio español. El atestado policial español coincide con las aseveraciones del matrimonio hispano-marroquí.

Al ver a Souad retroceder el agente marroquí no se cortó. La siguió hasta el mismo control español y, una vez allí, tiró de ella con todas sus fuerzas esforzándose por arrastrarla hacia Marruecos. Entonces apareció un policía nacional que advirtió a gritos al marroquí de que esa zona era ya España y que debía retirarse.

"No te metas, es cosa nuestra"

"Tú no te metas, esto es cosa nuestra", le respondió el policía marroquí, al que se habían unido un par de compatriotas uniformados. Su colega español "les repitió que debían marcharse de allí", reza la denuncia. Fue entonces cuando dos agentes marroquíes se abalanzaron sobre el español. Uno "le cogió por detrás (...) y otro le agarró por el pecho y le golpeó". Varios compañeros del agredido acudieron en su ayuda.

"En todo momento la intención de los policías marroquíes fue la de arrastrar al policía español hacia la zona marroquí", señala la versión de la Jefatura Superior de Policía de Melilla. "(...) pero no pudieron lograrlo y se marcharon a Marruecos", concluye.

"Se trata de un suceso menor y excepcional", aseguran fuentes de la Delegación del Gobierno en Melilla. Las autoridades españolas no se han quejado ante Rabat ni tampoco lo hicieron el mes pasado, cuando se produjo el anterior incidente. Una muchedumbre enrabietada por las dificultades para entrar en Melilla estuvo entonces a punto de linchar en Beni Enzar, una localidad colindante con la ciudad autónoma, al teniente coronel jefe de la Guardia Civil, al jefe superior de Policía, al delegado de Hacienda y al inspector-jefe de la frontera. Los cuatro regresaban de una reunión de trabajo.

La colaboración de Marruecos mejora, insisten las mismas fuentes. Prueba de ello es que, desde hace unas semanas, la policía marroquí escolta hasta su puesto de control, situado a unos 200 metros del español, a los agentes españoles que en coches camuflados repatrían a marroquíes expulsados de España. Hasta ahora los pasajeros españoles de esos vehículos eran a veces insultados durante el corto recorrido que efectúan despacio, a causa del gentío, e incluso amenazados.

Los policías se embolsan 90 millones

El semanario de Casablanca Al Ayam calculó hace ya un lustro que el conjunto de los policías y aduaneros destinados en las fronteras de Ceuta y Melilla se embolsaban al año 90 millones de euros. Los recaudaban cobrando a los pequeños porteadores entre 45 céntimos y 1,9 euros por viaje, y cantidades superiores a los que transportaban la mercancía en automóviles.