Rajoy recoge el guante de Zapatero y le reta a una bajada general de impuestos

Rajoy recoge el guante de Zapatero y le reta a una bajada general de impuestos




Gobierno y oposición mantienen las espadas en alto ante la opinión pública en la batalla de la crisis económica. Si el sábado era el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, quien intentaba dejar en evidencia a Mariano Rajoy por su rechazo a los Presupuestos Generales del Estado -ordenando al PSOE que dé vía libre a todos los presupuestos de instituciones gobernadas por el PP-, ayer Rajoy recogió el guante. El presidente del PP reta a Zapatero a negociar los Presupuestos, sí, pero con una rebaja fiscal incluida que reactive la economía de las empresas y de las familias.

Intenso prolegómeno de una semana parlamentaria, que comienza hoy con la aprobación en el Congreso de las medidas de rescate financiero aprobadas por el Consejo de Ministros: primero, un real decreto de creación del Fondo para la Adquisición de Activos Financieros hasta un importe máximo de 50.000 millones de euros. Su objetivo es comprar activos «de máxima calidad». Segundo real decreto, autorización al Estado para que avale, hasta 100.000 millones, nuevas operaciones de financiación de bancos y cajas. Las operaciones tendrán que llevar el visto bueno del Banco de España, como acordaron Zapatero y Rajoy en su reciente reunión en La Moncloa. Por último, el Congreso autorizará mañana, con carácter excepcional, al Ministerio de Economía y Hacienda para la adquisición de títulos emitidos por las entidades de crédito residentes en España, que necesiten reforzar sus recursos propios y así lo soliciten. También tendrá que aprobarlo el Banco de España.

Con un Camps triunfante
Desde mañana, martes, hasta el jueves, el Congreso vivirá el debate de las enmiendas de totalidad a los Presupuestos Generales del Estado 2009. En principio, no debería haber problemas para que sean rechazadas tras el acuerdo del PSOE con el PNV y el Bloque Nacionalista Galego (BNG) para salvar este trámite a cambio de 85 millones que el Gobierno vasco detraerá del cupo en 2009 y de 125 millones para infraestructura, en el caso gallego.
El presidente del PP, Mariano Rajoy, aprovechó ayer la clausura del XII Congreso del PP valenciano (en el que Francisco Camps fue reelegido con un apabullante 98% de los votos) para devolver la pelota al tejado de Zapatero, emplazándole a una rebaja fiscal porque las iniciativas del Ejecutivo contra la crisis «no bastan».

Esa «crisis de la gente», como la bautizó Rajoy, precisa de una reforma fiscal que respalde a las familias, pymes, autónomos y empresas afectadas por el aumento de la morosidad, mejore el tejido productivo, incentive el ahorro y reactive la economía española. Todo ello se materializará con 40 enmiendas al proyecto de ley por el que se suprime el Impuesto de Patrimonio. En ellas se recoge un incremento en un 25 por ciento de las deducciones por la compra de vivienda, una rebaja del IVA del alquiler, el aumento del plazo para las cuentas vivienda a seis años y la aplicación de régimen de deducciones por adquisición de vivienda a los alquileres con opción de compra.
Libertad de amortización

Pymes y autónomos tendrán libertad de amortización del inmovilizado adquirido en 2009 y 2010, según la propuesta del PP, mientras que las primeras verán reducido su Impuesto de Sociedades del 25 al 20 por ciento. Para Rajoy, los Presupuestos Generales del Estado de 2009 «no valen» porque «son antiguos» y únicamente han buscado contentar a los nacionalistas del PNV y el BNG, no sacar a España de la crisis.

Ayer, el jefe del Gobierno, en una entrevista con el diario «Público», vino a reconocer que España puede entrar en recesión -técnicamente dos trimestres consecutivos con decrecimiento del PIB- a lo largo del año próximo. A la pregunta de si mantiene que en el segundo semestre de 2009 se estará saliendo de la crisis, responde: «Estaremos con una actividad económica de crecimiento intertrimestral, lo que no quiere decir anual, porque eso va a depender de la comparación con este año». Lo que sí pronostica Zapatero para entonces es «cierta fuerza» económica.