Los palestinos juegan un histórico primer partido con su selección, en casa

Los palestinos juegan un histórico primer partido con su selección, en casa

• El estadio fue financiado con cuatro millones de dólares por la FIFA
  
• Seis jugadores de la Franja llegaron en el último momento tras obtener el permiso
  

Un momento del partido en A-Ram. (Fotos: Sal Emergui)



El 26 de octubre del 2008 entrará en la historia del pueblo palestino. Sí, quizás sea una exageración al tratarse de tan solo el primer partido internacional que disputa en casa. Quizás los libros de historia no recojan acontecimientos deportivos como el vivido en el Estadio Faisal Husseini, de A-Ram (entre Jerusalén y Ramala) con algunos palestinos y jordanos corriendo como locos detrás de un balón.


Pero para los 8.000 palestinos que abarrotaron y rodearon el pequeño campo fue "un momento festivo e histórico". La selección como nuevo instrumento para reindicarse en la escena internacional. Algunos aficionados con camisetas del Barça. Otros, con bufandas brasileñas. Todos con símbolos palestinos. Jordania se portó bien en la 'première' palestina y el 1-1 final dejó a todos contentos.

En lo alto del Estadio —financiado con cuatro millones de dólares de la FIFA— un retrato del ex presidente palestino, Yasir Arafat. El primer ministro, Salam Fayad, pudo gozar de uno sus días más felices desde que está en un cargo que solo le da disgustos. A su lado en el palco, el máximo dirigente del fútbol mundial, Joseph Blatter. Abrumado por el asfixiante recibimiento popular, era optimista: "El fútbol es una forma de integración y de acercar a los pueblos. ¡Lo puede con todo!".
"Estar en este campo y escuchar el himno con tanta gente, ha sido muy emocionante", afirma Roberto Bishara, lateral izquierdo de la selección. No es ningún fichaje de última hora sino el hijo de un palestino y una chilena que en los últimos ocho años juega en el club Palestinos de Santiago de Chile.

Jovenes con vestidos tradicionales y pañuelos palestinos en la cabeza.




Nacido en este país, éste es su primer viaje al lugar de nacimiento de su padre y del que tanto había escuchado. "En Chile te cuentan siempre historias de cómo viven los palestinos pero es diferente estar aquí y verlo tu mismo. Tras tanto sufrimiento, espero que algún día tengan su Estado", afirma Roberto que ha preferido la selección palestina a la más prometedora chilena. Aunque su sueño es jugar en España, "si es posible, en el Villareal". Asegura que los jugadores palestinos "físicamente son muy fuertes pero les falta algo de técnica y disciplina táctica".

El seleccionador, Azzat Hamza, parecía más preocupado por el ambiente, la llegada de todos sus jugadores o la presencia de Blatter que no por la alineación.
Seis jugadores de la Franja de Gaza llegaron en el último momento tras obtener un permiso israelí pedido durante largas semanas. Del exterior, han llegado el chileno Roberto y Atal, que juega en Jordania. El resto se conformó con verlo por las cadenas de televisión, volcadas con el acontecimiento internacional en las puertas de Ramala.
"Toda la semana he preparado este partido aunque sea un amistoso contra un hermano, Jordania. Pero no importa el resultado sino que hemos vivimos un momento histórico. Fíjate, la emoción de las miles de personas en nuestro primer partido internacional en casa" relata a elmundo.es el entrenador que no descarta el sueño del Mundial.

Con él, uno no discute decisiones arbitrales o su planteamiento táctico. "Afrontamos los 'checkpoints' [puntos de control], el muro que está cerca del campo y el estado de sitio por parte de Israel. Agradezco a todas las ONGs y la FIFA que han hecho posibles este partido", comenta obviando que sin el consentimiento de Israel, quizás el presidente de la FIFA no hubiera asistido. "Es humillante que uno de los pocos frutos de las negociaciones sea que haya este partido internacional”, confiesa Ayman, un aficionado que explica que solo respeta a un líder palestino, el ya fallecido Faisal Husseini.

Jibril Rajub, ex asesor de seguridad de Arafat y actual presidente de la Federación, añade: "Tenemos diarios problemas como la ocupación. Hemos cumplido un sueño de 10 años con este partido que es un mensaje claro que queremos un Estado independiente y libre". Un mensaje que repetían todos los aficionados, desde los más pequeños hasta los más ancianos, desde los más trajeados hasta los más tirados. Desde los que pagaron su entrada hasta los muchos que se colaron desde los edificios colindantes.
La locura se apoderó de los palestinos cuando Ahmed Kashkash superó al portero jordano marcando el primer gol. Natural de Gaza, vive ahora cerca de Ramala. El gol del empate apenas rebajó la euforia de la grada.
Las modestas combinaciones en el aún cuidado césped provocaron olas de alborozo entre seguidores. Si vieran gambetear a Messi, seguro que el estadio se caería. Quizás no sea una buena idea tras la inversión de la FIFA y la ilusión palestina.