Alumnos y docentes se manifiestan contra Berlusconi

Alumnos y docentes se manifiestan contra Berlusconi





Las fuerzas del orden le han aconsejado que no se mueva mucho y menos sola. No es la enésima víctima de la mafia italiana, sino Mariastella Gelmini, la ministra de Educación del Gobierno de Silvio Berlusconi, objetivo de todas las críticas de profesores, alumnos, padres y de la oposición. De hecho, ayer, en Roma, donde tuvo lugar la manifestación nacional de los sindicatos de profesores, los carteles que enarbolaban los manifestantes tenían como blanco a la ministra, quien está convencida de la eficacia de su proyecto y anuncia para la próxima semana cambios en las universidades, tras la aprobación parlamentaria el miércoles, gracias a la mayoría del Gobierno, de una ley que lleva su nombre y que reforma la educación.



Las medidas aprobadas definitivamente en las cámaras italianas van unidas a los recortes presupuestarios que establecen un ahorro a las arcas del Estado de 7.800 millones de euros en el próximo trienio, hecho que será posible gracias a la suspensión de 87.000 puestos laborales de docentes, es decir, una reducción del 10 por ciento del personal. Ésta es precisamente una de las grandes polémicas del decreto del que hoy se hablará en el Consejo de Ministros, durante el que se espera que el Gobierno aclare estos puntos. «No se trata de despidos -señaló recientemente Gelmini para defenderse de las las críticas-, sino que es una reorganización que en el futuro permitirá a miles de docentes tener contratos dignos y no precarios».

Apoyo a la ministra
Silvio Berlusconi dio pleno apoyo a su ministra y, ante los datos de la manifestación de ayer que hablaban de millones de personas en las calles de todo el país, señaló que «se trata de manifestaciones convocadas por una izquierda escandalosa que tiene la capacidad de convertir la mentira en verdad». El «Cavaliere» está cansado de manifestaciones y de ocupación de universidades, y, como estaba anunciado, ayer, el ministro de Interior, Roberto Maroni, confirmaba que «quien ocupe suelo público será denunciado», sobre todo por los incidentes vividos el miércoles entre manifestantes.

Sobre esos altercados dará explicaciones esta mañana el Gobierno a la Cámara de Diputados, mientras siguen convocadas para el día de hoy más manifestaciones y ocupaciones, además de una vigilia de oración en Nápoles «para que el Gobierno dé marcha atrás».
Entender la reforma es tarea complicada, porque leyendo el decreto desaparecen precisiones valiosas para comprenderlo. Por ejemplo, en relación al profesor único para Primaria, menos en la materia de inglés -tan criticado por padres y educadores-, las horas de más que hará vendrán financiadas por un fondo especial. Pero, reduciéndose el horario escolar, muchas familias quedarían en vilo, aunque el decreto da la posibilidad a los padres de elegir la opción de más horas, pero no explica qué hará sus hijos. El baile de cifras y números prosigue en todo el texto de la nueva ley, que incluye la nota en conducta, el uso de decimales para valorar a los alumnos y la reducción de la enseñanza de inglés y religión.
«El problema -decía ayer un manifestante- es que a la educación pública se la ve como sólo como un coste». La oposición llamó al Gobierno «a preguntarse qué pasa cuando tanta gente sale a la calle».