Los tribunales dedicados a los casos laborales, castigados por la falta de medios, vienen a dictar unas 1.400 sentencias al año

REGIÓN
Improcedente
Los tribunales dedicados a los casos laborales, castigados por la falta de medios, vienen a dictar unas 1.400 sentencias al año

02.12.08 - M. J. GONZÁLEZ | LOGROÑO


Las causas se acumulan en el Juzgado
de lo Social./ J. RODRÍGUEZ

El juez se retrasa ligeramente. Diario LA RIOJA le espera en el vestíbulo de los Juzgados de lo Social. Nadie pensaría que en esos locales, un bajo custodiado por un vigilante privado, se decide el futuro laboral y personal de cientos de trabajadores riojanos.
Al poco, llega el magistrado, Eduardo Carrión. Lleva una bolsa de deporte y nos invita a pasar a la sala de vistas del Juzgado de lo Social número 1, del que es titular. «No se piense que vengo de hacer deporte», se justifica. Abre la bolsa y de su interior saca varias carpetas: «Me llevo expedientes a casa para estudiarlos por la noche porque no damos abasto».
La sala está repleta de carpetas similares. En la mesa del Tribunal, en la de la parte demandante, en la de la parte demandada... Carrión avisa de que lo que allí vemos no es nada. Y nos lleva a su despacho. Una estancia angosta, sin apenas luz natural (los ventanales son estrechos y pegados al techo) y con montañas de expedientes.
Volvemos a la sala de vistas. El magistrado comenta que tanto él como José María Labado, su compañero del Juzgado de lo Social número 2, vienen a dictar unas 700 sentencias cada uno al año. Lo normal es que cada Sala vea en una jornada una veintena de casos pero, en ocasiones, se supera la treintena. Algunas vistas son muy rápidas, pero otras pueden durar hasta cuatro horas.
Hasta llegar al juicio hay que realizar una compleja tramitación administrativa y, después, fijar los señalamientos en el calendario (en la actualidad hay marcadas vistas hasta mayo del 2009). Un cronograma que puede estallar por los aires, de hecho ya lo ha hecho, como consecuencia de la huelga de Justicia de principios de año: «A los funcionarios les dieron instrucciones sobre cómo resolver el atasco, pero a los jueces, ni una palabra».
Y si ya de por sí la labor es compleja, la carencia de medios informáticos complica aún más todo. El sistema con el que cuentan es «infumable», así que el magistrado ha decidido hacerse su propia 'agenda electrónica': un cuaderno tamaño folio con espirales, donde están apuntados a mano los juicios por días y meses. El juez destaca la valía de algunos colaboradores, pero lamenta que, en general, es necesario mejorar la formación del personal.
Vocacional
A pesar de las circunstancias, Carrión asegura que ejerce por «vocación» y que su trabajo es «precioso». Eso sí, con la creación del tercer Juzgado en próximas fechas «se nos ha aparecido la Virgen». El juez defiende la independencia del Tribunal y avisa de que no admite causas genéricas sobre la crisis para justificar un despido: «No hay nada que más respete que un buen empresario, pero hay muchos 'aficionados', y decidir sobre un despido exige analizar muy minuciosamente los casos». «Porque cada carpeta que ve es una vida», concluye.