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- La clausura se debió a las intoxicaciones por gases tras el atentado de ETA
- Hoy va a culminar el regreso de más de la mitad de los servicios que fueron realojados en otros edificios
- Después de las vacaciones de Navidad los estudiantes volverán a recibir clase en el Edificio Central
El Edificio Central de la Universidad de Navarra ha retomado la actividad tras haber permanecido cerrado cinco semanas.
El pasado 8 de octubre, el Instituto Navarro de Salud Pública declaró el cese de toda actividad en su interior y la restricción de acceso al mismo, después de que 302 personas, alumnos, profesores y trabajadores de la universidad que se localizaban dentro y en las cercanías del edificio, resultaron intoxicadas por inhalación de gases derivados de la combustión de materiales provocada por el atentado de ETA del pasado 30 de octubre. Salud Pública ordenó además el doble sellado de la planta baja del ala este del Central, la parte más perjudicada ya que el coche bomba explotó junto a ella.
Todos los servicios y las clases que alberga el Edificio Central fueron reubicados en otros puntos del campus, y el retorno comenzó el pasado viernes, después de la conclusión de la limpieza en todo el edificio y de que una auditoría externa haya certificado como "excelente, limpia y segura" la calidad del aire. Los primeros en recuperar su espacio original en el Central fueron los miembros del Rectorado (en la primera planta), que durante las últimas cinco semanas han permanecido en el decanato de Ciencias, y los de Comunicación Institucional (en el torreón), quienes fueron recolocados también en el Edificio de Ciencias o Hexágono. "Nos habilitaron un laboratorio y estuvimos algo más de una semana trabajando por turnos porque faltaba algún ordenador, hasta que habilitaron otra oficina con otros dos", explicaba ayer Cristina Fernández, de Comunicación Institucional. "Los servicios informáticos nos atendieron muy rápido. Desviamos algunos de los teléfonos que tenemos en el Central y, al cabo de una semana, pudimos pasar a por algunos de nuestros equipos". Los informadores de la UN regresaron el pasado viernes por la tarde al Edificio Central. "Fue como volver a casa. Hemos vivido una situación excepcional no provocada por nosotros y hemos tratado de llevarla lo mejor posible. Es también un estímulo para normalizarnos lo antes posible y seguir trabajando", expuso Enrique Sueiro, director del área de Comunicación Científica. "Hemos estado en Ciencias, entre minerales y tubos de ensayo. Al 100% no hemos podido trabajar porque en el Edificio Central tenemos más material. Nos llevamos lo fundamental: los ordenadores y la información que albergan. Muchas cosas, como dependen del correo electrónico, las hicimos a través de webmail; y, cuando no tuvimos las extensiones telefónicas, ya que eran provisionales, funcionamos con el móvil porque lo importante era estar localizable y tener acceso a las fuentes lo mejor posible".
Ayer, volvieron a trabajar en el edificio corazóndel campus los integrantes de centralita (que fueron reubicados en el Hexágono); la Comisión de Calidad (ocupó transitoriamente el Edificio Los Castaños); el decanato de Filosofía y Letras; Innovación Educativa; el Instituto de Antropología y Ética; la cafetería Faustino; el Servicio de Asistencia Universitaria de becas y ayudas; y el Servicio de Actividades Culturales. Los seis últimos han ejercido desde las intoxicaciones en el Edificio de Bibliotecas. "La primera semana fue caótica. Sacamos lo más básico y sólo pudimos hacer lo urgente", señaló ayer Marta Revuelta, directora del Servicio de Actividades Culturales, ya en sus dependencias del Central. "Hemos podido hacer el 95% de las actividades. Nosotros organizamos actividades y en el Edificio Central, además de nuestras oficinas, tenemos el almacén. Este último fin de semana hubo una obra de teatro y no pudimos sacar un montón de vestuario ni los escenarios que habían montado los alumnos. Justamente pudimos sacar los focos". Pese a todo, Revuelta se presentaba ayer "sin miedo y con mucha ilusión por volver a la normalidad".
Para hoy está previsto el retorno de Fundación Empresa Universidad, Relaciones Internacionales y la Comisión de Investigación, que tuvieron que emigrarforzosamente a Bibliotecas, en los dos primeros casos, y el Edificio Muga, en el tercero.
Por su parte, Alumni fue reubicado en Facultades Eclesiásticas; y la Oficina de Salidas Profesionales, la Asociación de Amigos y el Fondo Fotográfico, en Bibliotecas. Ahí van a continuar hasta que, después de Navidad, vuelvan al Central. Las clases que se impartían en el Central (de Pedagogía, Psicopedagogía, Humanidades, Historia, Filosofía, Filología, y el Instituto de Lengua y Cultura Españolas) seguirán en aulas provisionales de otros edificios también hasta después de las fiestas.
Los servicios de Administración y Tesorería, Dirección de Personas y Oficinas generales, los espacios más dañados puesto que ocupaban la planta baja del ala este del Central, no volverán a éste hasta que no concluyan los trabajos de reparación. Mientras, están ubicados en Derecho. Además, durante las reformas, Admisión atenderá en Bibliotecas.
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