El llamamiento a la «resistencia» en la Acrópolis de Atenas politiza las protestas Estudiantes y sindicatos piden que Europa secunde la jornada de movilización de hoy

El llamamiento a la «resistencia» en la Acrópolis de Atenas politiza las protestas Estudiantes y sindicatos piden que Europa secunde la jornada de movilización de hoy





Tras permanecer cerrada al público durante diez días a causa de una huelga, la Acrópolis recibió ayer a unos inesperados visitantes (alejados del estereotipo de turista al uso): cincuenta manifestantes que de forma pacífica consiguieron colgar dos enormes pancartas con la palabra Resistencia -en cuatro idiomas, castellano incluido- como llamamiento ante la manifestación que se ha convocado hoy en diferentes capitales europeas.



En un «totum revolutum» de reivindicaciones -«por la muerte de Alexandros, por la educación, contra el Gobierno, contra la crisis»-, la juventud de la Coalicción de la Izquierda Radical (SYRIZA en griego) hizo un llamamiento para acudir a la « manifestación contra la represión y restricción de nuestros derechos políticos y sociales, contra la precariedad laboral, contra la comercialización de la enseñanza, contra la política neoliberal de los gobiernos de la Unión Europea».

700 colegios ocupados
Las protestas y manifestaciones en toda Grecia, tras el detonante del disparo policial que causó la muerte de un adolescente en el centro de Atenas, continuaron así en su segunda semana. En Atenas, Tesalónica y la mayoría de las capitales de provincia griegas los estudiantes de secundaria -que han «ocupado» 700 colegios estatales, habiéndose suspendido las clases- se manifiestan ahora de forma pacífica o con sentadas ante los juzgados, las comisarías de la Policía y en algunos casos, entran en las oficinas de canales de radio o televisión para protestar.
Las Universidades están también ocupadas y en muchos casos con tantos daños materiales que parece imposible que puedan reanudarse el curso: las bibliotecas, los ordenadores y los laboratorios están destruidos.
Al mismo tiempo hay otras manifestaciones, en las que se mezclan estudiantes, anarquistas, antisistemas y otras personas. En estas hay violencia, se tiran piedras, cócteles molotov y bengalas. La Policía responde con bengalas, gases lacrimógenos y detenciones.

En la capital ateniense ayer se sucedieron las manifestaciones de todos los colores: pacíficas -y no tanto- por las calles; colocación durante dos horas de las pancartas en la Acrópolis (cuya imagen ha provocado el enfado del portavoz gubernamental que considera que este acto ridiculiza al país y no se justifica de manera alguna); ocupación de las oficinas centrales de la Confederación de Obreros (GSEE) por jóvenes antisistema que acabaron, irónicamente, pegándose con los sindicalistas; ante los juzgados centrales contra las detenciones efectuadas durante los disturbios (menos de 200 por ahora ); y un incendio de un autobús de las fuerzas antidisturbios por la mañana.
Para hoy está prevista la gran manifestación que, a mediodía, paralizará de nuevo la capital durante tres horas y que ha sido convocada por los sindicatos, los estudiantes y partidos de la izquierda.

La opinión pública sigue indignada por la muerte del chico, el trágico detonante de esta crisis. Pero también por la violencia de las manifestaciones, las destrucciones que continúan y los saqueos. El primer ministro Costas Karamanlis tuvo que pedir públicamente disculpas a su grupo parlamentario por no juzgar bien la situación sobre los escándalos que implican supuestamente a miembros del Gobierno. Una decisión que se presenta en clave parlamentaria, pues necesita conseguir que todos sus diputados voten el domingo por la noche a favor de los presupuestos. Después, quizá, decida una reestructuración de su Gobierno.