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Cada vez hay más personas que se sienten física y emocionalmente agotadas con su trabajo. Superar esta situación no es tan difícil: se trata de establecer cuáles son las causas del malestar y actuar positivamente para modificarlas'.
A veces, existen razones objetivas para que el trabajo se haga cuesta arriba. Cuando una empresa no toma en consideración el lado humano de su personal o exige de éste esfuerzos demasiado considerables, es normal que los empleados acaben agobiados y frustrados.
Si vives una situación así, no la cambiarás con sólo superarte a ti misma, sino que tendrás que elaborar una estrategia para modificar la coyuntura.
De la misma manera que una empresa cambia de vez en cuando su mobiliario para modernizarlo o los ascensores para hacerlos más seguros, también los aspectos sociales y psicológicos de un trabajo pueden mejorarse para prevenir el desgaste emocional de los profesionales.
LO QUE NECESITAS
Medios adecuados para hacer el trabajo; un buen ambiente entre los compañeros; sentir que se valora nuestra labor; respeto hacia nuestra vida privada; o que las tareas que nos obliguen a desarrollar no contravengan nuestras creencias.
Todo esto es fundamental para trabajar contento. Si te esfuerzas por conseguirlo, en lugar de limitarte a 'sufrir' lo que no te gusta, te sentirás mejor contigo misma y con tu faceta profesional. Y, en consecuencia, rendirás más.
Si los esfuerzos por cambiar la coyuntura de tu puesto de trabajo no resultan, tampoco te resignes. Cuando esto te suceda, plantéate si ha llegado el momento de cambiar de empleo.
SITUACIONES TIPO
Las personas 'sufren' con el trabajo sulen cegarse con su malestar en lugar de actuar para cambiar las cosas. Te planteamos siete situaciones tipo por las que los trabajadores pueden llegar a sentirse física y emocionalmente agotados.
Reflexiona sobre cómo se resuelven y quizá puedas aplicar alguna de las soluciones a tu realidad laboral.
'No puedo con todo'
Cuando Sara entró a trabajar en un pequeño taller de reparaciones, se hizo cargo de gran cantidad de responsabilidades con eficacia: atender a los clientes, confeccionar los pedidos, llevar la contabilidad, etc.
Pronto se ganó la confianza del jefe. Cuando el negocio creció, Sara empezó a hacer horas extras. Por la sobrecarga de trabajo, comenzó a cometer errores y algunos clientes se quejaron de su mal humor. Cada vez se sentía más desbordada y estaba a punto de sufrir un ataque de nervios.
Qué sucede: el problema es que Sara está intentando afrontar su labor de la misma forma que cuando empezó y ahora le falta tiempo para cumplir con todas sus obligaciones e, incluso, para sí misma.
Qué hacer: en lugar de angustiarse, Sara debería pararse a reflexionar sobre qué necesita para poder sacar adelante su trabajo. Quizá resultase útil informatizar la contabilidad o contratar a un mozo de almacén.
Podría hablar con su jefe sobre la situación y las medidas que ha pensado para superarlas.
'Me siento aislada'.
Al acabar sus estudios, Miriam entró a trabajar en el departamento de administración de una gran empresa.
Dos meses después de incorporarse a la compañía, se dió cuenta de que sus compañeros no le proporcionaban toda la información que necesitaba para poder desempeñar bien su labor y que, muchas veces, la ignoraban.
Se sentía dolida y humillada de que la trataran de esa manera.
Qué sucede: un entorno donde la gente va a la suya hace que las personas nuevas tengan dificultades para integrarse y acaben sintiéndose desplazadas y con temor de haberse equivocado al aceptar el trabajo.
Qué hacer: Miriam no puede esperar a que los demás vengan en su ayuda para hacerse con el control de su trabajo. Debe organizarse y tomar las decisiones por sí misma y, cuando necesite un dato, insistir de forma amable pero firme hasta obtenerlo.
Seguramente cometerá errores, pero de ellos se aprende. Por otro lado, del trato recibido de sus compañeros puede sacar otra lección: la importancia de mostrarse amable y abierta con un recién llegado.
'Me están tomando el pelo'.
Poco después de que Juan entrase a trabajar en el departamento de exportación de una compañía, su jefa se puso enferma y él tuvo que asumir, además de sus tareas, las responsabilidades de ella.
Y lo hizo a consciencia, trabajando más horas de las que debía sin cobrarlas y esforzándose para que el departamento pudiera mantener su ritmo habitual.
Sin embargo, ninguno de los directivos de la empresa parecía darse cuenta de ello. Juan estaba satisfecho de ver que, pese a su corta experiencia, era capaz de asumir tanta responsabilidad. Pero también pensaba que la compañía se aprovechaba de él.
Qué sucede: en muchos trabajos, el sueldo es bajo o nunca se recibe una palabra de elogio a pesar del esfuerzo realizado. Cuando esto sucede, como en el caso de Juan, surgen sentimientos de resentimiento y frustración.
Qué hacer: ante una situación semejante, vale la pena reunir el coraje necesario para exponerla y pedir un incentivo económico. Uno se siente orgulloso de su labor cuando recibe una buena remuneración a cambio y su esfuerzo reconocido.
'Me sentía observada'.
Ana salía con su jefe. Al entrar en la empresa, todos simpatizaron con ella pero cuando, meses después, le contó a uno de sus compañeros quién era su pareja, fue etiquetada de oportunista y cosas peores.
El rumor corrió por toda la oficina y algunos de sus colegas empezaron a evitarla.
Qué sucede: en las empresas suelen formarse camarillas y lo que se confía a alguno de sus integrantes corre como un reguero de pólvora, siendo objeto de distintas modificaciones a cada paso.
Por regla general, compartir las penas con los compañeros quizá consuele pero, cuando las cosas mejoran, puede despertarse la envídia en alguno de ellos.
Qué hacer: dejar siempre los asuntos personales fuera de la oficina es una buena política. Y, por supuesto, nunca debe participarse de las habladurías.
Si Ana tiene el temple suficiente, puede intentar comportándose como siempre, sin hablar del asunto.
TU GRADO DE SATISFACCIÓN
A lo mejor pasas por un mal momento emocional o te sientes demasiado cansada sin darte cuenta de que quizá se deba a que no estas del todo contenta con tu puesto.
Para averiguar si realmente es así, elige la opción que mejor describa tu relación con el trabajo.
El empuje.
a.Me siento agobiada, cansada e incapaz de seguir adelante. b.Me siento llena de energía y muy contenta.
La motivación.
a.Intento hacer lo mínimo.
b. Intento hacer las cosas lo mejor que puedo.
El grado de competencia.
a. Mis esfuerzos en el trabajo rara vez dan resultados.
b. Casi siempre consigo todos mis objetivos.
El tiempo libre.
a. Tengo que sacrificar mi vida privada para poder cumplir con el trabajo.
b. Puedo equilibrar el tiempo que dedico a mi trabajo con mi vida privada.
El desarrollo profesional.
a. Es como si no pudiera progresar en mi carrera.
b. El trabajo me permite aumentar mis conocimientos.
Relación con los compañeros.
a. No me llevo bien con mis colegas.
b. Mis compañeros cuentan conmigo para resolver cualquier cosa relacionada con el trabajo.
La satisfacción personal.
a. Mi trabajo es poco significativo
b. Me siento orgullosa de mi labor.
Resultado
Si obtienes más respuestas 'a', debes reflexionar sobre qué está fallando en relación a tu empleo y cómo puedes solventarlo.
Si, en cambio, has dado más respuestas 'b', siéntete contenta: eres de las que disfruta con el trabajo.
Ahora bien, esfuerzate para que, en la medida de tus posibilidades, la coyuntura profesional y humana del mismo no cambie.
A veces, existen razones objetivas para que el trabajo se haga cuesta arriba. Cuando una empresa no toma en consideración el lado humano de su personal o exige de éste esfuerzos demasiado considerables, es normal que los empleados acaben agobiados y frustrados.
Si vives una situación así, no la cambiarás con sólo superarte a ti misma, sino que tendrás que elaborar una estrategia para modificar la coyuntura.
De la misma manera que una empresa cambia de vez en cuando su mobiliario para modernizarlo o los ascensores para hacerlos más seguros, también los aspectos sociales y psicológicos de un trabajo pueden mejorarse para prevenir el desgaste emocional de los profesionales.
LO QUE NECESITAS
Medios adecuados para hacer el trabajo; un buen ambiente entre los compañeros; sentir que se valora nuestra labor; respeto hacia nuestra vida privada; o que las tareas que nos obliguen a desarrollar no contravengan nuestras creencias.
Todo esto es fundamental para trabajar contento. Si te esfuerzas por conseguirlo, en lugar de limitarte a 'sufrir' lo que no te gusta, te sentirás mejor contigo misma y con tu faceta profesional. Y, en consecuencia, rendirás más.
Si los esfuerzos por cambiar la coyuntura de tu puesto de trabajo no resultan, tampoco te resignes. Cuando esto te suceda, plantéate si ha llegado el momento de cambiar de empleo.
SITUACIONES TIPO
Las personas 'sufren' con el trabajo sulen cegarse con su malestar en lugar de actuar para cambiar las cosas. Te planteamos siete situaciones tipo por las que los trabajadores pueden llegar a sentirse física y emocionalmente agotados.
Reflexiona sobre cómo se resuelven y quizá puedas aplicar alguna de las soluciones a tu realidad laboral.
'No puedo con todo'
Cuando Sara entró a trabajar en un pequeño taller de reparaciones, se hizo cargo de gran cantidad de responsabilidades con eficacia: atender a los clientes, confeccionar los pedidos, llevar la contabilidad, etc.
Pronto se ganó la confianza del jefe. Cuando el negocio creció, Sara empezó a hacer horas extras. Por la sobrecarga de trabajo, comenzó a cometer errores y algunos clientes se quejaron de su mal humor. Cada vez se sentía más desbordada y estaba a punto de sufrir un ataque de nervios.
Qué sucede: el problema es que Sara está intentando afrontar su labor de la misma forma que cuando empezó y ahora le falta tiempo para cumplir con todas sus obligaciones e, incluso, para sí misma.
Qué hacer: en lugar de angustiarse, Sara debería pararse a reflexionar sobre qué necesita para poder sacar adelante su trabajo. Quizá resultase útil informatizar la contabilidad o contratar a un mozo de almacén.
Podría hablar con su jefe sobre la situación y las medidas que ha pensado para superarlas.
'Me siento aislada'.
Al acabar sus estudios, Miriam entró a trabajar en el departamento de administración de una gran empresa.
Dos meses después de incorporarse a la compañía, se dió cuenta de que sus compañeros no le proporcionaban toda la información que necesitaba para poder desempeñar bien su labor y que, muchas veces, la ignoraban.
Se sentía dolida y humillada de que la trataran de esa manera.
Qué sucede: un entorno donde la gente va a la suya hace que las personas nuevas tengan dificultades para integrarse y acaben sintiéndose desplazadas y con temor de haberse equivocado al aceptar el trabajo.
Qué hacer: Miriam no puede esperar a que los demás vengan en su ayuda para hacerse con el control de su trabajo. Debe organizarse y tomar las decisiones por sí misma y, cuando necesite un dato, insistir de forma amable pero firme hasta obtenerlo.
Seguramente cometerá errores, pero de ellos se aprende. Por otro lado, del trato recibido de sus compañeros puede sacar otra lección: la importancia de mostrarse amable y abierta con un recién llegado.
'Me están tomando el pelo'.
Poco después de que Juan entrase a trabajar en el departamento de exportación de una compañía, su jefa se puso enferma y él tuvo que asumir, además de sus tareas, las responsabilidades de ella.
Y lo hizo a consciencia, trabajando más horas de las que debía sin cobrarlas y esforzándose para que el departamento pudiera mantener su ritmo habitual.
Sin embargo, ninguno de los directivos de la empresa parecía darse cuenta de ello. Juan estaba satisfecho de ver que, pese a su corta experiencia, era capaz de asumir tanta responsabilidad. Pero también pensaba que la compañía se aprovechaba de él.
Qué sucede: en muchos trabajos, el sueldo es bajo o nunca se recibe una palabra de elogio a pesar del esfuerzo realizado. Cuando esto sucede, como en el caso de Juan, surgen sentimientos de resentimiento y frustración.
Qué hacer: ante una situación semejante, vale la pena reunir el coraje necesario para exponerla y pedir un incentivo económico. Uno se siente orgulloso de su labor cuando recibe una buena remuneración a cambio y su esfuerzo reconocido.
'Me sentía observada'.
Ana salía con su jefe. Al entrar en la empresa, todos simpatizaron con ella pero cuando, meses después, le contó a uno de sus compañeros quién era su pareja, fue etiquetada de oportunista y cosas peores.
El rumor corrió por toda la oficina y algunos de sus colegas empezaron a evitarla.
Qué sucede: en las empresas suelen formarse camarillas y lo que se confía a alguno de sus integrantes corre como un reguero de pólvora, siendo objeto de distintas modificaciones a cada paso.
Por regla general, compartir las penas con los compañeros quizá consuele pero, cuando las cosas mejoran, puede despertarse la envídia en alguno de ellos.
Qué hacer: dejar siempre los asuntos personales fuera de la oficina es una buena política. Y, por supuesto, nunca debe participarse de las habladurías.
Si Ana tiene el temple suficiente, puede intentar comportándose como siempre, sin hablar del asunto.
TU GRADO DE SATISFACCIÓN
A lo mejor pasas por un mal momento emocional o te sientes demasiado cansada sin darte cuenta de que quizá se deba a que no estas del todo contenta con tu puesto.
Para averiguar si realmente es así, elige la opción que mejor describa tu relación con el trabajo.
El empuje.
a.Me siento agobiada, cansada e incapaz de seguir adelante. b.Me siento llena de energía y muy contenta.
La motivación.
a.Intento hacer lo mínimo.
b. Intento hacer las cosas lo mejor que puedo.
El grado de competencia.
a. Mis esfuerzos en el trabajo rara vez dan resultados.
b. Casi siempre consigo todos mis objetivos.
El tiempo libre.
a. Tengo que sacrificar mi vida privada para poder cumplir con el trabajo.
b. Puedo equilibrar el tiempo que dedico a mi trabajo con mi vida privada.
El desarrollo profesional.
a. Es como si no pudiera progresar en mi carrera.
b. El trabajo me permite aumentar mis conocimientos.
Relación con los compañeros.
a. No me llevo bien con mis colegas.
b. Mis compañeros cuentan conmigo para resolver cualquier cosa relacionada con el trabajo.
La satisfacción personal.
a. Mi trabajo es poco significativo
b. Me siento orgullosa de mi labor.
Resultado
Si obtienes más respuestas 'a', debes reflexionar sobre qué está fallando en relación a tu empleo y cómo puedes solventarlo.
Si, en cambio, has dado más respuestas 'b', siéntete contenta: eres de las que disfruta con el trabajo.
Ahora bien, esfuerzate para que, en la medida de tus posibilidades, la coyuntura profesional y humana del mismo no cambie.
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