Aparcamientos baratos y accesibles, pero con una seguridad mejorable

Aparcamientos baratos y accesibles, pero con una seguridad mejorable
Los estacionamientos públicos y privados de la capital tienen precios medios inferiores a la media española y destacan por su fácil acceso · Sus puntos más negativos son la falta de vigilantes y la mala señalización para los peatones
Más baratos que la media española, con plazas muy accesibles y con buen nivel de mantenimiento, pero con unas condiciones de seguridad mejorables por la falta de vigilantes y la deficiente señalación con la que cuentan los peatones para desplazarse por su interior. Ésta es la descripción de los aparcamientos públicos y privados existentes en Sevilla realizado por la revista Consumer Eroski, a los que concede una nota media de "bien" tras hacer un análisis comparativo de 160 estacionamientos existentes en 18 capitales de provincia, a los que da en su conjunto un aprobado raspado. La ciudad se sitúa a este respecto al nivel de Barcelona, Málaga, Murcia, Valencia y Zaragoza, mientras que en el lado opuesto están Córdoba y La Coruña, con un claro suspenso.

En Sevilla, los técnicos visitaron a lo largo del año pasado como usuarios diez parkings, uno en superficie y los restantes subterráneos, en días laborables (lunes, martes y viernes) y en sábados a diferentes horas (en momentos de poco tráfico y en horas punta) para comprobar su estado de mantenimiento, seguridad, accesibilidad, nivel de información y prestaciones que ofrecen a los clientes.

En cuanto al precio, la diferencia respecto a la media española se situaba en un 15,8% cuando el tiempo de aparcamiento era de una hora (1,6 euros frente a 1,9 euros), porcentaje que se ampliaba hasta un 18% cuando se aparcaba 24 horas.

Desde el 1 de septiembre de 2007, todos los aparcamientos deben cobrar por minuto de estacionamiento y renunciar a los abusivos redondeos al alza, aunque para compensar estas "pérdidas" los precios medios se han incrementado desde 2005 un 33%, prácticamente el doble que el IPC en dicho periodo.

Aunque el estudio no detalla los nombres de los aparcamientos analizados, sí distingue entre los situados en el centro de la ciudad y en la periferia de Sevilla. La confrontación de datos revela que los segundos son más baratos -consecuencia lógica de los precios del mercado inmobiliario- y que mientras aparcar 24 horas en el casco histórico costaba una media de 16,86 euros, hacerlo en el extrarradio suponía un desembolso de 14,70 euros, una diferencia del 12,9%. Éstas se acrecentaban porcentualmente cuando los tiempos de estacionamiento se reducían, puesto que 5 minutos costaban 0,15 y 0,08 euros, respectivamente -46,3%- y una hora 1,76 y 0,96 euros -55,5%-.

Las calificaciones obtenidas por los estacionamientos por su grado de accesibilidad y mantenimiento son las más altas de todas las variables puesto que reciben un "muy bien" debido tanto a la situación de las instalaciones (marcas viales, señales, funcionamiento de las máquinas de pago, suelos, aseos...) como a la maniobrabilidad. Además, las plazas reservadas a personas discapacitadas se situaban cerca de los accesos peatonales y/o ascensores.

El aspecto valorado de forma más negativa en el análisis es la seguridad, con un "regular" que se sitúa por debajo de la media nacional, con un "aceptable". Varios son los factores que han pesado a este respecto: la falta de vigilantes en los aparcamientos, la inexistencia de un sistema de control de matrículas en las entradas de la mitad de los estacionamientos y la ausencia tanto de carriles específicos para el paso de los peatones (sacrificados para lograr mayor número de plazas) como de sistemas antiincendios, tales como detectores de humo y bocas de incendio.

Algo más positiva es la valoración de los servicios y la información que ofrecen los aparcamientos sevillanos, valoradas ambas con un "aceptable" frente a la media de "mal" y "aceptable", respectivamente. Aunque casi todos los estacionamientos visitados funcionaban las 24 horas del día, "uno de ellos ni siquiera lo indicaba pese a que es obligatorio", indica el informe, y en siete de los diez no se vieron plazas para motocicletas. En uno de ellos no se contaba con máquinas de pago y en cinco de los que las tenían no se podía pagar con tarjeta de crédito.