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Familiares insultan y persiguen a un acusado de abusos a niños
Las víctimas esperaron al hombre y a su novia a las puertas del edificio judicial y los increparon, aunque la actuación de los guardias evitó males mayores
JOSÉ ANTONIO SAU. MÁLAGA El buen hacer de los vigilantes de seguridad de la Ciudad de la Justicia quedó ayer patente una vez más. La Sección Primera acogió uno de los juicios más duros del año, en el que el procesado estaba acusado de haber abusado sexualmente de cuatro menores de edad y de una mujer de 24 años afectada por un síndrome de down en su casa de Fuengirola. A la salida, el hombre, que está en libertad provisional por estos hechos, iba a abandonar el edificio tranquilamente en compañía de su novia, cuando alrededor de treinta familiares de las víctimas comenzaron a increparle y perseguirle, sin llegar en ningún momento a agredirle.
El procesado se metió en el edificio en compañía de su pareja y de su abogado defensor, mientras que dos de los guardias de seguridad del edificio intentaban calmar los ánimos de los treinta familiares congregados.
Fue un día duro, porque en la sesión declararon los niños, que cuando ocurrieron los presuntos abusos sexuales no contaban más de 13 años. Según fuentes consultadas, éstos se ratificaron en sus anteriores declaraciones y afirmaron que el acusado les ofrecía caramelos para ganarse su confianza.
Una vez que los guardias consiguieron calmar sus ánimos, la novia salió, pasadas las 14.00 horas, acompañada de un amigo del edificio, mientras que varios de los familiares la increparon duramente y la siguieron hasta que ésta entró en el coche. Su pareja hubo de esperar varios minutos más para abandonar el edificio.
Los ánimos estaban ya caldeados desde el inicio de la sesión. Una de las madres afectadas afirmó: "Estamos indignados, ha abusado de cinco niños, ha estado muy poco en prisión preventiva y ya está fuera. Lo que queremos es que no vuelva a salir".
Los hechos. La Fiscalía solicita para él 39 años de prisión por tres delitos de abusos sexuales continuados con acceso por vía oral y anal; tres ilícitos de exhibicionismo continuado, uno de exhibicionismo y cinco de amenazas, tal y como adelantó La Opinión de Málaga el pasado 13 de marzo.
"El procesado, llevado en todos los casos por un ánimo libidinoso y aprovechando idénticas situaciones, realizó sobre cuatro menores de 13 años y sobre una persona que padece síndrome de down diversos abusos", aclara el fiscal.
En todos los casos, el procesado se ganó la confianza de las víctimas dándoles propinas de escasa entidad o chucherías, accediendo los menores siempre en contra de su voluntad. "El supuesto autor conminó a los perjudicados a que no contasen nada de lo ocurrido, diciéndoles que les matarían si decían algo", apunta el fiscal.
Entre las presuntas prácticas que este hombre realizó sobre o con los menores hay felaciones, accesos por vía anal, tocamientos y masturbaciones. Éste es uno de los casos que constan en la acusación: "A lo largo del mes de abril de 2003, al menos en cinco ocasiones, el acusado realizó tocamientos en las zonas genitales del menor, así como una felación al mismo", apunta la Fiscalía en su escrito de conclusiones provisionales.
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Las víctimas esperaron al hombre y a su novia a las puertas del edificio judicial y los increparon, aunque la actuación de los guardias evitó males mayores
JOSÉ ANTONIO SAU. MÁLAGA El buen hacer de los vigilantes de seguridad de la Ciudad de la Justicia quedó ayer patente una vez más. La Sección Primera acogió uno de los juicios más duros del año, en el que el procesado estaba acusado de haber abusado sexualmente de cuatro menores de edad y de una mujer de 24 años afectada por un síndrome de down en su casa de Fuengirola. A la salida, el hombre, que está en libertad provisional por estos hechos, iba a abandonar el edificio tranquilamente en compañía de su novia, cuando alrededor de treinta familiares de las víctimas comenzaron a increparle y perseguirle, sin llegar en ningún momento a agredirle.
El procesado se metió en el edificio en compañía de su pareja y de su abogado defensor, mientras que dos de los guardias de seguridad del edificio intentaban calmar los ánimos de los treinta familiares congregados.
Fue un día duro, porque en la sesión declararon los niños, que cuando ocurrieron los presuntos abusos sexuales no contaban más de 13 años. Según fuentes consultadas, éstos se ratificaron en sus anteriores declaraciones y afirmaron que el acusado les ofrecía caramelos para ganarse su confianza.
Una vez que los guardias consiguieron calmar sus ánimos, la novia salió, pasadas las 14.00 horas, acompañada de un amigo del edificio, mientras que varios de los familiares la increparon duramente y la siguieron hasta que ésta entró en el coche. Su pareja hubo de esperar varios minutos más para abandonar el edificio.
Los ánimos estaban ya caldeados desde el inicio de la sesión. Una de las madres afectadas afirmó: "Estamos indignados, ha abusado de cinco niños, ha estado muy poco en prisión preventiva y ya está fuera. Lo que queremos es que no vuelva a salir".
Los hechos. La Fiscalía solicita para él 39 años de prisión por tres delitos de abusos sexuales continuados con acceso por vía oral y anal; tres ilícitos de exhibicionismo continuado, uno de exhibicionismo y cinco de amenazas, tal y como adelantó La Opinión de Málaga el pasado 13 de marzo.
"El procesado, llevado en todos los casos por un ánimo libidinoso y aprovechando idénticas situaciones, realizó sobre cuatro menores de 13 años y sobre una persona que padece síndrome de down diversos abusos", aclara el fiscal.
En todos los casos, el procesado se ganó la confianza de las víctimas dándoles propinas de escasa entidad o chucherías, accediendo los menores siempre en contra de su voluntad. "El supuesto autor conminó a los perjudicados a que no contasen nada de lo ocurrido, diciéndoles que les matarían si decían algo", apunta el fiscal.
Entre las presuntas prácticas que este hombre realizó sobre o con los menores hay felaciones, accesos por vía anal, tocamientos y masturbaciones. Éste es uno de los casos que constan en la acusación: "A lo largo del mes de abril de 2003, al menos en cinco ocasiones, el acusado realizó tocamientos en las zonas genitales del menor, así como una felación al mismo", apunta la Fiscalía en su escrito de conclusiones provisionales.
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