Alemania esquiva el paro

Alemania esquiva el paro

El desempleo aumenta en España en un año 20 veces más que en la principal economía europea. Más de 1,5 millones de trabajadores germanos reducen un tercio su jornada para eludir despidos

18-05-2009 - Alemania está sumida en una recesión profunda desde la primavera del año pasado. En el cuarto trimestre del 2008, el producto interior bruto (PIB) se hundió en Alemania el 1,6%, más del doble que en España (el 0,7%), según los últimos datos oficiales. En el primer trimestre de este año cayó el 6,7% en términos interanuales, frente al 2,9% en España.
Sin embargo, las cifras de desempleo, que son las que dan la verdadera dimensión social de una crisis, son 20 veces peores en España. Con datos del primer trimestre del año, ha aumentado en más de 1,8 millones de personas en un año, 20 veces más que en Alemania, donde solo ha crecido en 89.000 en igual periodo. En un año, España ha destruido 1,3 millones de empleos y Alemania no solo no los ha destruido, sino que ha creado 47.000 nuevos puestos.

EL MODELO GERMANO
Subvenciones públicas para reducir horas

Tanto la Comisión Europea como el Banco de España subrayan que una de las razones de este milagro alemán tiene que ver con la existencia de subvenciones públicas para fomentar la reducción de horas trabajadas frente al despido. "Hay empresas donde los empleados trabajan un par de horas al día. Pero no se van al paro", explica en Fráncfort un economista alemán. Ahora bien, todo el mundo sabe que el aluvión del desempleo también llegará a Alemania. Los pronósticos apuntan que se alcanzarán los 4 millones de parados antes de fin de año y en el 2010, el récord de 5 millones.
El sistema alemán de reducción de jornada con apoyo del Estado, el Kurzarbeit, ha hecho posible que los empleados a tiempo parcial fueran 1,5 millones a finales de abril, con una reducción media de jornada de un tercio, equivalente a 450.000 empleos a tiempo completo, según la Agencia Nacional de Empleo. Dicho de otro modo, este fenómeno ha evitado que 450.000 personas perdieran su empleo y ha permitido que otro millón siguieran trabajando a tiempo completo. Para ello, ha sido crucial la ayuda pública.
El Estado alemán lleva gastados hasta marzo 208 millones en apoyos a la reducción de jornada, y algunas previsiones apuntan que se llegará a 2.100 millones a final de año.
Más recientemente, Bélgica, Francia, Austria y Holanda han ampliado programas similares para evitar la destrucción de empleos. La cumbre de la UE sobre empleo celebrada en Praga el 7 de mayo planteó a los estados como primera línea de acción, "mantener a tantas personas como sea posible en situación de empleo, mediante el ajuste temporal de las horas de trabajo, en combinación con la formación de reciclaje con apoyo de fondos públicos".
En España, sin embargo, ha primado la destrucción de empleo. Apenas si se ha hecho uso del reparto de la jornada, que solo resulta habitual en el sector del automóvil, modelo de flexibilidad en la negociación colectiva española. "Antes de llegar al ERE se buscan todas las combinaciones posibles a partir de la bolsa de horas de los trabajadores", un concepto que permite jugar con las vacaciones y los fines de semana para concentrar el trabajo cuando hay más necesidad de producción, y al revés, explica Rogelio Luis Mena, responsable del sector del automóvil de UGT.

LA FÓRMULA ESPAÑOLA
Los ERE se usan solo como vía para despedir

Los ERE (que sirven para canalizar el apoyo público al ajuste de horas de trabajo) apenas incluyen 7.332 personas con reducción de jornada en los 12 últimos meses, según los últimos datos oficiales, de febrero. Además, en un año, hay 259.414 trabajadores afectados por suspensión de contrato dentro de ERE. De alguna forma, la suspensión de contrato se parece a una reducción de jornada laboral, entendida en cómputo anual, dice el Ministerio de Trabajo.
En marzo, el Gobierno español aprobó medidas de apoyo a los trabajadores y empresarios para incentivar el reparto de la jornada y la suspensión temporal de contratos como alternativa al despido. Según fuentes de Trabajo, datos internos de abril y mayo aportan indicios de un mayor uso de estas alternativas, frente a la extinción del contrato (en un año se han despedido a 45.847 trabajadores dentro de los ERE). Algunas comunidades, como Galicia y Castilla y León también incentivan la reducción de horas trabajadas frente al despido.
"La reducción de jornada se está usando incluso mucho menos que entre 1991 y 1993", constata el director ejecutivo de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea), Pablo Vázquez. Una de las causas --explica-- es la fuerte temporalidad del empleo, que hace del despido la vía más barata en España para ajustar la producción. De los 1,3 millones de empleos destruidos en un año, dos tercios son temporales y un tercio, autónomos.
"Otra explicación es que países como Alemania ya han producido la reasignación de recursos humanos en épocas de crecimiento", en otras, palabras, carecen de plantillas sobredimensionadas. Así, "la disminución temporal de la demanda, durante la crisis, se puede encajar con ajuste de horas o reparto de trabajo y subvenciones o desempleo parcial para compensar la pérdida salarial, hasta que vuelva a repuntar la economía", resume.
"Reducir la jornada, como alternativa al paro, es crucial para la economía; si la gente no se va a la calle, no pierde el contacto con la empresa, y la incertidumbre es menor. Eso se traduce inevitablemente en un mayor nivel de consumo y de crecimiento económico", explica Javier Andrés, catedrático de Análisis Económico de la Universidad de Valencia.

EL CONTEXTO
El modelo productivo condiciona los ajustes

Pero hay razones ligadas al modelo productivo que explican el escaso éxito de esta fórmula en España. "La reducción de jornada o la suspensión temporal de los contratos tiene sentido en empresas viables, que atraviesan momentos de dificultades", no así cuando hay un problema mayor, dice Andrés. "No tiene sentido que una inmobiliaria reduzca la jornada de sus trabajadores, porque sabe que ya no va a vender las mismas casas que en el pasado", cita como ejemplo.
Para el asesor jurídico de la patronal de empresas de trabajo temporal AGETT, Manuel Indiano, la reducción o suspensión de jornada es la mejor opción para una empresa que confía en recuperar su nivel de actividad ya que "el coste de despedir ahora y de volver a formar después a un trabajador es muy alto".
Indiano entiende que cada sector puede tener unos intereses. "Para algunas empresas puede ser más rentable cerrar una planta dos meses; para otras puede ser preferible que las máquinas no paren de trabajar, aunque lo hagan a un menor ritmo", dice. Según el asesor de AGETT, las nuevas medidas del Gobierno de apoyo a la reducción de jornada "están siendo bien acogidas" por las empresas.

ROSA MARÍA SÁNCHEZ / PAOLA ÁLVAREZ
El Periodico

¿Qué pasó con el querer aumentar la jornada semanal en europa?

Aquí pasamos de un extremo a otro con una facilidad asombrosa.

¿Qué pasa con la propuesta de trabajar más años antes de jubilarte?

Un saludo.