Seguridad y dictadura

TENDENCIAS
Seguridad y dictadura
23.05.09 - JAVIER ELZO | diariovasco

Hay una aceptación del aumento del control de las personas en detrimento de su libertad

¿Vamos hacia un modelo tecnológico de la dictadura?

Hace pocas fechas me detuve ante una de las, creo que ocho, vitrinas de una de mis librerías preferidas en París. Estaba consagrada al tema de la libertad y seguridad en nuestro tiempo. Llegué a contar 34 títulos recientes, más allá de los históricos y proféticos Un mundo feliz, de Huxley, y 1984, de Orwell, entre otros. Traslado aquí de mi cuaderno de notas algunos títulos, traducidos al castellano. El fin del Estado de Derecho: la lucha antiterrorista, del estado de excepción a la dictadura de Jean Claude Paye; La gran vigilancia: cámaras, ADN, móviles, Internet. de Claude Marie Vadrot; El riesgo antiterrorista de Anne Giudicelli; La globalización de la vigilancia de Armand Mattelart; Francia tiene miedo de Michela Marzano.

Entré en la librería, ojeé con detenimiento una veintena de libros (no encontré referencia alguna, en los titulares de los índices, a nuestro terrorismo doméstico que, a todas luces, es ajeno a la literatura francesa) y me llevé, tras vacilaciones, solamente cuatro.

Aquí voy a referirme a un Informe de la Liga de los Derechos Humanos, organismo francés que se define como laico, generalista e independiente, creado, con motivo del asunto Dreyfus, el año 1898. En su informe de 2009, titulado Una sociedad de vigilancia presenta cual es la situación de los derechos humanos en Francia. Les traslado dos de sus conclusiones que, sin duda alguna, son aplicables a nuestra sociedad.

«De manera general las libertades individuales y colectivas son tributarias de una apuesta por la seguridad cada vez más coercitiva. Del gobierno sueco, que decide poner toda la NET bajo escucha generalizada, a la video vigilancia generalizada en Gran Bretaña, o a los desmesurados poderes reconocidos a los policías franceses, Europa - y el resto del mundo no es una excepción- está trastocando sus principios y sus valores». (Página 100).

Añaden que «debemos tomar conciencia que no nos encontramos solamente ante un retroceso de las libertades individuales y colectivas. Vivimos una inversión de valores. Hay un cambio en el concepto de seguridad republicana: mientras que los hombres de 1789 (la Revolución Francesa) la definían por la capacidad y los derechos de los ciudadanos a resistir al poder del Estado, la concepción actual, que la substituye poco a poco, es totalmente la inversa pues es la seguridad del Estado lo que se convierte en el patrón de nuestras libertades».

Cierto, pero más grave aún es que, ante esta realidad, no solamente no hay reacción social sino que, incluso, en amplias capas sociales hay una aceptación de este aumento desmesurado del control de las personas en detrimento y degradación de su libertad.

En nombre de la seguridad, arguyen. Pero no se olvide que las dictaduras, con sus policías y prohibiciones; son, para las mayorías silenciosas, los países más seguros. Piensen en la URSS, en el franquismo, en el régimen nazi, el de Sadam Hussein. Y hoy en Cuba. ¿Vamos hacia un modelo tecnológico de dictadura?