Afirma que lo amenazó con la escopeta para que no los delatara por robar un coche y que apretó el gatillo al pensar que iba a atropellar a su amigo
CARLOS GARCÍA - PONTEVEDRA "Me arrepiento de hacerlo". Así, con un tono de voz tan bajo que la magistrada tuvo que llamarle varias veces la atención para que la alzase, Manuel Dos Anjos Machado, de 21 años, reconocía ser el autor de los dos disparos que acabaron con la vida del vigués Xosé Álvarez Nión sobre las 13.00 horas del 15 de agosto de 2007 cuando este joven, de 22 años de edad, realizaba labores como vigilante de seguridad en el polígono de "O Rebullón", en Mos.
Un jurado popular lo juzga desde ayer en la Audiencia de Pontevedra junto a otro joven, Roi Caride Ballesteros, también de 21 años. Los dos tenían sólo 19 cuando se produjeron los hechos. El fiscal los acusa a ambos de un delito de asesinato y otro de robo con violencia por los que reclama una pena de 21 años y seis meses de prisión para cada uno. La acusación particular eleva su petición de condena a 25 años.
Ayer, Manuel Dos Anjos asumió ser el autor de los hechos pero no se mostró conforme con todo lo expresado en su escrito por el Ministerio Fiscal. Niega que fueran al polígono industrial con ánimo de "pegar un golpe", tal y como reconocieron en sus primeras declaraciones judiciales. Dice que sólo querían "fumar unos porros". Tampoco, dice, querían robar al vigilante jurado. Aseguró que su idea era "cogerle el móvil y decirle que no nos delatara" ya que circulaban en un coche que habían robado hacía unos días y vieron como el vigilante tomaba unas notas de la matrícula antes de regresar a su vehículo. Reconoció que él cogió la carabina del calibre 22 que unos días antes había robado a su tío, se dirigió hacia el coche en el que se encontraba Xosé Álvarez y le pidió que "me diera las llaves y el móvil". Explicó que el otro procesado había bajado del coche con él y que Roi se puso delante del vehículo de la víctima mientras él exigía al guardia de seguridad que le obedeciese escopeta en mano. "Entonces encendió el coche y noté que quería acelerar, vi la vida de mi compañero en peligro y disparé el primer tiro".
Manuel, quien reconoció que es "amigo de Roi desde niño", asegura que su compañero no le animó tras este primer disparo a que "acabara" con la víctima y lo rematase, tal y como declaró en una primera ocasión en el juzgado. Afirma que fue él quien, al comprobar que Xosé Álvarez estaba todavía con vida –vio "como echaba burbujas de sangre por la boca" e intentaba decir algo–, acercó el cañón de la escopeta al cuello y disparó a bocajarro.
Roi Caride, por su parte, ratificó que fue Manuel quien se bajó del coche con la escopeta y realizó los disparos. "Yo sólo iba a ver qué era lo que –Manuel– hacía, no contaba con que fuera a hacer eso", dijo ayer en el juicio. Aseguró que no pretendían ni atracar ni matar al joven. El fiscal le preguntó entonces cuál era la razón por la cual él se colocó delante del coche de la víctima impidiendo así su huida, pero no supo contestar. Añadió que Manuel le pidió "al chavalito" las llaves y el teléfono, para que no los delatase, pero que la víctima encendió el coche e intentó arrancar, por lo que tuvo que saltar sobre el capó. Entonces fue cuando su amigo disparó y él le preguntó "¿qué has hecho?". Luego, ambos hicieron diversas llamadas con el móvil de la víctima, recogieron a tres amigos y se fueron de fiesta a Mondariz, más tarde a una playa fluvial de Fornelos de Montes y por la noche a la fiesta de San Roque a Vigo. El fiscal preguntó a Roi por qué razón no denunció entonces ante la Guardia Civil lo que había hecho su compañero en lugar de ir de fiesta y éste se limitó a contestar que "tenía miedo de que me culpasen a mí".
Lo cierto es que ambos reconocieron a sus tres amigos durante esa tarde de juerga que habían matado "a un segurata", al menos según el testimonio de estos tres jóvenes que declararon como testigos. Eso a pesar de la mala memoria que ayer tenían y que les impedía acordarse de lo sucedido aquel día en el que al parecer no faltaron las drogas. Sólo lo hicieron cuando se les recordaron sus declaraciones en sede judicial. Esa noche Manuel fue detenido cuando intentaba forzar una máquina de una gasolinera en el Alcampo de Vigo. Roi fue arrestado un poco más tarde acusado de robo. La abogada de la acusación particular le preguntó por qué razón entonces, tampoco contó a la Guardia Civil nada de lo sucedido.
CARLOS GARCÍA - PONTEVEDRA "Me arrepiento de hacerlo". Así, con un tono de voz tan bajo que la magistrada tuvo que llamarle varias veces la atención para que la alzase, Manuel Dos Anjos Machado, de 21 años, reconocía ser el autor de los dos disparos que acabaron con la vida del vigués Xosé Álvarez Nión sobre las 13.00 horas del 15 de agosto de 2007 cuando este joven, de 22 años de edad, realizaba labores como vigilante de seguridad en el polígono de "O Rebullón", en Mos.
Un jurado popular lo juzga desde ayer en la Audiencia de Pontevedra junto a otro joven, Roi Caride Ballesteros, también de 21 años. Los dos tenían sólo 19 cuando se produjeron los hechos. El fiscal los acusa a ambos de un delito de asesinato y otro de robo con violencia por los que reclama una pena de 21 años y seis meses de prisión para cada uno. La acusación particular eleva su petición de condena a 25 años.
Ayer, Manuel Dos Anjos asumió ser el autor de los hechos pero no se mostró conforme con todo lo expresado en su escrito por el Ministerio Fiscal. Niega que fueran al polígono industrial con ánimo de "pegar un golpe", tal y como reconocieron en sus primeras declaraciones judiciales. Dice que sólo querían "fumar unos porros". Tampoco, dice, querían robar al vigilante jurado. Aseguró que su idea era "cogerle el móvil y decirle que no nos delatara" ya que circulaban en un coche que habían robado hacía unos días y vieron como el vigilante tomaba unas notas de la matrícula antes de regresar a su vehículo. Reconoció que él cogió la carabina del calibre 22 que unos días antes había robado a su tío, se dirigió hacia el coche en el que se encontraba Xosé Álvarez y le pidió que "me diera las llaves y el móvil". Explicó que el otro procesado había bajado del coche con él y que Roi se puso delante del vehículo de la víctima mientras él exigía al guardia de seguridad que le obedeciese escopeta en mano. "Entonces encendió el coche y noté que quería acelerar, vi la vida de mi compañero en peligro y disparé el primer tiro".
Manuel, quien reconoció que es "amigo de Roi desde niño", asegura que su compañero no le animó tras este primer disparo a que "acabara" con la víctima y lo rematase, tal y como declaró en una primera ocasión en el juzgado. Afirma que fue él quien, al comprobar que Xosé Álvarez estaba todavía con vida –vio "como echaba burbujas de sangre por la boca" e intentaba decir algo–, acercó el cañón de la escopeta al cuello y disparó a bocajarro.
Roi Caride, por su parte, ratificó que fue Manuel quien se bajó del coche con la escopeta y realizó los disparos. "Yo sólo iba a ver qué era lo que –Manuel– hacía, no contaba con que fuera a hacer eso", dijo ayer en el juicio. Aseguró que no pretendían ni atracar ni matar al joven. El fiscal le preguntó entonces cuál era la razón por la cual él se colocó delante del coche de la víctima impidiendo así su huida, pero no supo contestar. Añadió que Manuel le pidió "al chavalito" las llaves y el teléfono, para que no los delatase, pero que la víctima encendió el coche e intentó arrancar, por lo que tuvo que saltar sobre el capó. Entonces fue cuando su amigo disparó y él le preguntó "¿qué has hecho?". Luego, ambos hicieron diversas llamadas con el móvil de la víctima, recogieron a tres amigos y se fueron de fiesta a Mondariz, más tarde a una playa fluvial de Fornelos de Montes y por la noche a la fiesta de San Roque a Vigo. El fiscal preguntó a Roi por qué razón no denunció entonces ante la Guardia Civil lo que había hecho su compañero en lugar de ir de fiesta y éste se limitó a contestar que "tenía miedo de que me culpasen a mí".
Lo cierto es que ambos reconocieron a sus tres amigos durante esa tarde de juerga que habían matado "a un segurata", al menos según el testimonio de estos tres jóvenes que declararon como testigos. Eso a pesar de la mala memoria que ayer tenían y que les impedía acordarse de lo sucedido aquel día en el que al parecer no faltaron las drogas. Sólo lo hicieron cuando se les recordaron sus declaraciones en sede judicial. Esa noche Manuel fue detenido cuando intentaba forzar una máquina de una gasolinera en el Alcampo de Vigo. Roi fue arrestado un poco más tarde acusado de robo. La abogada de la acusación particular le preguntó por qué razón entonces, tampoco contó a la Guardia Civil nada de lo sucedido.
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