Ahmadineyad defiende la legitimidad de su victoria ante la ira de la oposición

Ahmadineyad defiende la legitimidad de su victoria ante la ira de la oposición


Miles de partidarios de Mousavi se echan a las calles en Teherán
Musavi dice que los resultados 'consolidarán la tiranía en Irán'
EEUU dice que espera que los resultados reflejen 'la voluntad del pueblo'
El Consejo de Guardianes respalda la victoria del presidente

El presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, ha comparecido en televisión para defender la legitimidad de las elecciones del viernes, que, dijo, se desarrollaron de forma "justa y libre" y rechazar las denuncias de irregularidades hechas por su rival en la contienda.

"La gente votó por mis políticas", dijo el presidente conservador en un discurso televisado un día después de los disputados comicios.

Sus declaraciones pretenden contrarrestar la ira suscitada por el inesperado triunfo electoral del líder iraní entre los seguidores del candidato reformista Mir Husein Musavi, que han salido a las calles en Teherán para protestar por lo que consideran un fraude.

Musavi ha protestado "enérgicamente" contra las "numerosas violaciones" del proceso electoral que, a su juicio, se han producido en las elecciones y ha manifestado que no se rendirá ante lo que él considera una 'peligrosa farsa'. Asimismo, el principal opositor ha advertido de que el resultado del comportamiento de algunos funcionarios "comprometerá los pilares de la República Islámica" y contribuirá a "consolidar la tiranía en Irán".

Por ello, Musavi ha pedido al Consejo de Guardianes que revise los "errores" que se han producido en las elecciones presidenciales celebradas el viernes y anule los resultados.

Otra facción que se rebela ante la posibilidad de un segundo mandato del actual presidente es la del ex presidente Mohamed Jatamí, quien renunció a la carrera presidencial para apoyar a Musavi. La Asociación de Clérigos Combatientes, que Jatamí contribuyó a fundar, también se ha sumado a la indignación popular al expresar su preocupación por "la manipulación masiva de votos" que, a su juicio, tuvo lugar en el recuento.

Este organismo "concluye que la anulación de las elecciones y la repetición de la votación en un clima más sereno constituye la manera adecuada de recuperar la confianza del pueblo y la reconciliación nacional", según afirma en un comunicado.

Todas estas acusaciones chocaron con las declaraciones del líder supremo de la República islámica, el ayatolá Ali Jamenei, que respaldó la victoria de Ahmadineyad e instó a los demás candidatos a aceptar los resultados. En un mensaje transmitido por televisión, Jameneí dijo que Ahmadineyad había conseguido 24 millones de votos y que los resultados demuestran al apoyo del pueblo al régimen.

Cautela de EEUU
En el ámbito interncional, Estados Unidos, que no ha dado un respaldo explícito a la victoria del presidente iraní, sí ha dado muestras de escepticismo al afirmar que la Casa Blanca sigue de cerca las acusaciones de fraude y que espera que los resultados "reflejen la voluntad del pueblo".

Igualmente, la oposición en el exilio, representada en el Consejo Nacional de la Resistencia Iraní (CNRI), ha pedido, a través de su portavoz, Maryam Rajavi, a la Unión Europea y a EEUU que declaren "nulas" las elecciones, que califica de "farsa".

Asimismo, la Unión Europea ha manifestado, mediante un comunicado de la presidencia checa, su preocupación por "las presuntas irregularidades habidas en el proceso electoral y por la violencia que siguió a las publicación de los resultados oficiales".

La UE, añade la nota, "espera que el resultado suponga una ocasión para restablecer el diálogo sobre la cuestión nuclear y clarificar la postura de Irán al respecto".

"La presidencia", agrega, "espera que el nuevo gobierno de la República Islámica de Irán asuma sus responsabilidades frente a la comunidad internacional y respete sus obligaciones".

Batalla campal en Teherán
Pero el verdadero escenario de conflicto tras los comicios no son las cancillerías sino las calles de la capital, donde varios miles de partidarios de Musavi se han manifestado con eslóganes contrarios al Gobierno y se han enfrentado a la policía. También se han registrado algunos incidentes con partidarios de Ahmadineyad.

Algunos seguidores de Musavi, muchos de ellos con máscaras para protegerse del gas y con prendas de color verde —que simboliza la frustrada 'revolución verde' del candidato reformita moderado— entablaron una batalla campal contra agentes de la policía, entre los que se encontraba un contingente antidisturbios, y se enfrentaron lanzando piedras y quemando motos de la policía.

Escrutada la práctica totalidad de los votos, el Ministerio de Interior concedió la victoria al presidente del país, Mahmud Ahmadineyad, con un 62,63% de los votos, el doble de los logrados por el candidato moderado Mir Husein Musavi, que se quedó en el 33,75%.

El Consejo de Guardianes, máxima autoridad electoral, anunció que el 82% de los 46,2 millones de electores iraníes participó en los comicios, una cifra sin precedentes.