[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]60 agentes de seguridad aspiran a estar entre los 52 elegidos que partirán mañana al Índico
El curso conlleva una evaluación y deben ser declarados aptos por la Escuela de la Armada
DV. Los agentes de seguridad privada que protegerán a los atuneros vascos de bandera española -los de bandera de Seychelles ya llevan soldados de fortuna desde hace un mes- llegarán finalmente el sábado al archipiélago del Índico, y no hoy como se esperaba en un principio, al retrasarse los preparativos.
El personal seleccionado está realizando un curso para entrenarse en su nueva tarea, aunque sólo es una formación acelerada de tres días y medio. Según confirmaron fuentes del Ministerio de Defensa, que da apoyo logístico en la operación tras el acuerdo firmado con los armadores, se trata de un cursillo teórico y práctico con«clases de ubicación, de detección de movimientos en el mar, teoría de buques, uso de armamento» y centrado en los rasgos específicos de la misión.
Defensa considera que tres días y medio son suficientes. La empresa que gestiona el servicio, el Grupo Segur, se negó a dar cualquier información, salvo confirmar que, efectivamente, es la compañía contratada. Los inscritos, todos españoles, son ex militares, algunos de fuerzas especiales, y por eso se cuenta con que ya tienen un bagaje a sus espaldas. No obstante, también hay personas que proceden de la seguridad privada. Por otro lado, un aspecto que inquieta a las tripulaciones de los atuneros es la posible falta de experiencia en el mar y de la vida en un barco durante un mes. En cualquier caso prima la urgencia y las prisas de los atuneros, pues después de cuatro meses de discusiones sobre cómo protegerlos, al negarse el Gobierno a enviar militares a bordo como hizo Francia en julio, se ha perdido media temporada y sólo queda un mes para arreglarla.
El cursillo tiene lugar en la base de Infantería de Cartagena. Comenzó el martes y termina mañana a las dos de la tarde. Después el grupo partirá rumbo a Seychelles el mismo viernes desde la base de San Javier, en Murcia. El vuelo es largo, de unas siete u ocho horas, y en Victoria les esperan para primera hora del sábado, teniendo en cuenta que hay tres horas más de diferencia horaria. Llegarán en un avión militar con todo el armamento, aportado por Defensa.
Estos días ha habido cierto lío con los números. Los agentes requeridos, como adelantó este periódico, son 52, cuatro por barco para trece naves, y no 71, como se ha dicho. Ése es en realidad el número de personas que se inscribieron al curso, pero al final sólo lo han realizado 60. Sin embargo, matizaron fuentes oficiales, el curso no es meramente formativo, sino que conlleva una evaluación. Al final deben ser declarados aptos para la misión por la Escuela de la Armada. Se supone, y se espera, que habrá al menos 52 aptos, pues son los que reclaman los atuneros. De hecho, así lo anunciaron ayer las dos principales asociaciones del sector, Anabac y Opagac, tras una última reunión con la ministra de Defensa, Carme Chacón. Con todo, esta es una primera tanda de agentes, porque deben establecerse relevos y el número total de barcos a proteger es mayor, un total de 16 (trece barcos más tres auxiliares). Es decir, la formación continuará y el contingente total deberá ser más amplio, pero ahora urgía enviar el primer turno.
Los soldados privados, detallaron las empresas pesqueras, protegerán los atuneros con armas de calibre igual o superior a 12,7 milímetros, y de 5,45 por 39,5; de 5,56 por 45; de 7,62 por 39 y de 7,62 por 51 NATO.
Fusiles y ametralladoras
Para los no entendidos, quiere decir que llevarán fusiles automáticos y hasta potentes ametralladoras pesadas. El armamento ha sido uno de las principales obstáculos para llegar a un acuerdo entre Gobierno y armadores, porque en un principio el Ejecutivo lo limitaba a un rifle, algo claramente insuficiente contra piratas que atacan con kalashnikov y lanzacohetes. Al final ha cedido a permitir y facilitar armamento pesado.
Según la experiencia de los ocho barcos vascos pero con bandera de Seychelles, que han podido contratar antes seguridad privada extranjera por no estar sujetos a la ley española, los vigilantes se apostan con sacos de arena en los puntos altos del buque. Los acuerdos prevén sólo un uso defensivo y disuasorio de las armas, y los agentes no tienen autoridad para practicar detenciones. Hasta ahora, todos los ataques a los atuneros armados han sido repelidos con unas ráfagas. Los piratas abandonan y no plantan batalla.
La flota española de Seychelles no ve la hora de salir a faenar, pues quieren aprovechar el último mes bueno de la temporada, hasta mediados de diciembre, y los atuneros se han ido congregando en el puerto a la espera de los vigilantes. Entre un retraso y otro, algunos llevan más de dos semanas parados.
El nerviosismo aumenta porque las tripulaciones cobran por tonelada de capturas y no se comprende que hayan pasado cuatro meses para organizar la seguridad privada. Entretanto, ha mermado la actividad de la flota española, pues los mejores caladeros están en la zona más próxima a Somalia, la más peligrosa, y los barcos franceses, que van protegidos por sus soldados, se han llevado toda la pesca.
El curso conlleva una evaluación y deben ser declarados aptos por la Escuela de la Armada
DV. Los agentes de seguridad privada que protegerán a los atuneros vascos de bandera española -los de bandera de Seychelles ya llevan soldados de fortuna desde hace un mes- llegarán finalmente el sábado al archipiélago del Índico, y no hoy como se esperaba en un principio, al retrasarse los preparativos.
El personal seleccionado está realizando un curso para entrenarse en su nueva tarea, aunque sólo es una formación acelerada de tres días y medio. Según confirmaron fuentes del Ministerio de Defensa, que da apoyo logístico en la operación tras el acuerdo firmado con los armadores, se trata de un cursillo teórico y práctico con«clases de ubicación, de detección de movimientos en el mar, teoría de buques, uso de armamento» y centrado en los rasgos específicos de la misión.
Defensa considera que tres días y medio son suficientes. La empresa que gestiona el servicio, el Grupo Segur, se negó a dar cualquier información, salvo confirmar que, efectivamente, es la compañía contratada. Los inscritos, todos españoles, son ex militares, algunos de fuerzas especiales, y por eso se cuenta con que ya tienen un bagaje a sus espaldas. No obstante, también hay personas que proceden de la seguridad privada. Por otro lado, un aspecto que inquieta a las tripulaciones de los atuneros es la posible falta de experiencia en el mar y de la vida en un barco durante un mes. En cualquier caso prima la urgencia y las prisas de los atuneros, pues después de cuatro meses de discusiones sobre cómo protegerlos, al negarse el Gobierno a enviar militares a bordo como hizo Francia en julio, se ha perdido media temporada y sólo queda un mes para arreglarla.
El cursillo tiene lugar en la base de Infantería de Cartagena. Comenzó el martes y termina mañana a las dos de la tarde. Después el grupo partirá rumbo a Seychelles el mismo viernes desde la base de San Javier, en Murcia. El vuelo es largo, de unas siete u ocho horas, y en Victoria les esperan para primera hora del sábado, teniendo en cuenta que hay tres horas más de diferencia horaria. Llegarán en un avión militar con todo el armamento, aportado por Defensa.
Estos días ha habido cierto lío con los números. Los agentes requeridos, como adelantó este periódico, son 52, cuatro por barco para trece naves, y no 71, como se ha dicho. Ése es en realidad el número de personas que se inscribieron al curso, pero al final sólo lo han realizado 60. Sin embargo, matizaron fuentes oficiales, el curso no es meramente formativo, sino que conlleva una evaluación. Al final deben ser declarados aptos para la misión por la Escuela de la Armada. Se supone, y se espera, que habrá al menos 52 aptos, pues son los que reclaman los atuneros. De hecho, así lo anunciaron ayer las dos principales asociaciones del sector, Anabac y Opagac, tras una última reunión con la ministra de Defensa, Carme Chacón. Con todo, esta es una primera tanda de agentes, porque deben establecerse relevos y el número total de barcos a proteger es mayor, un total de 16 (trece barcos más tres auxiliares). Es decir, la formación continuará y el contingente total deberá ser más amplio, pero ahora urgía enviar el primer turno.
Los soldados privados, detallaron las empresas pesqueras, protegerán los atuneros con armas de calibre igual o superior a 12,7 milímetros, y de 5,45 por 39,5; de 5,56 por 45; de 7,62 por 39 y de 7,62 por 51 NATO.
Fusiles y ametralladoras
Para los no entendidos, quiere decir que llevarán fusiles automáticos y hasta potentes ametralladoras pesadas. El armamento ha sido uno de las principales obstáculos para llegar a un acuerdo entre Gobierno y armadores, porque en un principio el Ejecutivo lo limitaba a un rifle, algo claramente insuficiente contra piratas que atacan con kalashnikov y lanzacohetes. Al final ha cedido a permitir y facilitar armamento pesado.
Según la experiencia de los ocho barcos vascos pero con bandera de Seychelles, que han podido contratar antes seguridad privada extranjera por no estar sujetos a la ley española, los vigilantes se apostan con sacos de arena en los puntos altos del buque. Los acuerdos prevén sólo un uso defensivo y disuasorio de las armas, y los agentes no tienen autoridad para practicar detenciones. Hasta ahora, todos los ataques a los atuneros armados han sido repelidos con unas ráfagas. Los piratas abandonan y no plantan batalla.
La flota española de Seychelles no ve la hora de salir a faenar, pues quieren aprovechar el último mes bueno de la temporada, hasta mediados de diciembre, y los atuneros se han ido congregando en el puerto a la espera de los vigilantes. Entre un retraso y otro, algunos llevan más de dos semanas parados.
El nerviosismo aumenta porque las tripulaciones cobran por tonelada de capturas y no se comprende que hayan pasado cuatro meses para organizar la seguridad privada. Entretanto, ha mermado la actividad de la flota española, pues los mejores caladeros están en la zona más próxima a Somalia, la más peligrosa, y los barcos franceses, que van protegidos por sus soldados, se han llevado toda la pesca.
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