Soldados a tiempo parcial

Los reservistas voluntarios abren los cuarteles a la sociedad civil
09.12.09 - 00:27 -
GUILLERMO HERMIDA | MURCIA.

Los 17 murcianos que en 2003 se presentaron como reservistas voluntarios del Ejército se han multiplicado por 15 en la última convocatoria. La figura, creada por ley para otorgar el derecho a los españoles a participar en la Defensa Nacional, viene a tapar el hueco que dejó el fin del servicio militar obligatorio. Y es que si usted hizo la 'mili', es reservista, pero hay ya varias generaciones de españoles a los que la vida militar les suena muy lejana.
Los reservistas voluntarios son españoles mayores de edad y hasta 58 años que, tras un periodo de formación militar básica y otro específico dependiendo del destino o unidad que elijan, prestan servicio en el Ejército. Con todas las de la ley, uniformados y como uno más en las unidades a las que llegan. Selevantan con el toque de diana, corren con sus compañeros -a muchos de los cuáles doblan la edad-, comen rancho y participan en el día a día de la unidad. Y eso incluye desde disparar una ametralladora en las prácticas de tiro a tragarse una teórica sobre táctica o poner una vacuna en el botiquín.
«Son uno más, pero a veces tenemos que pararlos un poco», comenta un mando del Tercio de Levante de la Armada, con base en Cartagena. Y es que una marcha de 30 kilómetros con equipo de combate puede suponer mucho para alguien que trabajaba en un despacho de la administración. «Eso sí, se molestan cuando ven que les tratas de forma diferente, por eso procuramos que no sea así», explica el capitán Lois.
Ante él, un pelotón de infantes de marina entrena el tiro de respuesta con sus flamantes fusiles de asalto HK 36. La tecnología alemana no desentona en manos de cuatro reservistas, dos de ellos vigilantes de seguridad venidos de Madrid y Mallorca, junto a un ex 'marine' y un aspirante a soldado al que la miopía impidió hacer carrera militar hace 20 años, cuando el láser oftalmológico aún estaba en pañales.
Los reservistas voluntarios son comunes en países como Estados Unidos -la Guardia Nacional es su máximo exponente- y los países escandinavos y centroeuropeos. El modelo español de Ejército, uno de los últimos que abandonó la conscripción, ha retrasado su implantación, pero el boca a boca funciona: este año, 257 murcianos son reservistas y los cuarteles de la Región acogen a una buena parte de los 1.326 que en toda España se han inscrito.
Estos soldados a tiempo parcial firman un compromiso de tres años, pero por ahora no pueden servir más de un mes por año, normalmente en dos o tres activaciones de entre una y dos semanas. Muchos de ellos solicitan destinos acordes con sus capacidades, sobre todo en los Cuerpos Comunes como Sanidad o Jurídico, pero otros buscan una experiencia que les aleje de su día a día. Así, se da el caso de que -al contrario de en los tiempos de la 'mili'- los destinos extrapeninsulares están muy cotizados.
Romper ideas preconcebidas
«No es lo mismo irte a Canarias o a Ceuta y vivir y dormir en el cuartel de fusilero que estar en una oficina de 8 a 2 a tres kilómetros de tu casa, haciendo practicamente lo mismo que de civil», explica uno de los reservistas con los que La Verdad departió. La mayoría ve positiva una experiencia que enriquece tanto el conocimiento de nuestras Fuerzas Armadas por la sociedad civil como al contrario. «Se rompe la estanqueidad entre lo civil y lo militar», comentan varios mandos. Los propios reservistas sin experiencia previa afirman que también se rompen ideas preestablecidas y lugares comunes que perduran sobre nuestro Ejército desde hace decenios. Todos que creen que la iniciativa es buena, sin embargo, tiene algunos puntos aún poco claros.
Según la ley, el sueldo del reservista voluntario mientras está activado es pagado por Defensa, que abona hasta 60 euros diarios durante el periodo de formación y ya en las activaciones, la parte proporcional al empleo que ostenta el reservista, desde soldado raso a alférez. Pero la falta de rodaje de la figura hace que muchos no sepan, por ejemplo, qué mutua atendería a un reservista que fuera funcionario y que sufriera un accidente. Y muchas empresas -e incluso administraciones públicas- ponen pegas a dejar a sus voluntarios ir a ejercer su derecho constitucional de participar en la Defensa Nacional. Y eso que la ley deja muy claro que se les reservará el puesto de trabajo o uno de similares condiciones y de igual remuneración en la misma empresa y localidad. Para los funcionarios, se pasa a la situación administrativa de servicios especiales. Y el Estado paga los desplazamiento a los destinos, tanto ida como vuelta.
Tampoco está claro el papel que los reservistas pueden jugar en las misiones en el exterior. Y eso que los aspirantes tienen que especificar si estarían dispuestos a participar en estas misiones de paz. Casi todos marcan la casilla del «sí», pero la cortedad de sus activaciones provoca que sólo unos pocos puedan participar. Un ejemplo son las plazas, por ejemplo, en el Hespérides. Evidentemente, un viaje del buque oceanográfico de la Armada a la Antártida excede en mucho el tiempo de activación.
Lo reducido del tiempo en filas es queja común de los protagonistas. Muchos abogan porque sólo se haga una activación anual, pero que concentrara el mes de servicio. «La verdad es que cuando vienes una semana, entre el día que te presentas y el que te despides, te has comido la mitad de la activación», señala uno de los reservistas.
Por otra parte, que esta figura crezca y gane peso en la sociedad española tiene también mucho que ver con que se compense el esfuerzo y la dedicación de estos hombres y mujeres -aunque sólo representen apenas el 12% del total por ahora-. Y es que los reservistas, además de la experiencia, ganan méritos para el acceso a las plazas de la Enseñanza Militar de Formación y en los procesos de selección para funcionarios o personal laboral de las Administraciones Públicas. Mientras tanto, el boca a boca funciona y la legión de reservistas crece.

COMO SER RESERVISTA
Tener nacionalidad española.
Edad: Entre 18 y 57 años para oficial y suboficial; y de 18 a 54 para Tropa y Marinería.
No tener antecedentes penales y acreditar buena conducta ciudadana.
No estar privado de derechos civiles o haber sido separado del servicio de las administraciones públicas o inhabilitado del ejercicio de la función publica.
Documentación: Solicitar en la Subdelegación de Defensa o en soldados.com el formulario de ingreso y presentarlo junto a lo s méritos profesionales y académicos pertinentes.
En el formulario, especificar las preferencias de tiempo y momento para realizar el periodo de formación militar básica.
Proceso de selección: Concurso de méritos, reconocimiento psicofísico y entrevista personal.
Formación: Básica militar (hasta 15 días, una fase por correspondencia y otra presencial) y específica (hasta 15 días, presencial en la unidad de destino.