Las cartas perdidas de los Reyes Magos

Iniciativas solidarias en Cádiz con los colectivos desfavorecidos en Navidad
Las cartas perdidas de los Reyes Magos

Niños enfermos o pertenecientes a familias con pocos medios, ancianos que viven solos o en residencias, personas sin techo o sin recursos económicos. En Cádiz, sus misivas navideñas no caen en saco roto
Elena G. Antón / Cádiz | Actualizado 14.12.2009 - 15:43

La sede y el albergue de los Caballeros Hospitalarios se decora esmeradamente cada año con Nacimientos y motivos navideños. /Jesús Marín

Se acerca la Navidad. Esos días de paz, amor y felicidad. O quizá de teatros dados por sentado, de besos emponzoñados y de excesos inducidos de emotividad -¿quién puede resistirse a la magia de las luces, o al chico que todos los años, con un turrón bajo el brazo, vuelve a casa por Navidad?-.

Pero en esta ocasión no se trata de juzgar el sentido y la manera de vivir esta fiesta, ni de discernir entre quienes realmente la sienten como una época entrañable y los que simplemente participan de una gran función socialmente estipulada. Hoy se trata de aquellos que da igual a qué grupo pertenezcan porque, les guste o no les guste la Navidad, no pueden elegir la manera de vivirla.

Son de este destino impuesto, en su faceta más injusta, esas pequeñas personas que aún creen en los Reyes Magos, pero que tienen que esperarlos capeando dificultades heredadas o enfermedades que les roban el derecho de seguir siendo tan niños como son.

Como uno de los valores innegables de la Navidad para los niños son los juguetes, la Asociación Reyes Magos intenta que ninguno quede privado de esa ilusión por la falta de recursos económicos a la que pueda estar sometida su familia. Los padres con menos capacidad económica tienen cada año la posibilidad de que esta asociación les compre los Reyes de sus pequeños, tras la correspondiente verificación de su situación por Asuntos Sociales. Los fondos con los que la asociación compra los juguetes se van recaudando gracias a los múltiples actos y eventos benéficos que organizan durante meses, como galas musicales o torneos deportivos. Este año, mil trescientos niños recibirán entre dos y tres regalos gracias a esta iniciativa.

Además, esta asociación tampoco olvida a los menores que pasan estos días hospitalizados. El 5 de enero, los Melchor, Gaspar y Baltasar elegidos para la ocasión, acompañados de su Cartero Real y Estrella de Oriente, hacen una escala de casi tres horas en el Hospital Puerta de Mar, realizando diversas actividades lúdicas con los niños, permitiéndoles, en definitiva, que sigan creyendo en ellos.

En el hospital también es donde realizan su labor los voluntarios de la asociación Todo por una sonrisa, que todos los martes, de todas las semanas, de todos los meses del año, regalan a los niños del Puerta de Mar ratos de evasión y risa con sus payasos y títeres. En Navidad, según cuenta la presidenta de la asociación, Gloria Rosado, desde hace ocho años animan a que los pequeños elaboren tarjetas navideñas con mensajes en el interior que posteriormente intercambian con las que han realizado otros menores hospitalizados en diferentes centros de Andalucía.

Y la guinda navideña de la labor de esta asociación llega a manos de un teatrillo en el que los niños asisten y participan en una competición entre los personajes que forman parte de la Navidad para erigirse como el más importante. Este año, será el día 22 de diciembre cuando los voluntarios vayan a hacer la representación al Puerta de Mar, dispuestos a todo por esas sonrisas.

En la esquina opuesta del ciclo vital, algunos mayores tampoco son dueños de su forma de pasar la Navidad. Mayores que se encuentran solos, bien porque no tuvieron descendencia o bien porque la tienen ha olvidado quiénes fueron sus Reyes Magos. La asociación Elencrys, dedicada durante todo el año a acompañar, animar y ayudar a ancianos que se encuentren en situación de soledad, intensifica en estos días su labor. Más de treinta voluntarios, capitaneados por Josefa García, intentan hacer mejor la vida tanto de personas que se encuentran en geriátricos, como de aquellas que viven solas. Aunque la directora de la asociación asegura que entre familiares más o menos lejanos o los propios vecinos casi todos los mayores suelen tener alguien que los acoge en las celebraciones clave, la labor de estos voluntarios trasciende esa atención puntual de los días marcados en rojo en el calendario.

Tal y como hacen durante el resto de meses del año, también en diciembre llevan representaciones de teatro a residencias de la ciudad, como el Centro Gades, el Doctor Marañón o el Centro de Día de Santa María, entre otros. Pero sin duda, una de las mejores representaciones la llevan a cabo el día de Reyes, cuando los voluntarios, tomando prestadas las vestimentas de Melchor, Gaspar y Baltasar, van a llevar regalos -costeados y comprados por ellos mismos- a las casas de los mayores a los que acompañan habitualmente. Con esta iniciativa, seguramente les hacen olvidar también a estos ancianos durante un instante quienes eran los Reyes Magos. Desde luego, Josefa García asegura que "se emocionan como si fueran niños".

A algunos más y a otros menos, las mágicas navidades infantiles también les quedan lejos, en tiempo y en vivencias, a muchas de las personas que viven en la calle. Aunque algunos indigentes aseguran que ellos eligieron su modo de vida, no todos tienen el cielo como único techo por voluntad propia, y agradecen infinitamente la oportunidad que les brindan los Caballeros Hospitalarios de San Juan Bautista de dormir en una cama, burlando el frío y la dureza de los adoquines.

Y a la sede de esta institución religiosa también llega el espíritu navideño. Su presidente, Francisco Súnico, explica que lo primero es adornar el albergue, "que se note que es Navidad". Pero donde más se nota, sin duda, es sobre el mantel. Los días 24, 25, 31 de diciembre y 1 y 5 de enero, las mesas de la sede hospitalaria lucen copiosas cenas extraordinarias, donde no faltan, entre otras cosas, mariscos, consomé caliente, carne asada y un amplio abanico de postres, amén de los típicos dulces navideños. En estas veladas, aunque también hay "momentos humanos duros", Francisco Súnico afirma que siempre suelen cantar y pasarlo bien.

Por otro lado, gracias a la labor investigadora del personal del centro, como las limpiadoras o los vigilantes de seguridad, en Reyes cuentan con una información muy valiosa: qué les gustaría tener o les haría ilusión a las personas que suelen acudir a los Caballeros a pasar sus noches. Así, en la noche mágica de enero, cada uno recibe un regalo personalizado, quizá de simbólico valor económico, pero de un gran valor personal para ellos - mudas de ropa interior o packs de afeitado son ejemplos de las posesiones que algunos han preciado tener en años pasados-. El presidente de la institución hace especial hincapié en "las caras de ilusión" con que estas personas reciben los presentes.

Y aunque el aforo del albergue es limitado por el número de camas disponibles, Súnico asegura que en estas noches, como en las del resto del año si se presenta la necesidad, "se pondrán colchones de repuesto donde haga falta" para dar cobijo a todas las personas que acudan a la institución.

Afortunadamente alguien se ocupa de los deseos que se malograron en los sacos de cartas que nunca llegaron a los Reyes Magos. Gracias a la labor de estas asociaciones y organizaciones, y de tantas otras que tienden su mano a los colectivos desfavorecidos en la ciudad de Cádiz, de alguna manera se equipara la posibilidad para estas personas de pasar unas fechas especiales con la del resto de la población.

Y no a todas ellas les gustará la Navidad, seguro que no. Pero lo bueno que tiene esto es que el calor humano, los menús especiales, los excesos afectivos, todo lo demás, pueden hacerles olvidar que, en esta ocasión, son motivo de la señalada festividad. Y es que además, lo realmente valioso de todo, es que el tejido solidario gaditano ni se apaga con el alumbrado ni vuelve sólo por Navidad.