«¡Estoy contra el capitalismo y voy a matar a todos los ricos de este vagón!»

«¡Estoy contra el capitalismo y voy a matar a todos los ricos de este vagón!»


¿Creía usted que viajar en Metro era sólo para trabajadores? Pues un ciudadano nigeriano, que ayer quiso subirse al tren -nunca mejor dicho- de la crónica disparatada madrileña, sostiene todo lo contrario, y, por eso, en su particular cruzada «contra el capitalismo», no tuvo mejor idea que empuñar una pistola dentro de un vagón de Metro y amenazar con «matar a todos los ricos que viajan en el tren». La cosa quedó sólo en un susto -aunque no de muerte- porque el arma era de fogueo. Los vigilantes de seguridad y algunos viajeros le redujeron.
Las seis de la tarde no es hora punta en la red del suburbano, pero sí de bastante carga de viajeros. A esa hora, el sospechoso iba dentro de uno de los vagones de la línea 10 que se dirigía a Plaza de Castilla. Todo, en principio, de lo más rutinario. Sin embargo, antes de que el convoy llegara a la estación de Gregorio Marañón, el hombre, de mediana edad, se levantó de sopetón de su asiento.
Inopinadamente, sacó una pistola, «metálica, que aparentaba que era de verdad», según explicó a ABC un testigo. Y apuntó a los viajeros de su vagón, cargado de nerviosismo: «¡Estoy contra el capitalismo y los ricos que viajan en el Metro! ¡Voy a matar a todos los ricos del tren!».
Por suerte, el convoy llegó a la estación de Gregorio Marañón inmediatamente. No hizo falta ni tirar del freno de emergencia. Las puertas del convoy se abrieron y la gente comenzó a salir disparada del vagón, entre gritos, nervios y muchísima tensión, como no podía ser de otra manera.
«Yo iba en el tren y, cuando llegamos a la estación, vi que salían todos corriendo. Le pregunté a una chica, y me dijo que había un tío con una pistola en el Metro», explicaba a ABC un testigo.
La gente iba y venía por el andén, algunos corriendo tras el nigeriano. Fuentes de Metro indicaron que dos vigilantes de seguridad -hombre y mujer- se encontraban allí mismo, y fueron a interceptarle. El sospechoso encañonó la cabeza del vigilante, pero no se percató de la chica, que le derrumbó de un empujón.
Hubo un forcejeo, mientras algunos usuarios avisaban al resto de personas encargadas de la seguridad. Algunos viajeros, además, ayudaron a los vigilantes a contener al nigeriano, que se mostraba muy violento.
Finalmente, el agresor quedó en el suelo, y uno de los vigilantes, el que se encontraba más nervioso, según el relato de un testigo, le puso el pie encima y le reprochó su actitud. «Tuve verdadero pánico, fue impresionante», indicó un joven viajero.
Todo ocurrió de manera muy rápida. La Policía Nacional, que fue avisada, no tardó mucho en llegar. Fue esposado y cacheado en el mismo andén, antes de ser trasladado a la comisaría. Fuentes policiales indicaron que el suceso tuvo lugar después de que el detenido discutiera con un ciudadano en el andén. «La pistola era visiblemente de fogueo y no llevaba munición».
El sospechoso portaba un NIE -Número de Identificación de Extranjeros- falso. A falta de comprobar su verdadera identidad, las mismas fuentes precisaron que, según la que aparece en su pasaporte, se trata de un nigeriano con una orden de expulsión de España por tres años, por infracción de la Ley de Extranjería. La Comunidad volvió a reclamar policías para patrullar el Metro.

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